La luz
Vatican News |
Hola, buenos días, hoy Lety nos lleva al Señor.
Que pases un feliz día.
En esta época, el monasterio va cambiando día a
día, pasando de tener todas las paredes blancas a ver ángeles colgados, mesas
por claustros, luces que iluminan todo… Ya estamos decorando de Navidad el
monasterio, y realmente, cómo cambia todo.
La luz es una de las cosas que más destacan:
luces de colores, blancas, amarillas y azules, en forma de estrellas, bolas y
en los pesebres. A mí me gusta mucho la luz porque me da paz, ya que vence la
oscuridad. La oscuridad me recuerda a lo tenebroso, me da miedo y respeto; no
sabes qué te puedes encontrar. En cambio, la luz te deja ver un horizonte
llano, te da paz porque nada se oculta, todo queda al descubierto y sabes por
dónde caminar.
Y es que la luz en Navidad tiene un sentido
especial; con ellas queremos decir que Cristo es la luz del mundo. Este es el
sentido de adornar todo con luces. San Juan (8, 12) nos dice: “Yo soy la luz
del mundo. El que me sigue no camina en tinieblas, sino que tendrá la luz de la
vida”. Por ello, con las luces decimos que Cristo, con Su nacimiento, lo
ilumina todo.
Esta luz viene a traer a tu corazón Su paz y Su
amor, ya que ilumina tu camino. La luz te invita a confiar en Jesús, que lleva
tu vida, que sabe por dónde estás caminando y que nunca te va a dejar. Su
nacimiento tiene sentido: dar sentido a tu vida. Él se encarna por ti, para que
seas feliz. Así el miedo, la incertidumbre y tantas cosas que no te dejan vivir
ahora, Cristo te las iluminará y tendrán un sentido redentor.
Hoy, el reto del amor es dar un paseo por la
calle contemplando las luces y dando gracias al Señor por iluminar tu vida.
Igual que las calles son las mismas que hace un mes, sin luz, ahora la
iluminación las ha transformado y la calle no deja de ser la misma, pero a la
vez es nueva.
VIVE DE CRISTO
¡Feliz día!
15 diciembre 2023
Fuente: Dominicas de Lerma