Las derivas separatistas, cada vez mayores, cavan zanjas y levantan barreras entre las personas y entre los pueblos
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El Papa recibe en el Palacio Apostólico a los miembros de la Asociación Bíblica Italiana (VATICAN MEDIA Divisione Foto) |
El Papa, al recibir esta mañana a los
miembros de la Asociación Bíblica Italiana, recordó que la Biblia debe ser cada
vez más patrimonio de todos, evitando toda forma de elitismo y preclusión, pues
su misión es ayudar al pueblo de Dios a alimentarse de la Palabra:
"escuchándola se pasa de la dispersión y la división a la unidad”.
"Alianza y pactos entre universalismo y
particularismo", tema de la XLVII Semana Bíblica Nacional, fue el punto de
partida de la reflexión del Papa Francisco, al recibir esta mañana a casi un
centenar de miembros de la Asociación Bíblica Italiana, en el Palacio
Apostólico. Para el Pontífice, el tema de las alianzas es una de las
“principales preocupaciones de la Iglesia”, pues tienen mucho que ver con sus
relaciones con el mundo contemporáneo y con la necesidad de lograr que los
seres humanos puedan vivir en paz, como hermanos, sin barreras entre las
personas y los pueblos y en el respeto de la Creación.
En efecto, el Santo Padre enumeró las tres alianzas y
pactos estudiados en los encuentros de este año: La alianza con Noé que se
centra en la relación entre la humanidad y la creación; la alianza con Abraham
que se centra en las tres grandes religiones monoteístas en su matriz común; y
el pacto con el Sinaí.
El uso sobrio de los recursos del
planeta
Para el Pontífice, el pacto de Noé implica una clara
referencia a la relación entre el hombre y la creación, pues en el relato del
Diluvio, “Dios devuelve la esperanza y la salvación a la humanidad, asolada por
el odio y la violencia mediante la justicia del Patriarca”. Una justicia,
añadió Francisco, que tiene una dimensión ecológica inalienable, al redescubrir
y respetar "los ritmos inscritos en la naturaleza por la mano del
Creador". La alianza de Noé, por tanto, “sigue incitándonos a
un uso justo y sobrio de los recursos del planeta”.
El segundo tema, el pacto abrahámico acomuna a las
tres grandes religiones monoteístas, una imagen para el Papa de gran
actualidad:
“Como enseña el Concilio Vaticano II, en un
tiempo sacudido por los ecos de la muerte y de la guerra, la fe común en un
Dios único nos invita y nos anima a vivir como hermanos. Es en ella
donde, llamados a una misma vocación humana y divina, sin violencia y sin engaño,
podemos y debemos trabajar juntos en la construcción del mundo en la paz
verdadera"
Separatismos que cavan zanjas y alzan
muros
Finalmente, sobre el don de la ley y la elección del
pueblo de Israel en el pacto del Sinaí, el Santo Padre recordó que, en la
Biblia, sin caer en lecturas “exclusivistas”, esa elección se hace en función
de un bien universal y no cae “en formas de separación o exclusión”.
“Dios nunca elige a alguien para excluir a otros,
sino siempre para incluir a todos. Ésta es una advertencia importante para
nuestro tiempo, en el que las derivas separatistas, cada vez mayores, cavan
zanjas y levantan barreras entre las personas y entre los pueblos, en
detrimento de la unidad del género humano y del mismo Cuerpo de Cristo, según
el designio de Dios”.
Escuchando la Biblia se pasa de la
división a la unidad
Francisco, al concluir su discurso, invitó a la
Asociación Bíblica Italiana a continuar su servicio permanente a la Iglesia,
estando presentes, como desde su creación, en todas las diócesis, en
colaboración con la Conferencia episcopal italiana. “Espero que esta presencia
crezca en todo el territorio, evitando toda forma de elitismo y preclusión”.
“Queridos amigos, sigan adelante en su misión de
ayudar al pueblo de Dios a alimentarse de la Palabra, para que la Biblia sea
cada vez más patrimonio de todos: El libro del pueblo del Señor que,
escuchándolo, pasa de la dispersión y la división a la unidad”.
Vatican News