Mientras toda España celebra la Virgen del Pilar y la Fiesta Nacional, la ciudad de Zaragoza festeja su día grande.
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Virgen del Pilar de Zaragoza. Dominio público |
Y,
es que, tras la pandemia, Zaragoza se
vuelve a engalanar para homenajear a 'La Pilarica'. La ciudad a orillas del Ebro triplica estos
días su población y miles de turistas llegan para participar en los festejos en torno a la
Virgen. Pero, ¿qué se conmemora realmente este día?
Una iglesia en Su honor
La
devoción a la Virgen del
Pilar se remonta a la época de los apóstoles, cuando Santiago el Mayor
predicaba en España. Estando en una expedición en el río Ebro se le apareció la
Virgen y le pidió
construir una iglesia en torno al pilar de mármol donde esta apareció.
Fue allí precisamente donde ahora se encuentra la impresionante Basílica del
Pilar de Zaragoza.
Las
celebraciones de este día comienzan con la Misa de los Infantes, en la
madrugada del 12 de octubre. Después le sigue el Rosario de la Aurora por las
calles de la ciudad. El día 12 tiene lugar la ofrenda floral a la Virgen. Tras la cual, se celebra la
misa en la Basílica. Y, como colofón, el día 13 de octubre, se realiza la ofrenda de frutos. Un momento
para presentar lo mejor de la tierra aragonesa. Se finaliza con el desfile del
Rosario de cristal.
Pero,
sin duda, el momento más impresionante de todos es la ofrenda floral. Más de
800 grupos inscritos, 11 más que en 2019, han colocado sus flores en los seis
pisos que rodean a la Virgen.
Una imagen que se sitúa a 15,5 metros de altura y cuya estructura pesa 40
toneladas. Más de 7
millones de flores cubren a la Virgen. Un manto que este año está
confeccionado con flores de color rojo.
Devoción internacional
Pero
esta celebración no solo tiene tradición en Aragón, también en muchas partes de
España y del extranjero. En ciudades como Sevilla o Barcelona hay hermandades dedicadas a la
Virgen del Pilar. Pero también en Filipinas, donde, a pesar de que no fue
declarada Patrona de la Hispanidad hasta el siglo XVIII, la veneración de la
Virgen del Pilar comienza desde los primeros momentos de la evangelización.
Caramelos
típicos, las tradicionales cintas de colores con la medida de la talla de la Virgen del
Pilar o las populares jotas aragonesas vuelven un año más a Zaragoza para
honrar a su hija predilecta: María.
Fuente: ReL