A finales del siglo XIX se introdujo un platillo para recoger cualquier fragmento de hostia consagrada durante la distribución de la Eucaristía
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Dominio público |
Algunas parroquias han optado por conservar el uso de una bandeja
para la comunión durante la distribución de la Eucaristía.
A menudo, un monaguillo sostendrá esa patena bajo las manos o la
barbilla de la persona que comulga.
¿Cuál es el propósito de una bandeja para la comunión?
La instrucción vaticana de 2004 Redemptionis Sacramentum indica:
«La bandeja para la Comunión de los fieles se debe
mantener, para evitar el peligro de que caiga la hostia sagrada o algún
fragmento».
La bandeja para la comunión también se menciona en la Instrucción General del
Misal Romano, al hablar sobre la mesa auxiliar junto al altar: “Sobre la
credencia… la patena para la Comunión de los fieles”.
Respeto a la Eucaristía
Antes de que se introdujera el plato de comunión a fines del siglo
XIX, se usaba con mayor frecuencia una tela debajo de la
barbilla de los comulgantes.
En las iglesias ortodoxas, una tela roja, llamada maktron, se
coloca debajo de la boca de cada persona mientras recibe la comunión, para
recoger las migajas de la Eucaristía.
La Iglesia primitiva tenía un cuidado similar por la
Eucaristía, como instó san Hipólito de Roma en el siglo II:
“Nada de ella cae o se pierde; porque el cuerpo de
Cristo debe ser comido por los creyentes y no debe ser despreciado.”
Actualmente, el plato de la comunión no es un requisito estricto
para la celebración de la Misa, pero la Iglesia aún lo alienta para honrar la
presencia de Jesús en la Eucaristía.
Philip Kosloski
Fuente: Aleteia