La Virgen del Amor Hermoso cuida de alumnos y profesores de la Universidad de Navarra desde su ermita ubicada en el Campus
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Iniciativa de un santo
La pequeña capilla mariana fue construida hace más de
50 años por iniciativa de San Josemaría Escrivá de Balaguer,
fundador de este centro educativo para que sus
estudiantes, profesores y empleados o cualquier ciudadano que pasara por allí
subiera el tramo de escaleras y pudiera saludar a la Virgen.
Hoy la ermita sigue siendo ese lugar por donde
circulan cientos de personas que al pasar saludan, oran y agradecen a la
Virgen.
Es el corazón orante del campus: es habitual ver a
estudiantes pedir luces antes de realizar sus exámenes, a jóvenes rezar el
rosario, a ciudadanos poniendo en sus manos intenciones nobles y a muchos
enfermos y familiares que visitan la Clínica Universitaria y
acuden a la Virgen.
Nota escrita con especificaciones
En 1963 san Josemaría encargó al escultor italiano Pasquale
Sciancalepore la talla de una Virgen para regalarla a la Universidad. Y en una
nota manuscrita, fechada el 19 de abril de ese año, le dejó por escrito una
serie de instrucciones para que cincelara la escultura en mármol blanco.
Concretamente decía así:
«Encargar a Sciancalepore una imagen de la Sma. Virgen
con las siguientes características:
1) de tamaño natural, más bien alta;
2) sentada y sosteniendo al Niño Jesús, que estará de
pie sobre un rimero de libros;
3) se verán, al menos, los lomos de tres de esos
libros: el más bajo, en el que se leerá el título: Derecho Civil; en otro, se
leerá Medicina; y, en el más alto, Ius Canonicum;
4) el Niño tendrá una rosa, en la mano izquierda, apretada contra su pecho;
y, con la mano derecha, bendecirá.»
Madre del Amor Hermoso
La nota escrita por San Josemaría también incluía un
requerimiento piadoso para el escultor, muy en la línea de la espiritualidad
del Opus Dei, fundado por este santo aragonés: santificar y ofrecer el trabajo
diario.
Decía lo siguiente:
«Dile a Sciancalepore que rece cada día un Avemaría a
la Madonna, antes de ponerse a trabajar.»
Y concluía:
«Hay que pensar en el pedestal, que llevará grabado: Sancta Maria, Mater
Pulchrae Dilectionis. Ora pro nobis.»
Cuando unos jóvenes le preguntaron a San Josemaría por
qué había escogido esta advocación de la Virgen contestó:
«Para que no tengáis miedo al amor humano, limpio y noble, como el de
vuestros padres y podáis confiarle vuestras alegrías y las preocupaciones que
tengáis. «
Y añadió:
«No te avergüences de tener novia. Debes quererla mucho, pensando que será
la madre de tus hijos.»
Imagen bendecida por Pablo VI
Sciancalepore siguió las instrucciones del encargo
fielmente y cinceló en Roma una bella imagen de la Virgen, llena de majestad y
dulzura.
La estatua mide 1’70 m de altura y la Madre de Dios
aparece sentada, con un velo que cae sobre sus hombros y recoge sus cabellos.
El manto que cubre su túnica está ribeteado en dorado. El Niño Jesús aparece de
pie sobre una pila de libros, tal como indicaba la nota del encargo.
Cuando la imagen estuvo acabada, el papa San Pablo VI
acudió a bendecirla el 21 de noviembre de 1965 al oratorio del Centro Elis
de Roma, dedicado a la formación profesional de jóvenes obreros.
Diseño de la Ermita
Y desde allí viajó hasta Pamplona para ocupar el
interior de la ermita que el arquitecto Heliodoro Dols proyectó en una
zona elevada del campus, inspirándose en los típicos humilladeros de la zona.
Un humilladero es un lugar de culto al aire libre que
suele situarse a las entradas o salidas de los pueblos, junto a los caminos,
que contiene habitualmente una cruz o una imagen de algún santo o virgen
venerados en la zona. Los cristianos, al pasar por estos lugares, inclinaban la
cabeza o se arrodillaban para «humillarse» ante Dios.
La ermita es de planta cuadrada y tres de sus lados
están abiertos para poder contemplar la imagen de la Virgen a través de unos
arcos de medio punto acristalados protegidos con rejas de hierro forjado.
Mosaico con ángeles
La ermita fue inaugurada el día de la Inmaculada de
1966 por el Arzobispo de Pamplona y ese día también se recibió un telegrama
del papa Pablo VI en el que imploraba, por mediación de la Virgen, muchas
gracias para toda la familia universitaria.
En 1968 se instaló en la pared del fondo de la ermita
un mosaico que representa un conjunto de ángeles cantores y otros que tocan
distintos instrumentos musicales y sostienen un manto adornado con rosas, obra
de José Alzuet.
Protección tras un atentado
La Virgen del Amor Hermoso preside y protege desde
entonces, y ya son más de 50 años, la vida del campus de la Universidad de
Navarra.
Como cuando el 30 de octubre de 2008, tras un
atentado de la banda terrorista ETA en uno de los parkings de la universidad,
no hubo que lamentar ninguna víctima.
Aquel día llovía y todos los estudiantes estaban bajo
los porches resguardándose de la lluvia y además el aparcamiento estaba lleno,
así que ningún coche ni conductor estaba por la zona de la explosión.
De manera casi espontánea, algunos alumnos pusieron un
ramo de flores en la ermita, agradeciéndole a la Virgen su protección. En esta página se
puede leer la oración que se compuso. Desde entonces, cada 30 de octubre es
costumbre que personal y alumnos de la universidad pongan flores a la Virgen,
igual que en el mes de mayo.
Entonces,
y siempre, contamos con la protección de la Virgen del Amor Hermoso desde la
Ermita del Campus.
Donación de un
antiguo alumno
En marzo de 2020, justo cuando comenzó el confinamiento debido
a la pandemia de Covid-19, un antiguo alumno de la universidad realizó una
donación para que la Virgen del Amor Hermoso tuviera flores frescas todas las
semanas.
Además,
para poder visitar virtualmente a la Virgen, impulsó la instalación de una
webcam para retransmitir en directo la imagen de la Madre del Amor Hermoso
desde la ermita del campus a cualquier parte del mundo.
El
alumni, que ya en su
época de estudiante era muy devoto de la Virgen, realizó una aportación económica a un fondo
para que generara rendimientos anualmente, y así financiar la compra de flores
frescas para siempre. En el cristal delantero de la ermita hay
un texto que así lo indica.
Merche Crespo
Fuente: Aleteia