En el marco de su viaje
apostólico a Iraq, Francisco visitó a la sufrida comunidad cristiana de la
ciudad de Qaraqosh con quienes rezó el Ángelus
En su discurso, el Santo Padre
los alentó a "no desanimarse" en el largo camino de reconstrucción
que tienen por delante, confiando en que "Dios nunca defrauda" ya que
Él tiene la última palabra y "no el terrorismo o la muerte". Además,
el Papa confió a la Virgen María "el renacer de esta ciudad".
En
la tercera jornada de su viaje apostólico a Iraq, tras haber rezado en la
ciudad de Mosul por las víctimas de la guerra, el Papa Francisco visitó a la
comunidad cristiana de Qaraqosh y rezó con ellos la oración mariana del Ángelus
en la Iglesia de la Inmaculada Concepción.
Dios vence al pecado
y a la muerte
Después
de agradecer al Patriarca Ignace Youssif Younan por su saludo de bienvenida,
así como a la señora Doha Sabah Abdallah y al padre Ammar Yako por compartir
sus testimonios de fe en medio de un duro escenario de violencia; el Papa
expresó su gratitud a Dios por haberle permitido vivir este encuentro:
"Mirándolos,
veo la diversidad cultural y religiosa de la gente de Qaraqosh, y esto muestra
parte de la belleza que vuestra región ofrece al futuro. Vuestra presencia aquí
recuerda que la belleza no es monocromática, sino que resplandece por la
variedad y las diferencias", dijo Francisco recordando también, "con
mucha tristeza" los otros signos que se perciben en esta ciudad cristiana
iraquí:
“Los signos del poder
destructivo de la violencia, del odio y de la guerra. Cuántas cosas han sido
destruidas. Y cuánto debe ser reconstruido. Nuestro encuentro demuestra que el
terrorismo y la muerte nunca tienen la última palabra. La última palabra
pertenece a Dios y a su Hijo, vencedor del pecado y de la muerte”
La
devastación se puede ver con los ojos de la fe
En
este sentido, el Santo Padre subrayó que incluso ante la devastación que causa
el terrorismo y la guerra, se puede ver "con los ojos de la
fe", el "triunfo de la vida sobre la muerte" y prueba
de ello -continuó Francisco- "es el ejemplo de sus padres y de sus madres
en la fe que adoraron y alabaron a Dios en este lugar".
“La gran herencia espiritual
que nos han dejado continúa viviendo en ustedes. Abracen esta herencia. Esta
herencia es su fortaleza. Ahora es el momento de reconstruir y volver a
empezar, encomendándose a la gracia de Dios, que guía el destino de cada hombre
y de todos los pueblos. ¡No están solos! Toda la Iglesia está con ustedes, por
medio de la oración y la caridad concreta”
"Confíen
en Dios que nunca defrauda"
De
ahí que el Papa invitara a esta comunidad cristiana a perseverar "con
firme esperanza en su camino terreno, confiando en Dios que nunca defrauda y
que siempre nos sostiene con su gracia".
La reconstrucción de
la que habla el Pontífice, no solo se refiere a los edificios y estructuras
físicas, sino que se trata también de reconstruir "los vínculos que unen
comunidades y familias, jóvenes y ancianos".
Jóvenes
y ancianos unidos por sus sueños
En
alusión a las palabras del profeta que dice «Sus hijos e hijas profetizarán;
sus ancianos tendrán sueños, y sus jóvenes, visiones» (cf. Jl 3,1), el
Obispo de Roma señaló que cuando los ancianos y los jóvenes de un pueblo
"se encuentran", los primeros "sueñan un futuro para los
jóvenes"; y los segundos, "pueden recoger estos sueños y
profetizar", es decir, llevarlos a cabo.
“Cuando los ancianos y los
jóvenes se unen, preservamos y trasmitimos los dones que Dios da. Miremos a
nuestros hijos, sabiendo que heredarán no solo una tierra, una cultura y una tradición,
sino también los frutos vivos de la fe que son las bendiciones de Dios sobre
esta tierra. Los animo a no olvidar quiénes son y de dónde vienen, a custodiar
los vínculos que los mantienen unidos y a custodiar sus raíces”
"No
olviden que Jesús está a su lado"
En
cuanto a los momentos en los que la fe puede vacilar, "cuando parece que
Dios no ve y no actúa", como puede suceder en los días más oscuros de
guerra, inseguridad o crisis debido a la actual pandemia sanitaria, el Papa
exhortó a los presentes a no olvidar que Jesús está a su lado.
"No dejen de
soñar. No se rindan, no pierdan la esperanza", afirmó Francisco animando a
invocar la intercesión de los santos que desde el cielo velan sobre nosotros:
«Invoquémoslos y no nos cansemos de pedir su intercesión, incluidos "los
santos de la puerta de al lado”, que viven cerca de nosotros y son un reflejo
de la presencia de Dios».
"El
perdón es necesario para permanecer cristianos"
Otro
de los puntos centrales del discurso del Papa fue el tema del perdón, que es
necesario para aquellos que sobrevivieron a los ataques terroristas.
Perdón, "una palabra clave" necesaria para "permanecer en el
amor, para permanecer cristianos", dijo el Papa.
Asimismo,
el Pontífice pidió "por favor" a la comunidad de Qaraqosh que no
se desanime ya que el "camino hacia una recuperación total podría ser
todavía largo".
“Se necesita capacidad de
perdonar y, al mismo tiempo, valentía para luchar. Sé que esto es muy difícil.
Pero creemos que Dios puede traer la paz a esta tierra. Nosotros confiamos en
Él y, junto con todas las personas de buena voluntad, decimos «no» al
terrorismo y a la instrumentalización de la religión”
Rezar
por la conversión de los corazones
Igualmente,
Francisco hizo hincapié en la importancia de dar gracias a Dios,
siempre, "por sus dones", y pedirle que conceda "paz,
perdón y fraternidad" a esta tierra y a su gente:
"No
nos cansemos de rezar por la conversión de los corazones y por el triunfo de
una cultura de la vida, de la reconciliación y del amor fraterno, que respete
las diferencias, las distintas tradiciones religiosas, y que se esfuerce por
construir un futuro de unidad y colaboración entre todas las personas de buena
voluntad", añadió.
"Confié
a María el renacer de esta cuidad"
Por
otra parte, el Santo Padre compartió con los fieles un momento especial que
vivió en su llegada a Qaraqosh:
“Mientras llegaba con el
helicóptero, miré la estatua de la Virgen María colocada sobre esta iglesia de
la Inmaculada Concepción, y le confié el renacer de esta ciudad. La Virgen no
solo nos protege desde lo alto, sino que desciende hacia nosotros con ternura
maternal. Esta imagen suya incluso ha sido dañada y pisoteada, pero el rostro
de la Madre de Dios sigue mirándonos con ternura. Porque así hacen las madres:
consuelan, reconfortan, dan vida”
El
Papa agradece a las madres y mujeres de Iraq
Antes
de despedirse, el Papa agradeció de corazón a todas las madres y las mujeres de
este país, "mujeres valientes que siguen dando vida, a pesar de los abusos
y las heridas" y pidió que las mujeres "sean respetadas y defendidas,
que se les brinden cuidados y oportunidades".
Francisco
firma el Libro de Honor
La
visita finalizó con el rezo del Ángelus: "Recemos juntos a nuestra Madre,
invocando su intercesión por vuestras necesidades y vuestros proyectos. Los
pongo a todos bajo su protección. Y les pido, por favor, que no se olviden de
rezar por mí", concluyó Francisco, quien acto seguido procedió a la firma
del Libro de Honor de la Iglesia de la Inmaculada Concepción, escribiendo estas
palabras:
“Desde esta iglesia
destruida y reconstruida, símbolo de la esperanza de Qaraqosh y de todo Irak,
pido a Dios, por intercesión de la Virgen María, el don de la paz”
Sofía Lobos - Ciudad del Vaticano
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