Este 7 de abril, último día de la octava de Pascua, la Iglesia Católica celebra la Fiesta de la Divina Misericordia, cuya imagen es muy famosa y se ha difundido ampliamente en el mundo.
Crédito: Dominio público |
En 1925,
entró como postulante en la Casa Madre de la Congregación de las Hermanas de
Nuestra Señora de la Misericordia.
En
1931, Jesucristo reveló su Divina Misericordia a Santa Faustina, en el convento
de Płock (Polonia), y le pidió que se pintara su imagen. Además, le explicó el
profundo significado de su Misericordia y lo que los fieles devotos pueden
alcanzar a través de ella.
En
la actualidad, millones de personas veneran la imagen del Señor de la Divina
Misericordia en todo el mundo. Sin embargo, muchos no saben que este conocido
retrato no es el primero que se pintó tras la revelación, sino la tercera
versión.
Esta
es, entonces, la verdadera historia de la famosa imagen de la Divina
Misericordia:
Tras
la revelación, en 1931, de Jesús a Santa Faustina y la petición de que
realizara un cuadro mostrando su imagen, la religiosa pidió al artista Eugenio
Kazimirowski que lo llevara a cabo. Éste lo hizo siguiendo las indicaciones de
Santa Faustina y lo terminó en 1934. No obstante, Santa Faustina lloró al ver que
la imagen acabada "no reflejaba" toda la belleza de Jesús, pero el
Señor la animó.
El
segundo cuadro fue hecho por encargo de la Congregación de las Hermanas de la
Madre de Dios de la Misericordia en 1942 y fue obra del pintor Estanislao
Batowski. Sin embargo, durante el Alzamiento de Varsovia —en la II Guerra
Mundial—, la capilla y la imagen fueron consumidas por el fuego. Por eso se le
encomendó al artista pintar otra para la capilla de la Divina Misericordia en
Cracovia.
Por
ese entonces, el pintor Adolfo Hyla llegó a la casa cracoviana de la
Congregación con la propuesta de pintar un cuadro como voto por haberse salvado
en la guerra. Le dieron una estampa de la Divina Misericordia y las
descripciones de Santa Faustina.
El
pintor terminó el cuadro en 1943 y fue bendecido en la capilla por el P.
Andrasz, confesor de Faustina.
Más
adelante llegó otra imagen de Batowski, pero solo el cuadro de Hyla se quedó en
la capilla por recomendación del Cardenal Adan Sapieha, quien lo eligió porque
había sido pintado como voto.
Como
el cuadro de Hyla no entraba en el altar de la Misericordia, en la capilla, el
pintor hizo una imagen más pequeña, que fue bendecida el segundo Domingo de
Pascua de 1944 también por el P. Andrasz.
En
1954 Hyla volvió a pintar el lienzo, eliminando la pradera y el matorral que
había puesto, y colocó el fondo oscuro con el suelo bajo los pies de Jesús.
Esta
imagen de Hyla se hizo famosa por las gracias que recibían los fieles y es la
más difundida en el mundo. De esta manera se cumplió el pedido de Jesús a Santa
Faustina: "Deseo que esta imagen sea venerada primero en su capilla y
luego en el mundo entero".
La revelación a Santa María Faustina Kowalska
Cuenta
Santa Faustina en su diario: "Al anochecer, estando en mi
celda, vi al Señor Jesús vestido con una túnica blanca. Tenía una mano
levantada para bendecir y con la otra tocaba la túnica sobre el pecho. De la
abertura de la túnica en el pecho, salían dos grandes rayos: uno rojo y otro pálido".
"Después
de un momento, Jesús me dijo: Pinta una imagen según el modelo que ves, y
firma: 'Jesús, en ti confío'. Deseo que esta imagen sea venerada primero en su
capilla y [luego] en el mundo entero".
Jesús
le señaló: "Prometo que el alma que venere esta imagen no perecerá.
También prometo, ya aquí en la tierra, la victoria sobre los enemigos y, sobre
todo, a la hora de la muerte. Yo mismo la defenderé como mi gloria".
Otro
día, estando Santa Faustina en oración, Cristo le dijo: "Los dos rayos significan
la Sangre y el Agua. El rayo pálido simboliza el Agua que justifica a las
almas. El rayo rojo simboliza la Sangre que es la vida de las almas".
"Ambos
rayos brotaron de las entrañas más profundas de mi misericordia cuando mi
Corazón agonizante fue abierto en la cruz por la lanza. Estos rayos protegen a
las almas de la indignación de mi Padre. Bienaventurado quien viva a la sombra
de ellos, porque no le alcanzará la justa mano de Dios".
Santa
Faustina contaba todo esto a su confesor, el actual Beato P. Miguel Sopocko,
quien designó al pintor Eugenio Kazimirowski para que realizara la imagen según
las indicaciones de la santa.
"Una
vez, cuando estaba en [el taller] de aquel pintor que pintaba esa imagen, vi
que no era tan bella como es Jesús. Me afligí mucho por eso, sin embargo lo
oculté profundamente en mi corazón", escribió Santa Faustina en su diario.
"Fui
a la capilla y lloré muchísimo. ¿Quién te pintará tan bello como Tú eres? Como
respuesta oí estas palabras: 'No en la belleza del color, ni en la del pincel,
está la grandeza de esta imagen, sino en Mi gracia'".
Fuente: ACI