EL PAPA: ANTE EL PESEBRE PENSEMOS EN EL DRAMA DE TIERRA SANTA

Francisco recordó que el Belén instalado en la Plaza de San Pedro "pretende evocar, después de ochocientos años, la atmósfera navideña del año 1223 en el Valle de Rieti, lugar en el que se detuvo San Francisco"

El Papa en su visita a Greccio en 2019  (ANSA)

El Santo Padre encontró en el Vaticano a delegaciones de los lugares de origen del árbol de Navidad y del Nacimiento que este año evoca la primera representación navideña creada hace 800 años por San Francisco. "Desde la Plaza de San Pedro -dijo el Pontífice- pensaremos en Greccio, que a su vez nos remite a Belén".

En el territorio de Rieti se realizaron representaciones de la Natividad. El abeto blanco, elegido como árbol de Navidad, procede del Valle del Maira, en la provincia de Cuneo. Refiriéndose a estos dones, Francisco recordó que el Belén instalado en la Plaza de San Pedro "pretende evocar, después de ochocientos años, la atmósfera navideña del año 1223 en el Valle de Rieti, lugar en el que se detuvo San Francisco". En la mente del pobre de Asís, dijo el Papa, "seguía vivo el viaje que hizo a Tierra Santa y las grutas de Greccio le recordaban el paisaje de Belén".

Por ello, pidió que se representara la escena navideña en aquel pequeño pueblo: llegaron muchos frailes de diversas partes y también acudieron hombres y mujeres de las casas rurales de la zona, creando un belén viviente. Así nació la tradición del belén tal como la entendemos. Este año, por tanto, desde la plaza de San Pedro pensaremos en Greccio, que a su vez nos remite a Belén. Y al contemplar a Jesús, Dios hecho hombre, pequeño, pobre, indefenso, no podemos dejar de pensar en el drama que viven los habitantes de Tierra Santa, mostrando a estos hermanos nuestros, especialmente a los niños y a sus padres, nuestra cercanía y apoyo espiritual. Son ellos los que pagan la verdadera factura de la guerra. 

Silencio y oración

El Pontífice subrayó que "delante de cada pesebre, incluso de los hechos en nuestras casas, revivimos lo que sucedió en Belén hace más de dos mil años.

Y esto debería despertar en nosotros la nostalgia del silencio y de la oración, en nuestra vida a menudo frenética. Silencio, para poder escuchar lo que Jesús nos dice desde esa singular "cátedra" que es el pesebre. Oración, para expresar el asombro agradecido, la ternura, tal vez las lágrimas que nos suscita la escena del Nacimiento. Y en todo ello, María es nuestro modelo: ella no dice nada, pero contempla y adora.

El árbol nos recuerda la importancia de cuidar el medio ambiente

En la plaza de San Pedro, junto al pesebre, se encuentra el árbol de 28 metros de altura. Su madera se utilizará para fabricar juguetes que se entregarán a Cáritas.

Está enriquecido con estrellas alpinas cultivadas en las llanuras, para proteger a las que crecen en la alta montaña. También ésta es una elección que nos hace reflexionar, evidenciando la importancia de cuidar nuestra casa común: los pequeños gestos son esenciales en la conversión ecológica, gestos de respeto y gratitud por los dones de Dios.

El encuentro del Papa Francisco con las delegaciones de los lugares de origen del belén y del abeto precedió a un acontecimiento muy esperado, previsto para esta tarde. En efecto, la tradicional inauguración del Nacimiento y el encendido del árbol de Navidad en la Plaza de San Pedro están previstos a las 17.00 horas. La ceremonia estará presidida por el cardenal Fernando Vérgez Alzaga, presidente de la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano.

Amedeo Lomonaco - Ciudad del Vaticano

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