Las Jornadas de Cuestiones Pastorales de Castelldaura el 16 y 17 de enero atrajeron a un centenar de sacerdotes y asistentes en torno al tema "Testimonios: Relatos de llamada y conversión".
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Mons. David Abadías, auxiliar en Barcelona, habla en las Jornadas de Cuestiones Pastoral de Castelldaura. Dominio público |
El obispo auxiliar de Barcelona, David Abadías, aseguró: "no existe una evolución en la historia de lo que podemos llamar testimonio cristiano, no hay diferencia en lo esencial entre un testimonio del siglo I y en el siglo XXI".
Definió el testimonio como "el corazón vital de la
evangelización, a lo largo de los siglos, para con palabras y obras llevar
el anuncio de Cristo". Los distintos ponentes insistieron en que el
testimonio es testimonio de la acción de Cristo. El joven
sacerdote mexicano en parroquias de campo de Lérida, Yoshua Carrillo, dijo:
"el único testimonio importante es el de Cristo reflejado en las
personas".
Entre
otros, los asistentes escucharon el testimonio de Yih-Teen Lee (profesor
del IESE, de familia budista taiwanesa, que conoció el cristianismo en Europa)
y de Loles Freixa (atrapada
de joven en la cultura hedonista del 68).
Cristo, visible, nos conecta con el Padre,
invisible
Juan
Luis Lorda, doctor en Teología y director de Teología Dogmática en la
Universidad de Navarra, quiso constatar
la importancia del testimonio ("es un género, merece atención") y
más en nuestra época, recurriendo a varios
santos y pensadores devotos y agudos.
La
conclusión central que dio es que el testimonio habla "de corazón a
corazón" y eso hace creíble y transformador el mensaje cristiano.
Recordó
la frase de Pablo VI en Evangelii
Nuntiandi de 1975: "El hombre contemporáneo escucha más a
los testigos que a los maestros, y si escucha a los que enseñan, es porque dan
testimonio".
El
mismo Jesús es modelo: "A
Dios nadie le ha visto nunca, el Unigénito nos lo ha revelado. El
testimonio cristiano empieza con el testimonio de Jesucristo. Y el testimonio
en realidad es encuentro con Cristo, Camino, Verdad y Vida", constató.
Animó
a "que las personas
que han tenido una experiencia fuerte que la cuenten más, para mover a
otros".
La debilidad de la transmisión de la fe
hoy
Explicó
la gravedad de la situación de la Iglesia hoy en Occidente. Primero unas élites se desprendieron del
cristianismo, luego la Revolución Industrial y la migración a las ciudades desarraigaron a muchos de
su fe del campo. Los colegios católicos en España y otros países educaron a
toda una burguesía cristiana pero entraron en crisis post-conciliar desde los años 70 y
"hoy apenas consiguen transmitir la fe". Muchas organizaciones de
laicos se hundieron.
Contó
una anécdota reveladora: hace no mucho se reunieron 42 de sus compañeros de infancia, de nueve
años de colegio jesuita de Pamplona. En la misa de celebración comulgaron dos.
Y
luego llegó la televisión, que empieza a sustituir funciones: educar,
acompañar... Y luego más pantallas. Unas pocas horas de catequesis en un año, no pueden ni
de lejos acercarse a muchas
horas de pantallas.
Además,
señaló, las parroquias no se diseñaron para ser "instituciones de
evangelización", sino de atención de personas ya creyentes. Planteó: ¿Los medios de comunicación de
una diócesis son la punta
de la evangelización, o solo cumplen con hacer unas fotos de
actividades? Los medios de comunicación son muy importantes, y no se aprovechan
suficientemente.
Otro
ejemplo de estructura ineficaz: el clero está absorbido en dedicarse al
patrimonio, las goteras de la
parroquia, sus cigüeñas, pastoral de los tejados, de
atender edificios... ¿Cuándo evangelizar?
Llegar al corazón, sin despreciar la
mente
El
gran filósofo y matemático Blaise Pascal, una de las mentes más
brillantes de la historia, quería hacer una apologética para que la fe se
aceptara como verdad. "El
corazón tiene razones que la razón no conoce", decía. Para
transmitir la fe, no bastan las razones matemáticas o del intelecto, sino lo
que toca a toda la persona: la verdad que transforma. "¿Por qué vives distraído sin
plantearte las grandes preguntas?", se asombraba Pascal. Este filósofo
ya decía que los testimonios y las historias de los cristianos dan
credibilidad.
Santo
Tomás de Aquino, en De Veritate, escribió:
"la verdad es lo mismo que el ser". Y en De Fide,
cita a San Agustín: "Creer
es pensar con asentimiento".
Santa
Edith Stein cuenta en Estrellas Amarillas que
una noche, cuando aún era sólo una filósofa más bien agnóstica, leyó una Vida de
Santa Teresa y se dijo: "Esta es la verdad". "No dijo
solo 'es interesante', sino que la vida de Teresa le llevó a un
asentimiento", detalla Lorda.
Esas razones del corazón no son
caprichos, son intuiciones de que "eso es así, es verdad",
insiste el teólogo navarro.
El cardenal Newman y hablar al corazón
El
cardenal Newman, que sabía mucho de lógica, muy inspirada en filósofos como
Hume y Locke, se preguntaba cómo saber la verdad de la cosas desde Oxford y el
mundo culto. Constató que en
la fe de cada persona convergen indicios de distinto tipo y peso, que son
fuertes porque son variados. La suma de muchos testimonios genera la
convicción.
"Cor ad cor
loquitur", hablar de corazón a corazón, el
lema de San John Henry Newman, está inspirado en
una frase de San Francisco de Sales. Se conservan unas 20.000 de sus cartas,
hablaba siempre de la fe con muchos amigos, personas interesadas, entendía que
se compartía en el tú a tú. El testimonio más eficaz es el que se cuenta desde
cerca. Francisco de Sales decía: el
corazón habla al corazón, la lengua solo a las orejas. Newman también pide
al predicador llegar al corazón.
El
cristianismo puede enseñar el Catecismo y su moral y su culto, pero todo eso es
cristiano sólo si tiene en el centro a Cristo, adhesión a su persona, concluyó
Lorda, quien abogó por un cierto "pudor" ligado a la "intimidad" de lo que se
cuenta, para evitar convertirlo en "un cliché".
Para
reflexionar más desde la teología, recomendó del sacerdote Ramiro Pellitero, el
ensayo "La
fuerza del testimonio cristiano", de 40 páginas, que
aporta un análisis desde la Escritura y biografía.
P. J. Ginés
Fuente: ReL