HOY EL RETO DEL AMOR ES PEDIR A DIOS SU ESPÍRITU SANTO

 ¡Ven, Espíritu Santo, ven sobre mí!

Hola, buenos días, hoy Matilde nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.

Estábamos en la sala de trabajo y apareció una hermana con una cría de pajarito preciosa. La pasamos de una a otra entre las manos, porque sentir una cosa tan delicada y bella es un gozo muy grande que inmediatamente nos remite a Dios-Creador, que ha puesto tanto amor en un ser tan pequeño…

Parecía que estaba a gusto de una mano a otra, porque al principio creíamos que todavía no sabía volar... ¡pero nos equivocamos, porque lo hizo en toda la habitación y muy bien!...

Lo que más me atrajo la atención era su pico, continuamente abierto... Alguna hermana sugirió: “¡Voy a por miga de pan, a ver si la come, porque tiene hambre!...” Pero lo que yo hacía, sin apenas darme cuenta, es que, ante esta imagen tan viva, yo estaba orando a nuestro Padre-Dios: “El pan de cada día, dánosle hoy”...

¡Y es que estamos en Pentecostés y el Pan que deseamos es el Espíritu Santo! ¡Tenemos el deseo muy abierto, como este pajarito con su pico, porque ansiamos que venga a nosotros!... ¡Que se lleve y aleje de Sí aquello que en nuestra alma, le es desemejante!… ¡Que cure todo lo que está herido en nosotros y que no nos deja sentir plenamente que somos hijos de Dios!... ¡Que llueva su gracia en nuestra alma y la inunde de Amor y de dulzura divina!... ¡Que cubra nuestra orfandad y nos deje saborear que Dios habita, por la fe sentida, en nuestros corazones!...

¡Espíritu Santo, ven ya y no tardes más, porque te deseamos! ¡Haznos parecernos a Jesús para que sintamos que “ya no vivo yo, sino que es Cristo quien vive en mí” y mi corazón sea semejante al suyo!... ¡Mejor, el suyo mismo, que rebosa ternura y misericordia!... ¡Haz morada perpetua en cada uno de nosotros para que en nada te entristezcamos, sino que estés a gusto en nuestra alma y hagas en ella tu morada!...

Hoy el reto del amor es pedir a Dios su Espíritu Santo, tantas veces como lo haga consciente mi deseo, con una oración muy sencilla pero muy profunda: ¡¡Ven, Espíritu Santo, ven sobre mí!!...

VIVE DE CRISTO

¡Feliz día!

Fuente: Dominicas de Lerma