Luz del mundo
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Dominicas de Lerma |
Hola, buenos días, hoy Joane nos lleva al
Señor. Que pases un feliz día.
Tenía en la mano un rosario de los que brillan
en la oscuridad, y me quedé mirándolo.
El material fosforescente con el que están
hechos es un químico que recoge la energía de la luz y la almacena durante un
tiempo, y esto es lo que hace que brillen durante horas, incluso estando la luz
apagada. Cuando termina ese tiempo, para recuperar la luz, necesita estar
expuesto a ella de nuevo. Parece que mi rosario "luce" y, sin
embargo, solo da lo que ha recibido.
Jesús dice de sí mismo: "Yo soy la luz del
mundo" para, en otro momento, decirnos "Vosotros sois la luz del
mundo".
¡Dice lo mismo de sí mismo que de nosotros! Sin
embargo, cuántas veces, a pesar de nuestra buena intención, experimentamos todo
lo contrario palpando nuestra debilidad, errores y pobreza.
Él sabe de todo eso y cuenta con ello. Lo que
realmente le importa es cuando, con su ayuda, nos levantamos. El que es bueno
es Él y quiere que estemos a su lado.
Si cada uno de nosotros somos la luz del mundo,
es porque, como ese material fosforescente, dejamos que Jesús sea nuestra luz.
Somos cristianos no por ser diferentes a los demás, sino porque Él, Cristo, es
nuestra vida y le dejamos actuar en nosotros. La luz que damos al mundo no es
otra, sino la suya, que brilla por encima de nuestra debilidad.
Él nos confía Su luz para que nosotros podamos
ser luz en medio de la "oscuridad" y el sufrimiento del mundo,
apostando por el amor.
Recuerda que, para seguir brillando, es
necesario volver continuamente al que es la luz y dejarte iluminar por Él.
Hoy, el reto del amor es que seas luz del
mundo. Tómate cinco minutos antes de seguir con el día, ponte en la presencia
de Jesús y pídele que te muestre tres momentos en los que, con tu sonrisa, un
gesto o una palabra, seas luz para los que te rodean.
VIVE DE CRISTO.
¡Feliz día!
03 octubre 2023
Fuente:
Dominicas de Lerma