“Todos piensan que va a llegar el fin del mundo mientras ellos estén vivos”, ironiza el sacerdote Jesús Silva en el último episodio de Red de Redes, el programa de catequesis desenfadada en YouTube que impulsa la Asociación Católica de Propagandistas (ACdP).
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Los tres curas de Red de Redes. Dominio público |
¿Por qué hablar del fin de los tiempos?
La
primera pregunta a la que responden los sacerdotes es la cuestión de la propia premisa:
¿por qué hablar del fin de los tiempos, si el propio Jesús avisó de que “no sabéis ni el día ni la hora”?
“Porque
Jesús sí nos dijo que habría un final de los tiempos, y es bueno conocerlo y
estar preparado: a nuestra generación le puede tocar vivirlo, si no pasamos el
depósito de la fe a la siguiente generación”, reflexiona Bronchalo.
Domenech
cita a Benedicto XVI -que decía en la encíclica Spe salvi que
el juicio final es un signo de esperanza-, recuerda que en cada Eucaristía decimos: “Ven,
Señor Jesús”. “Como cristianos debemos vivir con tensión escatológica: el estar en
vela que nos pedía Cristo tiene que ver con el fin de los tiempos, sí,
pero también con el fin particular de cada uno… Ahora mismo podría caerse el
techo del estudio y morir todos, y hemos de estar preparados”, apunta Silva.
“El primer signo del fin ya se ha dado”
“El
Señor sabía que corríamos el riesgo de relajarnos”, añade Silva, que ha
publicado recientemente el libro La venida del anticristo. Los
signos del fin (ed. Palabra), y destaca que tanto en la Biblia
como en la tradición de la Iglesia se ha hablado del tema. A continuación, los
tres sacerdotes detallan cuáles son los signos del fin de los tiempos, según
estas fuentes.
“El
primero ya se ha dado: es la
anomía, la negación de la ley natural”, reflexiona Silva, que destaca
que en esta época se cumple la profecía de Isaías: “¡Ay de los que llaman al mal bien y al bien mal!”.
Silva
considera que en nuestra época se una “triple ruptura”: “Hoy se sustituye la ley natural por
una ley artificial que va contra natura, y lo vemos en temas que tienen que ver
con la vida, la identidad
y las relaciones con los demás”, señala.
“En
todas las épocas se
concebía que las cosas malas eran malas”, continúa Silva. En cambio,
en la cultura actual en Occidente "se ve como malos a quienes defendemos la vida o la ley
natural".
“La
gente no acepta que haya una determinación natural… paso a paso se va quitando
cualquier señal de Dios en el orden creado”, reflexiona Domenech.
La anomía puede retroceder
Silva
explica la historia de san Vicente Ferrer, a quien llamaban “el ángel del
apocalipsis”, por su predicación sobre el fin de los tiempos. “Pero
precisamente por su predicación, la gente se convirtió, y este retrocedió”,
explica Silva, y relata que el
fin “no es un tiempo fijado predeterminísticamente, sino que nosotros podemos
influir en esa anomía”. “¿Si no, por qué se aparece la Virgen y nos
pide penitencia y conversión”?, se pregunta.
Más signos: guerra, hambre, peste… y el
Anticristo
Los
sacerdotes relatan otros signos que acompañarán el fin del mundo, como las
guerras, el hambre o las pestes. “Yo creo que se refiere a un ambiente bélico
mundial; serán unas guerras que dejarán al mundo en un estado tan caótico que
propiciarán la venida de alguien que vendrá con la supuesta solución a los
problemas del mundo: el Anticristo”, dice Silva.
Domenech
relata que el Anticristo
será “lo que dice su nombre: un luchador por acabar con la figura de Jesucristo como
Dios en la conciencia y la vida diaria de todos los hombres, quitándole del
horizonte y poniéndose él en sustitución”. Así, añade, conseguirá cumplir el
anhelo de la serpiente en el Génesis: “Seréis como dioses”.
Bronchalo
recuerda que, a pesar de que intentará esconderse, “los santos, los cristianos,
podrán reconocer al Anticristo”.
Los
conductores de Red de Redes explican
que el Anticristo vendrá “con signos y prodigios”, como escribía san Pablo, y
que será “el hombre más
popular del mundo”, porque buscará ser alabado y acogido.
También
citan el punto 675 del Catecismo:
el Anticristo traerá “una impostura religiosa que proporcionará a los hombres
una solución aparente a sus problemas mediante el precio de la
apostasía de la verdad”.
¿El Anticristo será un papa?
Por
último, los tres curas debaten sobre la creencia de que el Anticristo pueda ser
un Papa. “En ningún momento se nos dice que vaya a ser así”, dice Bronchalo, y
Silva concuerda: “Cristo dijo que la fe de Pedro no se acabaría, y que las
puertas del Infierno no prevalecerían contra ella”. “Lo que pasa es que hay gente que cuando el Papa
dice algo que no es lo que ellos dicen, o lo que les gusta, ya no les gusta el
Papa”, reflexiona Domenech, en clave actual.
También
hablan sobre el significado del número 666, aunque piden prudencia con las
especulaciones, e introducen otros signos, como la reedificación del templo de
Jerusalén, la conversión de los judíos, el signo de la cruz en el cielo o la
abolición de la Eucaristía. “Yo me quedo -dice Domenech- con las palabras de la
Virgen: ‘Al final, mi Inmaculado Corazón triunfará’”.
El
episodio se cierra con una
ronda de recomendaciones. Además del último libro del padre Silva, ya
citado, Bronchalo
recomienda la novela El padre Elías, que imagina cómo
sería el fin de los tiempos. (El libro se puede pedir en librerías o aquí
en OcioHispano).
Domenech
pide tratar “con devoción, trato, afecto y ternura” a la Virgen María.
Y
Silva recomienda una película, No mires arriba:
“No es religiosa, pero sí nos habla de cómo la gente está comida por las cosas
del mundo y no ve los signos del fin”.
Jesús
M. C.
Fuente: ReL