Luz
en el camino
Hola,
buenos días, hoy Lety nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Ayer
estábamos cantando Laudes, en pleno benedictus, y, de repente, se apagaron las
luces; pero la Comunidad siguió cantando.
Me
impresionaba ver todo a oscuras, excepto dos velas en el altar. Miraba mi
cuaderno y no veía nada.
Al
ver que la luz no volvía, la hermana sacristana sacó el mechero para dar luz a
la que leía; otra sacó del bolsillo una mini linterna para dar luz a la que
entonaba, y la Priora sacó el móvil para usar la linterna y alumbrar el coro
para poder seguir. Con estos tres puntos de luz se pudo seguir sin ningún
problema la Liturgia. Al rato volvió la luz, todo se iluminó... y cada una se
guardó su utensilio.
Muchas
personas me hablan de que están viviendo una noche oscura en la Fe, y es verdad
que existen, y el Señor las permite para purificar nuestra alma. Pero siempre
insisto en que el Señor, en medio de la noche, te da una pequeña luz para poder
ver el camino.
Es
verdad que nos gustaría siempre caminar a pleno sol, porque todo es distinto.
Pero el Señor nunca te abandona a tu suerte ni a tu oscuridad, siempre te dará
una luz para ver el siguiente paso que tienes que dar.
Ahora
estamos viviendo una época donde la luz es muy escasa, pero Él está con
nosotros y, a cada dificultad, sale su solución. Es cierto que no podemos ver
de lejos, pero sí tenemos cada día la luz para vivir. Porque Cristo donde vive
es en el presente.
Muchas
veces vivimos en el pasado, pensando que fue mejor o si volverá; o vivimos en
el futuro, imaginando lo que será. Pero donde descubrirás a Cristo vivo es en
tu presente. Y, como alimentó a los israelitas con el maná en el desierto, así
te alimentará a ti cada día si le das la mano y vives con Él. Porque Él nunca
abandona a nadie. Siempre permanece.
Hoy
el reto del amor es encender una luz, ver qué tienes en oscuridad y pedirle a
Jesús que te ilumine para ver el siguiente paso que tienes que dar. “Yo soy la
luz del mundo”, esto nos dijo, así que... a tirarle de la túnica con tu oración
para ver el camino.
VIVE
DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma
