El Papa escribe un mensaje a los participantes en el segundo simposio internacional sobre la lepra, en curso del 23 al 24 de enero en el Vaticano
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“Son como el buen samaritano que se inclina
para curar a los más débiles y devolverles los derechos y la dignidad que les
han sido negados”. Es la expresión del Santo Padre en
su mensaje a los participantes en el
segundo simposio sobre la Enfermedad de Hansen, más conocida como lepra, del 23
al 24 de enero de 2023 en el Instituto Patrístico Agustinianum. El título
del evento es "No dejar a nadie atrás". Es promovido por la
Asociación Italiana Amigos de Raúl Follereau (AIFO), una organización no
gubernamental que lleva adelante iniciativas socio-sanitarias por los derechos
de los últimos y trabaja por el desarrollo inclusivo.
El Día Mundial de la Lepra, ocasión para
revisar nuestros modelos de desarrollo
El Papa les agradece su compromiso con las
personas que padecen la enfermedad, a menudo olvidadas y descartadas por la
sociedad. “El simposio de hoy se celebra pocos días después del 70º Día Mundial
de la Lepra, iniciado por Raul Follereau en 1953 para concienciar sobre una
enfermedad que muchos creían extinguida”, recuerda el Pontífice. “Lo que
debería preocuparnos, hoy más que entonces, es que no solo se olvide la
enfermedad, sino también a las personas”.
Francisco puntualiza que la lepra es una de las
enfermedades más antiguas de la historia de la humanidad. “Lo que ni siquiera
la Biblia basta para recordarnos es que el estigma asociado a la lepra sigue
causando graves violaciones de los derechos humanos en diversas partes del
mundo”, dice. El Sucesor de Pedro enfatiza que “no podemos olvidar a estos
hermanos y hermanas nuestros. No debemos ignorar esta enfermedad, que
desgraciadamente sigue afectando a tantas personas, sobre todo en los contextos
sociales más pobres”.
El Obispo de Roma invita a aprovechar el Día
Mundial de la Lepra como instancia oportuna para “denunciar y tratar de
corregir las discriminaciones que provocan” y “renovar nuestro compromiso de
construir una sociedad integradora que no deje a nadie al margen”. En efecto,
remarca Francisco, “la denuncia debe ir siempre acompañada de una propuesta,
como síntesis entre el bien que silenciosamente ya existe y las visiones
proféticas, capaces de inspirar una caridad estructurada y una convivencia más
justa”.
En este sentido, Francisco dice a los asistentes al congreso que es preciosa su contribución, así como el estímulo y la ayuda que brindan a las Iglesias locales, “para que estén al lado de los descartados y sepan acompañar activamente los procesos de inclusión y desarrollo humano integral”.
El Papa anima a preguntarnos cuál es la mejor
manera de colaborar
Francisco llama a cuestionarnos sobre la manera
de ayudar a las personas afectadas por la lepra, “tratándolas plenamente como
personas, reconociéndolas como protagonistas principales en su lucha por
participar en los derechos humanos fundamentales y vivir como miembros de pleno
derecho de la comunidad”.
“Espero que esta conferencia contribuya a
reunir voces de todo el mundo y a debatir las medidas que pueden adoptarse para
seguir promoviendo el respeto de la dignidad humana”, añade.
Francisco manifiesta sus condolencias a los que
padecen la enfermedad de Hansen y exhorta a seguir trabajando para que no les
falte apoyo espiritual y asistencia sanitaria. “Que las comunidades de la
cristiandad se dejen evangelizar por estos hermanos y hermanas y se pongan al
frente de los esfuerzos por su plena integración”, agrega.
“Queridos amigos, que María santísima y tantos
santos y santas que han servido a Cristo en las personas afectadas por la lepra
los sostengan”, asevera el Papa. De corazón, el Papa los bendice y reza por
ellos, también por los enfermos, sus familias y quienes los cuidan con amor.
Les augura “que todos experimenten que Jesús vino para que todo hombre y toda
mujer tengan vida y la tengan en abundancia” (cf. Jn 10, 10).
Sebastián Sansón Ferrari – Ciudad del Vaticano
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