La oración, las obras de Misericordia, la verdad, el amor, la confesión, la humildad,... conoce cómo mantener lejos al Maligno
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Amanda Carden | Shutterstock |
“Sométanse, pues, a Dios; resistan al diablo y huirá de ustedes”
Santiago 4, 7
Las vidas de los santos te sorprenden, al leerlas, por su heroicidad y persistencia en la fe, su gran humildad, su amor por Jesús Sacramentado y nuestra Madre del cielo, la siempre Virgen María.
Me encanta leer sus vidas porque aprendo muchísimo.
Ellos transitaron el camino de este mundo y pueden mostrarte cómo llegar a Dios.
Muchos tuvieron verdaderos encuentros y batallas campales contra el demonio, que los asediaba por las noches y les hacía la vida imposible.
Santos que alejan al demonio
¿Por qué se empeñaba tanto el demonio contra ellos? La clave está en unas palabras que escribió en una ocasión el Padre Pío:
“No tengo un minuto libre; todo mi tiempo los uso en arrebatar a mis hermanos de las garras de Satanás”.
Le arrebataba almas al demonio, con sus oraciones, sacrificios y peticiones a Dios.
Y nada molesta más al demonio que perder un alma que casi estaba en sus garras.
La protección de la Virgen María
Le enfurece cuando un pecador acude a la Virgen María en busca de protección y amparo. La Virgen como buena Madre, jamás abandona a sus hijos y los lleva a Jesús.
La confesión
No soporta cuando te arrepientes de tus ofensas a Dios y acudes al sacramento de la reconciliación.
No te suelta hasta que te hayas confesado. Y lo puedes comprobar. ¿Has notado cuando te vas a confesar que hay ciertos pecados que te dan vergüenza y te ves tentado a no confesarlos? Termina confesándolos después de una batalla espiritual.
San Josemaría Escrivá aconsejaba:
“Si dentro de ti, hijo mío, hay un «sapo», ¡suéltalo! Di primero, como te aconsejo siempre, lo que no querrías que se supiera. Una vez que se ha soltado el «sapo» en la Confesión, ¡qué bien se está!”.
Forja, 193
El demonio existe, conoce cómo alejarlo
La oración le ofende grandemente, sobre todo aquella sincera que brota del alma. Igual las obras de Misericordia, la verdad, el amor.
Le molesta todo lo que sea contrario a su naturaleza. Desprecia sobre todo al humilde porque la humildad siempre lo vence.
Debes conocer su existencia, saber que no es un relato urbano. Es, existe y quiere hacerte daño.
“Humíllense, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que, llegado el momento, él los levante. Depositen en él todas sus preocupaciones, pues él cuida de ustedes. Sean sobrios y estén vigilantes, porque su enemigo, el diablo, ronda como león rugiente buscando a quién devorar”.
1 Pedro 5
Por lo pronto, vive con naturalidad tu fe, ten vida sacramental, ama, haz el bien, ora con fervor, sé humilde y conserva siempre, en todo momento, la dulce presencia de Dios en tu vida.
¡Dios te bendiga!
Claudio de Castro
Fuente: Aleteia