Una solución sin lógica
Dominicas de Lerma |
Hay algo que
tenemos en común todos los hombres, y es la necesidad de sentirnos llenos, de
llenar ese vacío que de alguna forma o de otra experimentamos internamente.
Dándole vueltas
a aquello, el Señor me trajo la imagen de un corazón. Nuestro corazón, el
músculo que hace que vivamos, no es “un recipiente”, sino una bomba que siempre
está llena.
Pero, en el
mismo movimiento, se vacía de la sangre con que se ha llenado para impulsarla a
todo el cuerpo.
Si solo se
llenase significaría que está parado, dejaría todo sin vida. Pero no, su
movimiento es continuo, se llena para entregarlo todo. En ese movimiento,
mientras el corazón viva, está siempre lleno.
Pues, del mismo
modo, el Señor quiere dar plenitud a la vida de cada persona; sin embargo, nos
llama a vivir esta misma paradoja. A que nuestra vida no sea un recipiente, a
que no busquemos llenarnos simplemente, porque, si solo sabemos recibir, eso al
final ahí parado se estanca, y lo estancado termina por aburrir.
Él nos llama a
algo mucho más grande, a que nuestra vida sea un canal, una bomba que transmita
la vida que recibimos hacia afuera.
Al mostrarme
esta imagen, le decía al Señor que tengo la certeza de que en Él siempre está
la solución a nuestra vida; lo que nos sucede muchas veces es que no creemos en
las soluciones que nos da, o, al menos, dudamos de que sean las mejores.
Porque quién
pensaría que para tener una vida llena de Vida hay que perderla por Él, que
para ser rico y pleno el camino es ser pobre, que ser sabio se les concede a
los sencillos, que para ser grande solo se necesita un corazón que sirva…
¡estas cosas solo se le ocurren a Él!
Hoy el reto del
amor es acoger la solución que Él pone ante ti, con la certeza de que en esa
paradoja está la Vida que deseas recibir. Él nunca se separará de ti, es tu
Roca, tu Fortaleza, ¡confía en Él, que sabe bien lo que quiere hacer contigo!
VIVE DE CRISTO
¡Feliz día!
Fuente:
Dominicas de Lerma