Si bien inicialmente parecía que los yihadistas no estaban particularmente interesados en los cristianos, esto ha cambiado desde 2019. Desde el inicio de la crisis las poblaciones sufren violencia, asesinatos y abusos de todo tipo.
Un
sacerdote católico fue
asesinado este lunes 2 de enero en Burkina
Faso. Hombres armados no identificados atacaron a Jacques Yaro Zerbo
causándole la muerte. Según la Agencia Fides, el obispo de Dédougou, Prosper
Bonaventure KY, comentó que el sacerdote tenía 67 años y fue asesinado en la localidad de Soro,
en la región de Boucle du
Mouhoun, en el noroeste de Burkina Faso.P. Jacques Yaro Zerbo. Dominio público
Jacques
Yaro Zerbo nació el 28 de diciembre de 1956 en Kolongo, actual Malí, y fue
ordenado sacerdote el 19 de julio de 1986 en Dédougou. La región de Boucle du
Mouhoun (noroeste) es una
de las más afectadas por el terrorismo en Burkina Faso. En esta misma
zona, al menos 28 civiles
murieron en la noche del viernes 30 de diciembre al sábado 31 de
diciembre en "represalia" tras un atentado "terrorista" en
la ciudad de Nouna, capital de la provincia de Kossi.
Escalada de ataques
Burkina
Faso es un ejemplo práctico de cómo el yihadismo está erradicando paso a paso el cristianismo
en algunas regiones. En 2022 cinco parroquias cerraron por completo debido al
peligro de ataques terroristas y los sacerdotes solo podían atender al 5% de las aldeas en las
otras parroquias.
El
seminario menor de San Kisito tuvo
que ser trasladado a Fada N’Gourma, la capital de la región. Los
robos, secuestros y asesinatos se intensificaron enormemente en la diócesis durante
el año recién finalizado. De las dieciséis parroquias que componen la diócesis, cinco fueron blanco directo
de ataques violentos y tuvieron que cerrar completamente por motivos
de seguridad.
En
otras siete parroquias la labor se limitó a la iglesia principal porque gran
parte de las carreteras
estaban bloqueadas por los terroristas, que controlan gran parte de
redes de comunicación terrestre y también destruyeron las redes de comunicación
telefónica, por lo que era imposible
para los sacerdotes desplazarse o comunicarse con ninguna de las
aldeas que suelen atender.
En
abril de 2022, el número de las aldeas que pudieron ser atendidas se había reducido a 29,
es decir un 5,5%. La razón es el terror islamista que ha estado asolando el
país desde 2015 y se está extendiendo cada vez más. Si bien inicialmente
parecía que los yihadistas no estaban particularmente interesados en los
cristianos, esto ha
cambiado desde 2019. Desde el inicio de la crisis las poblaciones sufren
violencia, asesinatos y abusos de todo tipo.
Muchas personas son secuestradas,
algunas son liberadas después de ser interrogadas, otras detenidas y otras asesinadas.
Todos los días hay enormes
robos de ganado. Todo esto genera pánico en la población y provoca la huida
de muchas personas. De hecho, muchas comunidades se han convertido en pueblos
fantasma.
Fuente: ReL