En estos tiempos de crisis que vivimos, si algo necesitamos es esperanza y perdón", afirma Mons. Prieto Lucena
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Mons. Antonio Prieto Lucena, obispo de Alcalá. Dominio público |
"Se
trata de un esfuerzo que merece la pena: 24 horas para el Señor, para
agradecerle el don de su misericordia. Para reconocerle como Padre bueno, que
acoge, que consuela siempre al pecador que se arrepiente y que le indica el
camino para renovarse interiormente", explica el obispo Prieto en su
carta.
Esta iniciativa dará comienzo en algunas parroquias y comunidades cristianas de toda la diócesis el viernes 8 de marzo por la tarde, con una liturgia de la Palabra, tiempo para confesiones, y con la exposición del Santísimo Sacramento hasta la Eucaristía del sábado 9 de marzo por la tarde.
Tiempos de crisis
El obispo complutense indica que "en estos tiempos de crisis que vivimos, si algo necesitamos es esperanza y perdón. Dios nos garantiza estas dos cosas, por eso acudamos a Él con toda confianza" a confesar nuestros pecados a un sacerdote. "San Juan Pablo II insistió mucho en que los primeros que debíamos confesarnos bien éramos los sacerdotes. Reconciliados con Dios, estemos los sacerdotes más disponibles para que los fieles puedan acercarse al gran regalo de la confesión", afirma Mons. Prieto.
Una buena confesión
También
se refiere a san Juan Pablo II quien insistió mucho en que los primeros que
debíamos confesarnos bien éramos los sacerdotes: “La vida espiritual y
pastoral del sacerdote, depende, para su calidad y fervor, de la asidua y
consciente práctica personal del Sacramento de la penitencia. En un sacerdote
que no se confiesa o se confiesa mal, su ser como sacerdote y su ministerio se
resentirán muy pronto, y se dará cuenta también la Comunidad de la que es
pastor” (Reconciliatio et Paenitentia, n. 31; Pastores dabo vobis, n.
26). Reconciliados con Dios, estemos los sacerdotes más disponibles para que
los fieles puedan acercarse al gran regalo de la confesión.