Discurso del Papa Francisco a los participantes en el congreso: “Los italianos en Europa y la misión cristiana”, organizado por la Fundación Migrantes de la Conferencia Episcopal Italiana
Vatican News |
Al integrar a
inmigrantes italianos en Europa se puede “respirar el aire de una diversidad
que regenera la unidad y pueden alimentar el rostro de la catolicidad
En su discurso
a los 200 participantes en el congreso, el Papa, reflexionando sobre el tema
que está guiando los trabajos del encuentro, observa por “por un lado, la
preocupación pastoral que siempre nos empuja a conocer la realidad, en este
caso la movilidad italiana; y, por otro, el deseo misionero de que esto sea
fermento, levadura de nueva evangelización en Europa”, de allí que el Pontífice
comparta tres reflexiones que, como les dijo, espera les ayuden en el presente
y en el futuro.
Movilidad-migración
En esta primera
reflexión, el Papa habló de esa parte del nosotros, de los italianos en Italia,
que se moviliza en busca de nuevos futuros. Francisco recuerda que, a menudo,
se ven a los inmigrantes como “los otros” de nosotros, como los extraños. Sin
embargo, se descubre, afirmó, según los datos que hablan del fenómeno, que los
emigrantes, “son una parte importante de nosotros”, los emigrantes italianos
son “personas cercanas a nosotros: nuestras familias, nuestros jóvenes
estudiantes, licenciados, desempleados, nuestros empresarios. La migración
italiana revela -como escribió el gran obispo Geremia Bonomelli, fundador de la
Obra de Asistencia a los Emigrantes en Europa y Oriente Medio- una "Italia
hija", en movimiento en Europa, sobre todo, y en el mundo”.
Europa
La segunda
reflexión se refiere a Europa. La emigración italiana a los otros países
europeos, refleja, señaló el Pontífice, que Europa es una casa común, que
incluso la Iglesia debe considerar. La migración italiana y de otros países,
está renovando el rostro de las ciudades europeas, dijo, y “alimentando
"el sueño de una Europa unida, capaz de reconocer las raíces comunes y de
alegrarse de la diversidad que la habita", un hermoso mosaico”, afirmó
Francisco que no debe ser “marcado o corrompido por los prejuicios o el odio
velado en la respetabilidad”. Es el momento en que Europa debe, con su vocación
a la solidaridad en la subsidiariedad, revitalizar en el mundo actual.
Testimonio de
fe en emigrantes
La tercera
reflexión del Papa a los participantes en el congreso es la importancia del
testimonio de fe de las comunidades de emigrantes italianos en los países
europeos, que con su “arraigada religiosidad popular han comunicado la alegría
del Evangelio, han hecho visible la belleza de ser comunidades abiertas y
acogedoras, han compartido los caminos de las comunidades cristianas locales.
Un estilo de comunión y de misión ha caracterizado su historia, y espero que
también marque su futuro”, afirmó.
Asimismo,
Francisco mencionó la importancia de la memoria de las familias italianas.
Abuelos que emigraron con su arraigada religiosidad siendo “generadores” en la
vida cristiana. Herencia que hay que preservarla, cuidarla y revitalizar así el
anuncio y el testimonio de la fe. Por medio del diálogo entre abuelos y nietos,
dijo el Papa y añade:
“De hecho, los
jóvenes italianos que se mueven hoy por Europa son muy diferentes de sus abuelos,
en cuanto a la fe, y sin embargo están generalmente muy apegados a ellos. Y es
crucial que sigan apegados a sus raíces: en un momento en que se encuentran
viviendo en otros contextos europeos, la savia que extraen de sus raíces, de
sus abuelos, una savia de valores humanos y espirituales, es valiosa”.
Si existe el
diálogo entre generaciones, dijo por último el Pontífice, se podrá aprender de
las expresiones de la piedad popular, sobre todo manifestó, en lo que respecta
a la nueva evangelización. El Santo Padre señaló además que, si se ayuda a
integrarse a los inmigrantes, éstos representan una “bendición para y en la
Iglesia, una riqueza y un nuevo regalo que invita a una sociedad a
crecer". Y agregó:
“Si se
integran, pueden ayudar a respirar el aire de una diversidad que regenera la
unidad; pueden alimentar el rostro de la catolicidad; pueden dar testimonio de
la apostolicidad de la Iglesia; pueden generar historias de santidad. No
olvidemos, por ejemplo, que Santa Francesca Saverio Cabrini, religiosa lombarda
emigrada entre emigrantes, fue la primera santa ciudadana de los Estados Unidos
de América”.
Las migraciones
han acompañado y pueden apoyar, afirmó, por último, mediante el encuentro, la
relación y la amistad, el camino ecuménico en los distintos países europeos
donde los fieles pertenecen mayoritariamente a comunidades reformadas u
ortodoxas. Al respecto, el Papa expresó que el trabajo pastoral de la
Fundación Migrantes, y el camino sinodal de las Iglesias en Italia, “propone
considerar a los migrantes como un recurso importante para la renovación y la
misión de las Iglesias en Europa. Especialmente el mundo de los jóvenes en
migración, a menudo desorientados y solos, debería ver una Iglesia con sus
Pastores atentos, caminando con ellos y entre ellos”.
Patricia
Ynestroza-Ciudad del Vaticano
Vatican News