El secretario del Estado vaticano ha visitado la capital portuguesa, donde ha pedido a las organizaciones de la cita que recen para "fortalecer y renovar sus corazones"
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Ecclesia |
El secretario del Estado
vaticano, el cardenal Pietro Parolin, ha visitado este fin
de semana Lisboa, ciudad que acogerá del 1 al 6 de agosto la Jornada Mundial de
la Juventud. Cuando apenas quedan ya menos de ochenta días para la cita,
Parolin ha tenido un mensaje de agradecimiento a los organizadores y recordó
que "aunque para la mayoría de los jóvenes este encuentro no comenzará
hasta principios de agosto, para cada uno de ustedes, que participan
activamente en su preparación, ya ha comenzado. Ya forma parte de sus
oraciones, de su trabajo, de su generosidad y de su compromiso", ha
resaltado.
El cardenal italiano no ha dudado en reivindicar la oración como
un elemento más dentro de los preparativos de una JMJ, ya que son los momentos
de plegaria “los que fortalecen y renuevan sus
corazones", ha precisado.
Asimismo, ha subrayado que "la Jornada Mundial de la
Juventud es naturalmente un acontecimiento festivo, pero al mismo tiempo, una
oportunidad para encontrarse y compartir con los jóvenes de todo el
mundo".
El secretario del Estado del Vaticano ha acudido a la capital de
Portugal para presidir la Santa Misa en la Iglesia de Nuestra Señora de los
Navegantes, donde se dirigió a los jóvenes cuando quedan
menos de tres meses de la JMJ: "No están solos. Todos
somos conscientes de que la preparación de la Jornada Mundial de la Juventud es
siempre compleja, llena de desafíos constantes y, a veces, de obstáculos que
parecen insuperables".
Pensando en las situaciones de cada joven, en las que muchos "experimentan
un vacío existencial que a menudo no les permite encontrar un sentido a su
vida", el cardenal Parolin puso el acento en que
todos "llevan dentro de sí el deseo de encontrar una respuesta a sus
anhelos más profundos".
Por tal motivo, expresó que "la invitación del Apóstol
Pedro, es un estímulo para acoger a todos y cada uno de los jóvenes peregrinos
con sus preguntas y anhelos y para ampliar sus horizontes con una Esperanza que
nos es dada por Cristo, que vive en nuestros corazones".
Fuente:
Ecclesia