El arzobispo de Madrid, cardenal Carlos Osoro, expresó su preocupación por el avance del proyecto de ley sobre la eutanasia
El cardenal Carlos Osoro, arzobispo de
Madrid, en su carta semanal, publicada este jueves en la página web de la
arquidiócesis, preocupado por el avance del proyecto de ley español sobre la
eutanasia, recordó a los fieles que "la misión del hombre es defender
siempre la vida y poner a su disposición todos los medios para hacerlo" y
que "la muerte inducida es sólo un atajo fácil ante la debilidad y el
dolor".
"En las circunstancias
actuales", dijo, "debemos mirar a Él, que es la Salvación, que
triunfó sobre la muerte y nos recuerda que hemos sido creados para dar
vida".
Sólo envueltos en el misterio de Jesús,
de hecho," continuó el Cardenal Osoro, "descubrimos que el hombre no
puede vivir sin amor. Necesitamos amar. Y amar no tiene nada que ver con
matar". Señaló, "cuando amo a alguien, si su muerte se acerca,
trataré por todos los medios de no hacerle sufrir y no me desharé de él",
porque lo que la persona, en esos momentos, "quiere más que nada es que le
muestre mi amor, incluso más profundamente".
"El amor nos lleva a estar con el
enfermo, mostrándole su dignidad con hechos", continuó, "con los
cuidados paliativos que necesita; aliviando el dolor, la angustia, la
soledad", porque "nadie es una carga", como sienten los más
débiles, "condicionados y presionados", en los países donde se ha
legalizado la eutanasia. El enfermo, dijo, "debe ser visto y percibido
como una persona a la que hay que cuidar y tratar, que nunca será un problema o
un objeto inútil o una carga que sólo es un coste para la sociedad y un
inconveniente para la familia".
El cardenal Osoro subrayó entonces cómo
la Iglesia nunca ha abandonado al hombre, "y por eso nos recuerda ahora
que el estilo de vida que el Señor nos ha ofrecido es el único camino".
"En su historia", explicó, la
Iglesia "ha salido al encuentro de los enfermos, creando hospitales; los
ancianos, creando asilos y residencias; los niños y los jóvenes, creando
hogares y escuelas.... Aquellos que a menudo no han sido atendidos siempre
tendrán un lugar en la Iglesia". Y ante la realidad de la eutanasia este
amor, esta verdad y la vida de Cristo "debe entrar en nuestras vidas, así
como entraron en las vidas de los santos de la Iglesia".
Finalmente,
el Cardenal Osoro animó a los fieles a preguntarse si los logros alcanzados en
los diferentes aspectos de la vida promueven el progreso moral y espiritual del
hombre. "Es bueno preguntarnos si estamos creciendo en el amor social, en
el respeto de los derechos de los demás, o si estamos creciendo más en el
egoísmo, en la mirada hacia nosotros mismos, en el dominio sobre los
demás", porque como cristianos, en cambio, debemos ser llamados a amar con
el amor y la pasión con que Cristo nos amó y a dar este amor a todos. Y esto es
lo que un pueblo también debe hacer, si está verdaderamente al servicio de sí
mismo: "debe servir a la vida".
Anna Poce - Vatican News
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