Revisen su dedicación a la gente, su apertura de corazón
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Audiencia del Papa a los miembros de la Asociación de Sacerdotes Hispanos que trabajan en los Estados Unidos |
Este jueves, 16 de noviembre, el Santo Padre
recibió en audiencia a los miembros de la Asociación de Sacerdotes Hispanos que
trabajan en los Estados Unidos, a quienes alentó a “cultivar una vida
Eucarística, sin abandonar a los que sufren, donándose a la gente y confiando
en el Señor que los ha llamado”.
“Por encima de todo, lo que un cura
puede hacer, empieza hoy, con la oración sencilla, la palabra cercana, la
acogida fraterna y el trabajo perseverante”, lo dijo el Papa Francisco a los
miembros de la Asociación de
Sacerdotes Hispanos que trabajan en los Estados Unidos, a quienes
recibió en audiencia la mañana de este jueves, 16 de noviembre, en la Sala
Clementina del Vaticano.
Cristo es el
libro vivo
En su discurso,
el Santo Padre les agradeció por su visita a “la casa de Pedro” y al responder
a las preguntas que los sacerdotes le habían enviado, el Pontífice les propuso
las palabras que el Señor dijo a santa Teresa de Jesús cuando le quitaron los
libros de los que ella se fiaba: “Yo te daré el libro vivo”.
“Cristo es el libro que les
recomiendo vivamente, pero hay que buscarlo en la Escritura, en el Evangelio,
en la adoración silenciosa, que hemos perdido un poco el sentido de la
adoración y tenemos que encontrar al Señor en el silencio de la adoración”.
Los patrones
del próximo Congreso Eucarístico Nacional
Y al animar a los sacerdotes a
tener una vida Eucarística, el Santo Padre recordó que en los Estados Unidos se
está preparando un Congreso Eucarístico Nacional para el próximo año y que se
eligieron como patrones del mismo al beato Carlos Acutis y a san Manuel
González, eminentes ambos dos en el arte de leer este libro vivo, ante el
Sagrario, en una escucha silente, y arrodillada.
“En una ocasión, san Manuel se
dirigía a un grupo de fieles, reflexionando sobre el papel de las santas
mujeres en el Calvario, como modelos de cualquier discípulo ante la cruz del
Señor, entonces y ahora, son un modelo. La misma impotencia, el mismo deseo de
actuar en contra de la injusticia, que vivieron las santas mujeres en aquellos
momentos, lo podemos sentir nosotros ante la problemática de los inmigrantes,
la cerrazón de ciertas autoridades civiles y religiosas, los desafíos de la
interculturalidad, la complejidad del anuncio, tantas cosas”.
No dejar
abandonados a los que sufren
Ante estas dificultades, señaló el
Papa Francisco, san Manuel González nos advierte que «Jesús no deja de
padecer». Ese Jesús que está en el calvario hasta el fin de los tiempos, aunque
esta resucitado, pero está en el calvario en la persona de sus hermanos. En
este sentido, el Pontífice recordó a los sacerdotes que el Señor les pide que
no dejen solos y abandonados a los que sufren.
“No dejen abandonados a los que
sufren y no dejen abandonado al Señor en el sagrario. Convénzanse que no van a
poder hacer nada con las manos, sino lo hacen con las rodillas. Adoración,
silencio Eucarístico, intercesión ante el sagrario y después si, servicio. Pero
es como el ping pon, uno lleva a la otra, eh, una lleva a la otra”.
No se vuelvan
oficinistas de lo sagrado
En este sentido, el Papa Francisco
advirtió a los sacerdotes de que se cuiden de quedarse en la formalidad, les
pidió que no se instalen. A no quedarse atrapados en los horarios a los cuales
nos lleva el mundo moderno.
“Por favor, primero la gente,
después el horario. No se vuelvan oficinistas de lo sagrado. Que es el peligro
de esta cultura. Revisen su dedicación a la gente, su apertura de corazón”.
Ser curas para
la gente
Por ello, el Santo Padre
inspirándose en estos santos, dijo que algunas respuestas tal vez les parecerán
ingenuas, como la de Carlo Acutis, otras parecerán superarles, como la de san
Manuel. En realidad, este pastor, en sus recomendaciones, afirmaba que, por
encima de todo, lo que un cura puede hacer, empieza hoy, con la oración
sencilla, la palabra cercana, la acogida fraterna y el trabajo perseverante. Y
por ello les pidió que no se reserven para nadie.
“Decía un cura de un barrio pobre,
popular, que le vienen ganas de tapiar la ventana, porque la gente a cualquier
hora va a pedir cosas, o va a pedir bendiciones, cualquier cosa, porque la
gente es inoportuna, como el Señor que es inoportuno. Y él me dice, cuando ven
la puerta cerrada me golpean la ventana, tengo que tapiar la ventana, no, abrid
la puerta. Eso es clave, curas para la gente”.
No perder la
ilusión de su vida
En este sentido, el Papa Francisco
invitó a los sacerdotes a no pretender hacer carrera, a tener las uñas limpias,
porque las uñas se ensucian cuando el cura empieza a trepar. Y es ahí, dijo el
Papa que, la promoción humana suple la gratuidad del anuncio, y si pierden eso
les dijo el Pontífice, serán unos pobres curas que han perdido la ilusión de su
vida.
“Recuperen siempre el llamado de
Jesús a servir, a disposición de los demás. No tengan las uñas sucias por
trepar, no. Porque después, cuando uno llega arriba, lo que hace ver es
bastante indecente, no lo quiero decir”.
Abandonarse en
el Señor que los llama
Finalmente, el Papa Francisco les
advirtió de no poner su confianza solo en las grandes ideas, o en las
propuestas pastorales bien diseñadas. No busquen culpables, les dijo el
Pontífice, promuevan la humildad pastoral y confíen en el Señor.
“Abandónense
en el Señor que los ha llamado a entregarse, y les pide solamente fidelidad y
constancia, con la certeza de que es Él quien lleva su obra a término y hará
que sus esfuerzos den buenos frutos. Y ojalá siembren mucho, y ojalá no tengan
que tomar pastillas para dormir porque llegan cansadísimos a la noche”.
Vatican News