Adivinando
Dominicas de Lerma |
Hola, buenos días, hoy Sión nos lleva al Señor.
Que pases un feliz día.
En el recreo, sor Ana comentó que había
conseguido hacer prosperar un esqueje de…
-Ay, no me viene ahora el nombre… -se lamentó-
Es esa planta, la que está en el claustro.
Una indicación gloriosa teniendo en cuenta que
en el claustro hay doscientas plantas lo menos.
Las preguntas se sucedían tratando de localizar
la planta en cuestión.
-Creo que sé cuál es -me comentó Israel- Esa
tan rara, que de cada tallo salen un montón de hojas en círculo.
-Uy, ¿en serio tenemos una planta así? -dije
asombrada- Yo pensaba que se refería a esa tan bonita, la que tiene las hojas
verdes con manchas amarillas…
-¿Hay una planta con manchas amarillas?
Después descubrimos que… ¡¡¡las dos habíamos
acertado!!! Israel siempre se había fijado en la estructura de la planta, y yo,
en sus colores, ¡¡pero era la misma planta!!
Es impresionante la cantidad de “capas de
información” que puede tener la realidad. Podemos hablar de la misma “planta” y
darse malentendidos porque cada uno maneja un aspecto diferente.
Lo mismo sucede con los demás: captamos algunos
detalles, ¡pero su realidad tiene muchas más capas de lo que apreciamos a
simple vista! Por eso necesitamos una mirada compasiva al acercarnos a otra
persona, estar dispuestos a descubrir cómo ve la realidad, su perspectiva.
Y, quien mejor sabe de esto, es el Señor: “Dios
no ve como los hombres, que ven la apariencia, el Señor ve el corazón” (1 Sam
16, 7).
Solo Cristo conoce en profundidad lo que hay en
el interior de cada uno. Sabe de tu estructura, de tus colores… y sonríe por tu
belleza. Tanto, que ha derramado toda su sangre por ti: ¡eres valioso a sus
ojos!
Hoy el reto del amor es escuchar. Los demás
pueden aportarte matices que no has descubierto. Pregunta, dialoga… descubre
que la otra persona es también una “planta” hermosa a los ojos del Señor,
¡déjate sorprender!
VIVE DE CRISTO
¡Feliz día!
22 marzo 2024
Fuente:
Dominicas de Lerma