San José, la Virgen María y el Niño Jesús recorrieron más de 2 mil kilómetros durante los años en que tuvieron que exiliarse a Egipto para huir de la matanza de los menores de dos años instigada por Herodes, explica una experta
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Infobae |
El Evangelio según San Mateo narra cómo cuando
los Magos se retiraron de Belén, “el ángel del Señor se apareció en sueños a
José y le dijo: ‘Levántate, toma al niño y a su madre y huye a Egipto’” (Mt 2,
13).
Allí debía permanecer hasta nuevo aviso “porque
Herodes va a buscar al niño para matarlo”.
La profesora de Lengua Aramea y Hebrea de la
Universidad Eclesiástica San Dámaso, Cayetana H. Johnson, detalla a ACI Prensa
que la Sagrada familia permaneció en Egipto unos cuatro años, según la
tradición y que en su periplo “tuvo un recorrido de más de 2 mil kilómetros”.
“Aunque la ruta seguida por la Sagrada Familia
no está registrada en la Biblia, los cristianos coptos han identificado unos
veinticinco lugares donde creen que María José y Jesús se quedaron durante su
estancia en Egipto”, apunta la experta.
En concreto, se entiende que “las ruinas de una
antigua iglesia en Farma y cuatro monasterios en Wadi Natrun marcan etapas en
su viaje a través del delta del Nilo”, detalla.
Esto se ha reflejado en algunas obras
artísticas: “En Deir al-Suriani (El Monasterio de los sirios, en Wadi Natrum)
un fresco del siglo VI muestra a María amamantando al Niño Jesús”.
Al morir Herodes el Grande, San José recibió
una nueva visita del ángel: “Levántate, coge al niño y a su madre y vuelve a la
tierra de Israel, porque han muerto los que atentaban contra la vida del niño”
(Mt. 2, 20).
Así, “la Sagrada Familia tomó el camino de
regreso hasta la Montaña de Dronka, donde se levantó un monasterio en nombre de
la Virgen”.
De ahí, “llegaron al Cairo Viejo después de
Matariah, luego marcharon a Al Mahatma, Sinaí y, finalmente entraron en Tierra
Santa para establecerse en el pueblo de Nazaret en Galilea”, puntualiza
Johnson.
Una gran comunidad judía en Egipto
En aquella época, en Egipto “existía una gran
comunidad judía” pues, según la experta “las relaciones entre Israel y el país
de los faraones eran históricamente más positivas que negativas”.
Egipto pertenecía ya al Imperio Romano, unos 30
años antes, desde la derrota de Marco Antonio y Cleopatra ante Octavio Augusto
César.
La importante presencia de judíos en Egipto se
remonta a “la caída de Jerusalén a manos de los babilonios en el 587 a. C.
Johnson detalla que “Seis meses después del
nombramiento de Gedelías como Gobernador de Judá por Nabucodonosor, Ismael (un
descendiente del rey de Judá) asesinó a Gedelías en Mizpa y escapó a
Egipto”.
Por miedo a las represalias, todos los
israelitas de Mizpa huyeron al país vecino, “llevándose consigo al profeta Jeremías”.
Estas comunidades judías se establecieron en “Migdol, Tahpanhes y Menfis, en la
región del delta del Nilo en el Bajo Egipto”.
Allí, tras la conquista de Egipto por Alejandro
Magno en 332 a. C. “la comunidad judía prosperó bajo los faraones ptolemaicos y
adoptó el griego como lengua materna”, llegando se a traducir a este idioma las
escrituras hebreas.
La importancia de esta comunidad judía era tal
que tras el saqueo de Jerusalén en el año 167 a.C. se construyó un templo judío
cerca de Menfis “que habría sido el centro de una gran comunidad judía cuando
María y José llegaron a Egipto”.
Por Nicolás de Cárdenas
Fuente: ACI Prensa