«Aquí no sabemos si seguiremos vivos por la noche», ha relatado a Ayuda a la Iglesia Necesitada un sacerdote local
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Imagen de archivo. Militares de Burkina Faso. Dominio público |
«La población civil de la comuna
rural de Bourasso, provincia de Kossi, en la región de Boucle du Mouhoun, fue
objeto de un ataque por parte de hombres armados». Además de la cifra
provisional de muertos, «varias personas resultaron heridas y se produjeron
daños materiales», señaló en un comunicado el gobernador de la región del oeste
del país, Babo Pierre Bassinga. Los heridos están siendo atendidos en el centro
médico de Nouna y en el hospital regional de Dédougou.
Sin embargo, la cifra podría ser más
alta. Según informa la agencia italiana ANSA, Ayuda a la Iglesia Necesitada ha logrado contactar con
fuentes locales que hablan de más de 30 muertos solo en el ataque de Bourasso.
«Los terroristas llegaron en motocicleta el domingo sobre las 17, luego se
fueron sin hacer nada», contaba un superviviente. «Pero regresaron durante la
noche, amenazando» a las personas que estaban delante de la iglesia local.
Los atacantes, que ya habían pasado
varias veces por la aldea, «mataron a 14 personas delante de la iglesia»,
relataba por su parte un sacerdote de Nouna, a 20 kilómetros, que pidió
permanecer en el anonimato. Luego continuaron recorriendo el pueblo, donde
acabaron con una veintena de personas más. «Estamos aterrorizados, realmente es
el caos. Aquí, cuando nos levantamos sabemos que estamos vivos, pero no si lo
seguiremos estando por la noche».
Sin gobierno en el 40 % del país
Por otro lado, el Gobierno de la
región del norte informó en otro comunicado de que «hombres armados no
identificados llevaron a cabo un ataque el sábado en el pueblo de Namissiguima»,
en la provincia de Yatenga. «En el ataque murieron en total nueve personas,
seis voluntarios para la defensa de la patria y tres civiles».
Burkina Faso, liderado por una junta
militar desde el golpe de Estado del 24 de enero, ha experimentado en
términos generales un aumento significativo de la inseguridad desde el año
2015. De hecho, el 40 % del territorio del país está fuera del control de las
autoridades. Esto ha provocado una oleada de desplazados internos y refugiados
hacia otros países de la región.
Los ataques, obra tanto de la filial
de Al Qaeda como de la de Estado Islámico en la región, han contribuido también
a incrementar la violencia intercomunitaria y ha hecho que florezcan los grupos
de autodefensa, a los que el Gobierno burkinés ha sumado a «voluntarios» para
que ayuden en la lucha antiterrorista.
Reconciliación
Varios países del Golfo Pérsico han
condenado los ataques del fin de semana, según Fides. Los Emiratos Árabes Unidos expresaron su
«enérgica condena de estos actos criminales» y reiteraron su rechazo a «todas
las formas de violencia y terrorismo destinadas a desestabilizar la seguridad y
la estabilidad en violación de los valores y principios humanos».
Bahréin reiteró su «solidaridad con
Burkina Faso en su guerra contra el terrorismo, haciendo un llamamiento a la
comunidad internacional para que intensifique sus esfuerzos en la lucha contra
el extremismo y el terrorismo en todas sus formas». Por su parte, el Ministerio
de Asuntos Exteriores de Kuwait ha subrayado la «postura firme y de principios
del país contra la violencia y el terrorismo».
Los ataques, que se producen después de que a mediados de junio otro ataque dejara al menos 86 muertos, se produce en el marco del intento por avanzar en la reconciliación nacional. Se espera que el ex presidente Blaise Compaoré, exiliado en Costa de Marfil desde el otoño de 2014, llegue a Uagadugú a finales de semana para reunirse con las autoridades militares que dieron el golpe de Estado en enero. El domingo, los militares anunciaron la «liberación total» del presidente Roch Kaboré, cuya libertad estaba restringida desde que fue depuesto.
María
Martínez López
Fuente:
Alfa y Omega