Felicita la Navidad
Ayer me pasé todo el día
escribiendo las felicitaciones de Navidad. La verdad es que me gusta mucho
prepararlas, porque lo primero que tienes que hacer es parar con Cristo en la
oración para orar qué quieres escribir, qué quieres transmitir.
Este año es especial, pero esto
no impide poder celebrarlo. Lo primero que veía en la oración es que José y
María vivieron la incertidumbre de no saber dónde nacería su Hijo, pero su Fe
en la palabra que Dios les había dado era más fuerte que sus miedos.
Claro que sintieron debilidad,
pero no se quedaron en ella: dejaron a Dios que les marcase el camino y que Él
fuese fuerte en ellos, y así descubrieron qué hacer.
La incertidumbre se supera con la
confianza. Pero tenemos que tener certeza en quien estamos confiando. Porque,
si nuestra confianza la ponemos en opiniones, en pareceres, en cosas que son
pasajeras, no nos sostendremos; será el miedo el que nos dirija. Pero si la
confianza la tienes puesta en Jesús, en su amor por ti, en que ni un pelo de tu
cabeza se caerá sin que Él lo sepa y lo permita, entonces vivirás con paz. Y el
miedo se quedará en el plano de la debilidad. Existirá, pero no te matará, no
te paralizará para hacer el bien.
Este año, escribir una
felicitación no es algo más, es un momento especial para llegar al corazón del
que la recibirá, ya que nuestros hermanos están necesitando una palabra de vida
y de esperanza.
Hoy el reto del amor es escribir
dos felicitaciones, pero antes, ora por la persona y después escríbele lo que
tengas en el corazón.
VIVE DE CRISTO
Fuente: Dominicas de Lerma