El Santo Padre se reunió con los jóvenes universitarios en la Universidad Católica Portuguesa de Lisboa, en el segundo día de su Viaje Apostólico a Portugal en ocasión de la Jornada Mundial de la Juventud 2023
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En su segundo día en Portugal, el Papa se
levantó temprano y presidió la santa misa en privado, este jueves 3 de agosto,
en la Nunciatura Apostólica. Luego, en coche cerrado se dirigió a la
Universidad Católica Portuguesa, en Lisboa, para encontrarse con los jóvenes
universitarios.
En la plaza que está frente a la casa de
estudios, el Papa escuchó una pieza musical, luego recibió el saludo de la
Rectora, Profesora Isabel Capeloa Gil, y escuchó cuatro testimonios, inspirados
en la encíclica Laudato si’, en el Pacto Educativo Global, en la “Economía
de Francisco” y el de una joven ayudada por el Fondo Papa Francisco para una
cultura del encuentro.
Los estudiantes lo recibieron con gran
aclamación al son de las notas del histórico himno de la JMJ Jesus Christ,
you are my life. El Papa los invitó a ser "empresarios de sueños",
"no administradores de miedos", con "el coraje de sustituir los
miedos por sueños". En la universidad, el Santo Padre advirtió que la
autopreservación es una tentación, un reflejo condicionado del miedo, que hace
mirar la existencia de un modo distorsionado.
“Si las semillas se preservaran a sí mismas,
desperdiciarían completamente su potencia generadora y nos condenarían al
hambre; si los inviernos se preservaran a sí mismos, no existiría la maravilla
de la primavera”.
El título es para servir
El Papa afirmó que si quienes han recibido
educación superior no se esfuerzan por devolver aquello de lo que se han
beneficiado, es que no han comprendido plenamente lo que se les ha ofrecido.
Advirtió que un título no debería verse solo como una licencia para
acumular riqueza personal, sino como un mandato para dedicarse a una sociedad
más justa e inclusiva, es decir, más avanzada.
Buscar y arriesgar
"Todos somos peregrinos" y todo
peregrino "busca" y "arriesga", observa el Pontífice,
invitando a desconfiar de "fórmulas prefabricadas, de respuestas que
parecen al alcance de la mano, de propuestas que parecen darlo todo sin pedir
nada".
La buena inquietud
Nunca hay que tener miedo a sentirse inquieto:
estar insatisfecho, de hecho, prosigue, "es un buen antídoto contra la
presunción de autosuficiencia y narcisismo. Cada uno de nosotros es un
peregrino, un buscador, que siente su propia incompletud, como dice Jesús:
'estamos en el mundo, pero no somos del mundo'. De ahí la exhortación a no
alarmarse "si nos encontramos sedientos por dentro":
"¡No estamos enfermos, sino vivos!
Preocupémonos más bien cuando estamos dispuestos a sustituir el camino a
recorrer por el detenernos en cualquier oasis —aunque esa comodidad sea un
espejismo—; cuando sustituimos los rostros por las pantallas, lo real por lo
virtual; cuando, en lugar de las preguntas que desgarran, preferimos las
respuestas fáciles que anestesian".
No polarizaciones, sino panorámicas
Es hora de redefinir lo que llamamos progreso y
evolución porque "en nombre del progreso", se ha abierto el camino a
una gran regresión". Reivindicó la importancia de las visiones de conjunto
y alertó contra las polarizaciones:
"Ustedes son la generación que puede
vencer este desafío, tienen los instrumentos científicos y tecnológicos más
avanzados, pero, por favor, no caigan en la trampa de visiones parciales. No
olviden que necesitamos de una ecología integral; necesitamos escuchar el
sufrimiento del planeta junto al de los pobres; necesitamos poner el drama de
la desertificación en paralelo al de los refugiados, el tema de las migraciones
junto al del descenso de la natalidad; necesitamos ocuparnos de la dimensión
material de la vida dentro de una dimensión espiritual. No crear polarizaciones
sino visiones de conjunto".
En diálogo con los estudiantes
El encuentro en la universidad católica de
Lisboa fue un verdadero diálogo. En efecto, las palabras del Papa vinieron como
respuesta a las que cuatro jóvenes le habían dirigido poco antes sobre los
temas de Laudato si', el Pacto Mundial por la Educación, la Economía de
Francisco y la cultura del encuentro. Beatriz, Mohoor, Mariana, Tomás: el Santo
Padre agradeció a cada uno sus testimonios de esperanza, de entusiasmo
realista, sin quejas ni escapismos realistas.
Maestros de humanidad
Es verdad, el Santo Padre acotó que una
auténtica ecología integral no es posible sin Dios; no basta que un cristiano
esté convencido, debe ser convincente reflejando la alegría del Evangelio; sin
encarnación, incluso en el campo de la cultura, el cristianismo se convierte en
ideología y preguntó a todos:
"Ustedes, queridos estudiantes, peregrinos
del saber, ¿qué quisieran ver realizado en Portugal y en el mundo? ¿Qué
cambios, qué transformaciones? ¿Y de qué manera la universidad, sobre todo la
católica, puede contribuir a ello?".
Como anciano ("porque ya estoy
viejo", dijo el Papa), también sueña que vuestra generación sea una
generación de maestros: maestros en humanidad, maestros en compasión, maestros
en nuevas oportunidades para el planeta y sus habitantes, maestros de
esperanza.
Un gesto de hospitalidad provoca una
transformación
Francisco exhortó a todos a estudiar con pasión
el Pacto Mundial por la Educación, a hacer suyos los principios que conforman
su arquitectura: la dramática urgencia de cuidar la casa común a partir de la
conversión del corazón y de un cambio de la visión antropológica que sustenta
la política y la economía; la educación para la acogida y la inclusión para
devolver la esperanza a quienes viven con la constante sensación de desamparo y
han podido recobrarla gracias a quienes creen en la cultura del encuentro.
En relación
El Papa recurrió de nuevo a la imagen del
peregrino para animar a los jóvenes universitarios a seguir adelante. Citó los
saludos que según una tradición medieval se intercambiaban los caminantes a lo
largo del Camino de Santiago: "Ultreia", "et Suseia",
o "Ve más lejos, más alto; da fuerzas, avanza más":
"Ser una universidad católica quiere
decir sobre todo esto: que cada elemento está en relación con el todo y que el
todo se encuentra en las partes. De ese modo, mientras se adquieren las competencias
científicas, se madura como personas, en el conocimiento de sí mismos y en el
discernimiento del propio camino. Entonces, ¡adelante! Una tradición medieval
cuenta que cuando los peregrinos del Camino de Santiago se cruzaban, uno
saludaba al otro exclamando: “Ultreia”, y el otro respondía: “et Suseia”. Son
expresiones de aliento para continuar la búsqueda y el riesgo de caminar,
diciéndose mutuamente: “¡Vamos, ánimo, sigue adelante!”. Esto es lo que les
deseo también, con todo el corazón".
Al final del encuentro, Francisco bendijo la
primera piedra del nuevo Campus Veritati. El Obispo de Roma fue saludado por la
Rectora de la Universidade Católica Portuguesa, Profesora Isabel Capeloa, quien
señaló: "La universidad no existe para preservarse como institución, sino
para responder con valentía a los desafíos del presente y del futuro. Por eso
siempre será un proyecto, nunca una obra acabada". A continuación, Capeloa
anunció el nacimiento de una nueva cátedra titulada "Economía de Francisco
y Clara", dedicada a acoger iniciativas interfacultativas para promover
los principios de la Economía de Francisco y desarrollar un modelo social que
valore a las personas y al medio ambiente.
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