El grupo musical juvenil Balaka se ha convertido en el más popular y solicitado del país, ha cantado delante del Papa San Juan Pablo II y no se pierden una JMJ desde el año 2000.
El grupo musical juvenil Balaka. Dominio público |
El
padre Mario es de Entratico, un pueblo de dos mil habitantes en la región
italiana de Bérgamo. Sin embargo, desde los años 70, Malawi es su verdadero hogar.
Hojalata y cables como cuerdas
"Era
el 19 de enero de 1978, día de San Mario, mi santo. Los jóvenes de la comunidad
de Balaka, a 200 kilómetros al sur de la capital, habían organizado una fiesta
sorpresa para mí. Algunos
llegaron con sus propios tambores, otros con guitarras hechas a mano, con
trozos de hojalata y cuerdas de cables eléctricos, y empezaron a cantar",
recuerda el misionero.
"Yo
había aprendido a tocar el tambor cuando era seminarista, para animar a la
comunidad parroquial. Junté los tambores y conseguí un par de baquetas. Me uní
a ellos. Había nacido la
banda Alleluya... y pronto los alumnos se convirtieron en mis profesores",
comenta a Vatican News.
Desde
entonces, el grupo musical juvenil Balaka se ha convertido en el más popular y solicitado de Malawi.
"Es un signo de la propuesta de vida que llevamos desde nuestro lema Tiyimbire
Moyo ndi chimwemwe, que en lengua chichewa significa ¡Cantamos la
Vida con Alegría!", añade el padre Mario.
Malawi
es uno de los países más pobres del mundo, pero también es una nación donde el
factor humano de la acogida y la generosidad están muy presentes. Con este
espíritu, la población
recibió la visita de Juan Pablo II, del 4 al 6 de mayo de 1989.
La
conferencia episcopal del país encargó a la Alleluya Band la tarea de dar la
bienvenida al Papa en el estadio Kamuzu de Blantyre. La banda eligió cantar la
canción Aka nkoyamba Papa kubwera ku Malawi ("Es la primera vez que el Papa
viene a Malawi").
A
partir de ese histórico encuentro, la relación entre la banda y el Papa Juan Pablo II se consolidó
aún más, culminando en la invitación de la banda a Roma, para la Jornada
Mundial de la Juventud del 2000 y para el Jubileo de políticos de ese mismo
año.
Estrecha relación con la JMJ
Así
comenzó también la maravillosa y emocionante tradición de la presencia de la
Banda Alleluya en las Jornadas Mundiales de la Juventud. "¡Desde Colonia, en el 2005, no
hemos faltado a ninguna!", exclama satisfecho el padre Mario.
"No
es que falten los desafíos logísticos y económicos, pero con la ayuda de la Providencia
hemos logrado el propósito de estar allí y hemos cantado la alegría
del mensaje de Cristo", comenta Mario.
"Alegría,
alegría, alegría" es el título de una de las canciones más recientes de la
Alleluya Band. "Es una
reinterpretación de las palabras del Papa, que nos anima, incluso en los
momentos más difíciles, a no perder la esperanza", comenta.
La
banda –que ha colaborado con cantantes italianos como Zucchero, Al Bano, Pooh y
Nomadi, entre otros– está
formada por doce miembros, en una clara referencia a los doce apóstoles.
Ocho chicos y cuatro chicas, que con sus baterías, guitarras, teclados, saxofón
y sobre todo con sus voces cantan al mundo.
"Como
todos los años, estamos de gira por Italia con nuestras canciones. Concluiremos
la gira en San Marino en septiembre. El espíritu que invade a los miembros del
grupo en cada una de sus actuaciones es el mismo que el del 19 de enero de hace 45 años,
cuando en lugar de una guitarra había un trozo de lata y unos cuantos cables de
cobre", afirma Mario.
"Es el mismo entusiasmo y la
alegría de cantar a Cristo, con su mensaje de felicidad y esperanza. No es
casualidad que para nuestro aniversario hayamos querido retomar el grito de la
tribu Angoni, cuando se armaron de valor para defender sus aldeas: Woza Moyo, '¡Fuerza y Vida, Viva la vida!'", concluye.
P. H.
P.
Fuente:
ReL