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Imagen referencial. Crédito: Pixabay |
El obispo de Orihuela-Alicante (España), Mons. José Ignacio
Munilla ha recordado a los obispos belgas que la bendición de uniones gays va
contra el magisterio de la Iglesia Católica: “No es que la Iglesia no quiera.
Es que no tiene autoridad para hacer tal cosa”.
El Prelado ha subrayado en su programa de Radio María en España
“Sexto continente” que “claramente no es compatible” la propuesta de los
obispos belgas con la declaración de la Congregación para la Doctrina de la Fe
sobre esta cuestión publicada el 15 de marzo de 2021.
Mons. Munilla subraya que esta incompatibilidad es manifiesta “por mucho que se haya intentado forzar
al máximo las palabras” tildando de “momento de oración” la
propuesta de los obispos belgas.
En este sentido se ha manifestado el portavoz de la Conferencia
Episcopal Belga, el P. Tommy Scholtes, SJ quien además defendió que la
propuesta de bendiciones a parejas del mismo sexo “no tiene nada que ver con un
matrimonio”.
En declaraciones a Associated Press, el P. Scholtes afirmó que se trata de “una
oportunidad para las parejas homosexuales para rezar juntos y para que los
otros puedan rezar también por ellos”.
Mons. Munilla recuerda que la pretendida bendición de los prelados
belgas incluye “expresiones de compromiso” entre las personas homosexuales que
la reciben y de la comunidad eclesial hacia ellas.
“No juguemos con las palabras”, ha reiterado el Obispo de
Orihuela-Alicante, quien afirma que “hay que ser sinceros y transparentes para
decir que contradice
absolutamente” lo afirmado por la Congregación para la Doctrina
de la Fe.
Mons. Munilla subraya que lo predicado por el dicasterio vaticano
“no es que la Iglesia no
quiera. Es que no tiene autoridad para hacer tal cosa” como
bendecir uniones homosexuales.
Una bendición es
un sacramental
La razón es que la bendición es un sacramental. Según recoge el
Catecismo de la Iglesia Católica (n. 1667) los sacramentales “son signos
sagrados con los que, imitando de alguna manera a los sacramentos, se expresan
efectos, sobre todo espirituales, obtenidos por la intercesión de la
Iglesia”.
Por ellos, prosigue el texto “los hombres se disponen a recibir el
efecto principal de los sacramentos y se santifican las diversas circunstancias
de la vida”.
El Obispo español explica que las bendiciones, por tanto, “deben
estar objetiva y positivamente ordenadas a la voluntad de Dios” y que “no es
suficiente la buena voluntad de los que lo reciben”.
No hay “discriminación injusta”
De esta manera, “no
es lícito impartir la bendición a estas relaciones aunque sean estables porque
implican una relación sexual fuera del matrimonio”, continúa el
Obispo en consonancia con lo expresado por la Congregación para la Doctrina de
la Fe.
En este sentido, Mons. Munilla recuerda que la Iglesia tampoco puede bendecir la
unión entre un hombre y una mujer que viven en adulterio.
Así, no se trata de “una discriminación injusta” hacia las
personas con inclinaciones homosexuales, sino de reclamar “la verdad del acto
litúrgico”.
“Se puede bendecir a las personas con inclinaciones homosexuales,
pero no una unión que no es conforme al designio natural y al designio de
Dios”, ha subrayado el Prelado porque “una cosa es bendecir al pecador y otra
cosa, al pecado”, ha afirmado.
Mons. Munilla recuerda que, a diferencia de los sacramentos, los
sacramentales “se pueden recibir sin estar en gracia, pero llaman a la
conversión”.
Por Nicolás de Cárdenas
Fuente: ACI Prensa