Se les presenta como irreverentes, individualistas y sin mucho interés en lo religioso. Parece difícil asumir el reto de evangelizar a la generación Z, pero los expertos no solo confían en ellos, sino que les hacen protagonistas: "Habrá evangelización en el mundo de hoy si hay jóvenes que arriesguen, queman las naves y siguen a Cristo"
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Foto: Hakuna. Dominio público |
En
el marco del XXV Congreso
Católicos y Vida Pública, el Colegio San Pablo CEU de Sanchinarro ha cedido
la palabra a jóvenes de esta generación en la sección juvenil del evento para
arrojar datos concluyentes sobre el "desafío" de su evangelización.
La
mañana de este sábado, decenas de alumnos se dieron cita junto a sus profesores
y el experto Javier
Segura Zariquiegui, delegado de enseñanza en la Diócesis de
Getafe desde el curso 2010-2011. A lo largo de más de una década, ha mostrado con éxito como
"conectar" con la generación Z, ya sea por su participación en
proyectos multitudinarios como Viaje a Narnia o
en otros de corte mediático y artístico, como el musical Skate
Hero sobre Íñigo Echevarría, "el héroe del
monopatín", que llegó hasta Got Talent.
Durante
algo más de dos horas, se dio una interesante síntesis de la experiencia
evangelizadora de Zariquiegui con la forma de ver la realidad religiosa por los
jóvenes, la mayoría de 17 o 18 años.
Lo
primero que quedó patentemente claro es la importancia de adaptarse y comprender su contexto y realidad:
les apasiona Hakuna pero ninguna mano se levanta cuando les preguntan si saben
qué es Acción Católica. Siguen a Trigo 13 y Grillex -no sabían que ahora se
llama Estenez-, pero solo alguno participa en cofradías.
La
secularización de la cultura también parece hacer mella. Al ser preguntados por qué son "los laicos" se
levantan pocas manos. Solo un joven se atreve a responder, y no lo hizo mal,
pero no el sentido que Zariquiegui esperaba: "Los que separaban la educación de la
religión".
También
mostraron sinceramente su vivencia de la fe y una comprensión de la evangelización
que, sin duda, ha cambiado. Para ellos, no se trata -al menos al
principio- de transmitir el Evangelio de forma directa. Cuando les preguntaron
por lo que ellos creían que debían ser las claves de la evangelización de su
generación, fueron prácticamente unánimes las preferencias por "el ejemplo de vida" que por la
"transmisión" de la Palabra.
"Es
más hablarlo, vivirlo o que la gente lo vea", "si te preguntan
hablas, pero no ir con la palabra por delante" o "dar testimonio con
tu vida", respondieron.
Algunos
de estos católicos de la generación Z también arrojaron interesantes respuestas
que dieron que pensar: son plenamente conscientes del "ruido" que domina el día a día,
pero también de cómo la Adoración al Santísimo se convierte en un potente
elemento evangelizador y "protector" con el que "apagar ese
ruido". Aún estando conectados "todo el día", su necesidad de hallar silencio y
su confianza en la oración es manifiesta.
Tras
una exposición inicial de cómo han cambiado las generaciones desde la del
"silencio" -que vivió de joven la II Guerra Mundial o la Guerra Civil
española- hasta la Alfa -nacidos en torno a 2010- Zariquiegui y los jóvenes
mantuvieron un productivo diálogo que arrojó decenas de conclusiones. Entre
ellas, que evangelizar a
"los Z" es, como rezaba el título del coloquio, "un reto",
pero para el que hay esperanza y, sobre todo, abundantes herramientas.
Sintetizamos algunas de ellas:
1º La adoración, pilar de la
evangelización
En
la inauguración del Congreso el 17 de noviembre, el nuncio apostólico
Bernardito Auza se refirió al amor por la Eucaristía como una de las
condiciones singulares de toda evangelización. En semejantes términos se
expresó Zariquiegui cuando preguntó por la Adoración nocturna a un público
mayormente atónito.
"¿Qué
ha pasado para que algo que parecía que era de generaciones anteriores sea un
método de evangelización potente y eficaz?", se preguntó. Una de las
alumnas dio con la respuesta: "En esta generación hay ruido constante y buscamos apagarlo para
la oración, en la adoración conectamos con Dios de una manera
diferente". El especialista agregó: "La Adoración ha retornado por
una necesidad vital ante la que nos ahogamos. Necesitamos ese silencio y
experiencia. Hay una necesidad vital de jóvenes. Ha retornado algo que muchos dirían que era del pasado y, sin
embargo, sintoniza".
2º El grupo, lo institucional y las
masas importan menos
Para
los autores de informes y estudios sobre la generación Z, "el individualismo
y el desencanto social" son rasgos
definitorios de la misma, llegando al punto de definirse como "la generación más individualista que
ha habido hasta ahora". Se trata de un elemento que también tiene
derivadas en el comportamiento religioso y que conviene tener en cuenta a la
hora de acercarse a ellos. Para Zariquiegui, eventos como las pascuas juveniles, con gran cantidad de
asistentes y ligados al "sentimiento de Iglesia y necesidad de
comunidad", son más complejos hoy o generan menos interés en una generación para la que
"el grupo, lo institucional o el sentimiento de pertenencia" pierde
importancia.
3º "Lo de siempre" funciona, y
a veces es el pilar
Zariquiegui
también apuntó una reflexión desafiante para los jóvenes de la generación Z al
hablar de las cofradías, respondiendo a la pregunta de si algo que parece
"de la Edad Media" y que fue rechazado por generaciones previas como
la del Baby Boom podría servir para la evangelización a día de hoy. Su
respuesta fue concluyente: Según sus estudios, "ahí donde se ha mantenido la
religiosidad popular, la vivencia religiosa se ha mantenido mucho más que
en los lugares donde se esta se ha eliminado".
4º Dar con las puertas de entrada
adecuadas
El
invitado y moderador del coloquio destacó la importancia de dar con las
"puertas de entrada" correctas a la hora de enfrentar un nuevo joven
al que evangelizar.
En
el caso de las peregrinaciones,
a lo largo de las últimas tres generaciones, mencionó que han pasado de ser
consideradas como algo "medieval"
a ser "una potente
herramienta de evangelización".
Entre
otras razones, como la de "tocar elementos humanos y vivenciales que las hacen siempre actuales",
Zariquiegui encuentra la explicación de dar con la "puerta de
entrada" adecuada, que hoy podría ser la vivencia y goce de la naturaleza.
"Lo que antes sintonizaba en el tema misionero al hablar con los jóvenes
del compromiso, sucede hoy de forma similar con la globalización y las
peregrinaciones, también al plantear la posibilidad de conocer nuevos países y
lugares".
Recuerda
otra ocasión, siendo un joven profesor, cuando tratando de captar la atención
misionera de sus alumnos, les hablaba de la solidaridad y veía como el
contenido les empezaba a resultar "abstracto". Entonces invitó a una conocida que era,
junto a su hermano, la única persona del mundo que padecía una agresiva
enfermedad degenerativa. "Nunca vi tal silencio en la clase. Ella les
habló de algo que nunca había hablado yo, el sufrimiento. Veía la cara de todos y descubrí
la cantidad de heridas que tenían. Ella entró por otra puerta distinta a la
solidaridad y sintonizó. Y es lo que tenemos que ver hoy, qué puertas abrir y por las que entrar para
evangelizar a cada generación".
5º Presentar a Cristo como salvador
Una
de las claves que aportó Zariquiegui para evangelizar a la generación Z es que
"debemos explicar lo más esencial, seguir presentando a Cristo como salvador". Eso y "no
perdernos en florituras, de ahí la importancia novedosa y actual de la
oración y los sacramentos". En su opinión, la fórmula que sea "puede
variar", pero "el objetivo no hay que perderlo nunca: cuando pones a
una persona en contacto con Dios hay una revolución".
6º Evangelizar "a toda la
persona"
Según
el ponente invitado, la actual "sociedad emotivista" nos deja
"indefensos". Frente al sentimentalismo que "mueve de un sitio
para otro", destacó la importancia de "formar bien" en el
proceso: "Si quieres evangelizar,
tienes que hacerlo a toda la persona, corazón, mente, voluntad y sentimientos,
todo debe ser evangelizado". En este sentido, llamó a los jóvenes
presentes a "no conformarse con un sentimiento bonito" y ser
conscientes de que "los sentimientos van y vienen, no cimentan. La fe
abarca a toda la persona".
7º Seguir a Cristo radicalmente
Zariquiegui
se despidió de los jóvenes con un mensaje de ánimo y aliento, convirtiéndoles
en protagonistas del cambio: "Habrá
evangelización en el mundo de hoy si hay jóvenes que siguen a Cristo, que
arriesguen, que quemen las naves y crucen la línea, normales y no raros pero
que den un `Sí´ radical a Cristo. Entonces sí habrá una nueva
evangelización".
José María Carrera
Fuente: ReL