Francisco recibe en el Vaticano a los participantes en una conferencia sobre crisis alimentarias y humanitarias y habla de la urgencia de aliviar el sufrimiento de los que padecen hambre
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El Papa con los participantes en el encuentro promovido por Pontificia Academia de las Ciencias (Vatican Media) |
Su pensamiento se dirige también a Ucrania: "Con demasiada
frecuencia, situaciones marcadas por catástrofes naturales, pero también por
conflictos armados, corrupción política o económica y explotación de la tierra,
amenazan peligrosamente el abastecimiento alimentario de poblaciones
enteras".
Garantizar el acceso a una
alimentación suficiente a quienes no tienen una dieta sana y aliviar así su
sufrimiento es un desafío urgente que requiere "autoridad con visión de
futuro y prácticas políticas". Así lo señaló el Papa a los participantes
en la Conferencia de la Pontificia Academia de las Ciencias, titulada
"Crisis alimentarias y humanitarias: ciencia y políticas para su
prevención y mitigación", que concluye hoy en la Casina Pío IV, recibidos
en audiencia esta mañana. "Si durante un año no se fabricaran armas -dijo
el Papa citando a un estudioso con el que se reunió- se acabaría el hambre en
el mundo".
Con demasiada frecuencia,
situaciones marcadas por calamidades naturales, pero también por conflictos
armados -pienso especialmente en la guerra de Ucrania-, la corrupción política
o económica y la explotación de la tierra, nuestra casa común, obstaculizan la
producción de alimentos, minan la capacidad de recuperación de los sistemas
agrícolas y amenazan peligrosamente el abastecimiento nutricional de
poblaciones enteras.
El egoísmo de los
modelos económicos
A todas estas crisis, agravadas
por la pandemia del Covid-19, Francisco denuncia, responde el "declive de
la solidaridad fraterna".
Es un hecho: las guerras y las
miserias conducen al declive de la solidaridad fraterna, y este declive está
determinado, entre otras cosas, por las exigencias egoístas inherentes a
algunos modelos económicos actuales.
De las crisis no se
sale solos
Es más necesario que nunca, sigue
diciendo el Papa, "tomar cada vez más conciencia de que todo está
estrechamente relacionado", y así comprender también que de una crisis se
puede también "reconocer y aprender de los errores del pasado",
desarrollando "una actitud de solidaridad universal basada en la
fraternidad, el amor y la comprensión mutua". Desde el Papa, pues, llega
el aliento y la gratitud a todos los que trabajan para responder a las crisis
alimentarias, y para que se puedan afrontar los problemas derivados de las
crisis alimentarias y de las crisis humanitarias.
Las crisis son un asunto distinto
de los conflictos. Los conflictos se encierran en sí mismos, de un conflicto es
difícil salir de manera constructiva. En cambio, de las crisis se puede salir,
hay que salir, pero con dos condiciones: no se puede salir solo de una crisis,
o salimos juntos o no podemos salir. Esto es importante, no se puede salir
solos, se necesita la comunidad, el grupo para salir. Y, por otra parte, de una
crisis se sale para mejorar, siempre para avanzar, para progresar. Por eso les
agradezco su actitud ante esta crisis, para salir juntos y salir mejor.
Francesca Sabatinelli - Ciudad
del Vaticano
Vatican News