El rey, que quiso saludar personalmente a Alberto Hernández, afirmó que el templo de San Pío X, todavía en pie, es un signo de esperanza ante tanta desolación provocada por la erupción del volcán
![]() |
El sacerdote, Alberto Hernández, con camisa gris, conversa con los reyes de España. Foto: EFE/Miguel Calero |
Alberto Fernández, sacerdote de cuatro parroquias en la zona más afectada por el volcán de Cumbre Vieja en La Palma, estaba en la lista de personas que la Casa Real había facilitado al Cabildo de La Palma para participar en el encuentro que Felipe VI mantendría con vecinos afectados por la erupción.
La sorpresa fue grande, pero todavía más
cuando ya en la reunión –este jueves–, el jefe de la Casa Real se le acercó y
le preguntó:
En el exterior
de la parroquia de San Isidro, donde se celebró la recepción, Alberto esperó
hasta que llegó su turno. «Me dijo que estaba rezando. Fue lo primero que me
dijo», explica el sacerdote en conversación con Alfa y Omega.
El monarca
acababa de llegar del núcleo de Todoque, en el municipio de Los Llanos y donde
se encuentra la iglesia de San Pío X, amenazada por la colada de lava que ha
expulsado el volcán. Allí, la colada de lava ha ralentizado su marcha hacia el
mar, si bien ha dejado ya numerosos daños.
«Añadió que
creía que el templo no iba a sufrir daños, porque lo veía en un lugar a salvo,
y que entendía que la iglesia no era solo el edificio, sino un icono y emblema
del barrio y que, viéndola allí, erguida en medio de tanta desolación, le
parecía un signo de esperanza», continúa.
Alberto no dijo
nada. Solo le dio las gracias. Él mismo explica las razones: «Es bonito y habla
de la cercanía del jefe del Estado, no conmigo, que no soy protagonista de
nada, sino con los vecinos, acompañando su sufrimiento e historias particulares
y comprometiéndose a que no caigan en el olvido».
Vuelve el culto
a San Isidro
El sacerdote
volverá este sábado a celebrar la Eucaristía en una de sus parroquias, la única
a la que se puede acceder, la de San Isidro. Ha previsto una Misa para cada una
de las comunidades parroquiales que tiene a su cargo, cada una a su hora
habitual.
También se
celebrarán los bautizos que estaban previstos: «Las familias me dijeron que los
mantienen aunque tengan que restringir el número de invitados. Que no van a
permitir que el volcán les altere la vida más de lo que lo ha hecho».
Fran Otero
Fuente: Alfa y
Omega