Capítulo 9: DE LA OBEDIENCIA Y SUJECIÓN
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Dominio público |
Muchos están en obediencia más por necesidad que
por caridad; los cuales tienen trabajo y ligeramente murmuran, y nunca tendrán
Libertad de ánimo si no se sujetan por Dios de todo corazón.
Anda de una parte a otra; no hallarás descanso
sino en la humilde sujeción al superior.
La imaginación y mudaría de lugar a muchos ha
engañado.
2. Verdad es que cada uno se rige de buena gana
por su propio parecer, y se inclina más a los que siguen su sentir. Mas si Dios
está entre nosotros, necesario es que dejemos algunas veces nuestro parecer por
el bien de la paz. ¿Quién es tan sabio que lo sepa todo enteramente
Capítulo 10: QUE SE HA DE CERCENAR LA DEMASÍA EN LAS
PALABRAS
1. Excusa cuanto pudieres el ruido de los hombres;
pues mucho estorba el tratar de las cosas del siglo, aunque se digan con buena
intención.
Porque presto somos amancillados y cautivos de la
vanidad.
Muchas veces quisiera haber callado y no haber
estado entre los hombres.
Pero, cuál es la causa que tan de gana hablamos y
platicamos. unos con otros, viendo cuán pocas veces volvemos al silencio sin
daño de la conciencia?
La razón es que por el hablar buscamos ser
consolados unos de otros y deseamos aliviar el corazón fatigado de pensamientos
diversos.
Y de muy buena gana nos detenemos en hablar y pensar
de las cosas que amamos o sentimos adversas.
Mas, ¡ay dolor!, que muchas veces sucede vanamente
y sin fruto; porque esta exterior consolación es de gran detrimento a la
interior y divina.
2. Por eso, velemos y oremos, no se nos pase el
tiempo en balde.
Si puedes y conviene hablar, sean cosas que
edifiquen.
La mala costumbre y la negligencia de aprovechar
ayudan mucho a la poca guarda de nuestra lengua.
Pero no poco servirá para nuestro espiritual
aprovechamiento la devota plática de cosas espirituales, especialmente cuando
muchos de un mismo espíritu y corazón se juntan en Dios.
Fuente: Catholic.net