Informes recientes indican que un niño de 5 años fue decapitado el último fin de semana, cuando extremistas islámicos atacaron la aldea de Runji, en el sur del estado de Kaduna (Nigeria), asesinando a 33 personas, entre ellos 14 niños.
![]() |
Imagen referencial. Crédito: Shutterstock |
La
jefa del equipo de prensa y asuntos públicos de CSW, Kiri Kankhwende, lamentó
que los ataques no hayan cesado en los estados de Kaduna y Benue.
Kankhwende
comentó que personas inocentes continúan sufriendo horrores indescriptibles
porque las autoridades estatales y federales, y la comunidad internacional,
“hacen muy poco para protegerlos o ayudarlos”.
“La
inseguridad no abordada ahora hizo metástasis y constituye una amenaza para la
integridad territorial de Nigeria, con serias implicaciones para la región, el
continente y la comunidad internacional en general”, señaló la funcionaria de
CSW.
“La
comunidad internacional debe ayudar en este sentido siempre que sea posible,
incluso haciendo que los gobiernos federal y estatal rindan cuentas, en caso de
que continúen incumpliendo con su deber hacia los ciudadanos”, agregó.
Kankhwende
expresó sus “más profundas condolencias a todos aquellos que han perdido a sus
seres queridos en estos recientes ataques en los estados sureños de Benue y
Kaduna”. “Les deseamos a quienes han sido hospitalizados una pronta y completa
recuperación”, acotó.
Según
los informes, las 33 víctimas del ataque a la aldea de Runji fueron enterradas
en una fosa común.
“Catorce
de las víctimas eran niños, incluido un niño de 5 años que, según los informes,
fue decapitado. Varios otros fueron quemados y no se les pudo reconocer”,
informó CSW.
La
fundación de derechos humanos citó a algunos sobrevivientes, quienes señalaron
que al menos 200 extremistas llegaron a la aldea alrededor de las 10:30 p.m.
(hora local) del 15 de abril, “disparando” e incendiando aproximadamente 40
casas.
El
ataque se prolongó durante más de una hora antes de que las milicias se
retiraran. Los atacantes amenazaron a los aldeanos sobrevivientes que
regresarían.
Algunos
de los terroristas habrían muerto tras enfrentarse a los soldados y los vigilantes
locales.
CSW
dio a conocer que la zona de Zangon Kataf ha estado bajo ataque constante desde
que terminó el periodo de elecciones generales en Nigeria, a pesar de que el
área tiene un campamento militar y policial a tres kilómetros de su ciudad principal.
Otro
ataque en la zona de Ungwan Wakili, en la tarde del 11 de marzo, terminó
con la muerte de 17 personas, la mayoría mujeres y niños.
El
hecho supuestamente ocurrió luego de “una serie de denuncias de envenenamiento
de vacas y destrucción de productos agrícolas por parte de pastores y lugareños
en el área”, así como de un altercado entre agentes de seguridad y pastores
fulani.
El
ataque del 11 de marzo ocurrió cuatro días después de que 88 personas murieran
en una agresión similar en un campo de desplazados internos en el estado de
Benue. El atentado tuvo como objetivo en gran medida a mujeres y niños, lo que
provocó una condena de la
oficina de las Naciones Unidas en Nigeria.
La presidencia de Nigeria también emitió una
declaración en la que lamentaba el
“ataque concertado contra ciudadanos inocentes en el estado”, y agregó que “los
organismos encargados de hacer cumplir la ley deben tomar medidas serias para
poner fin a esto”.
Sin
embargo, a pesar de la condena, los crímenes en Nigeria continúan, lamentó CSW,
refiriéndose a la reciente redada del 5 de abril en
la comunidad Dutsen Bako, también en la gobernación de Zangon Kataf, en la que
murieron al menos cuatro personas.
En
otro atentado, el 12 de abril,
nueve personas murieron, cuatro resultaron heridas y cinco casas fueron dañadas
en la aldea de Tanjei. CSW informó que entre las víctimas se encontraban una
niña de 8 años que dormía y una mujer embarazada a la que le faltaba un mes
para dar a luz.
Según
Kankhwende, un trabajo concertado y concreto es esencial para garantizar que
las fuerzas de seguridad de Nigeria cuenten con los recursos adecuados para
combatir las amenazas de los grupos terroristas que operan en el país.
Además,
describió la inseguridad en Nigeria como "profundamente angustiosa",
y agregó que “tales eventos no son nada raros para muchas comunidades en
Nigeria"”.
Traducido y
adaptado por ACI Prensa. Publicado originalmente en ACI África.
Fuente:
ACI