Esta
conversión en mezquita es considerada “un insulto para el patrimonio cultural
de la humanidad, incluso mayor que el sufrido por Santa Sofía”
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Imagen
cristiana en interior de iglesia de San Salvador de Cora.
Crédito:
Wikimedia Commons - Brewbooks (CC BY 2.0)
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Después de que líderes internacionales
lamentaran la reconversión de Santa Sofía en mezquita el pasado 24 de julio, el
viernes el presidente de Turquía publicó un decreto que ordena que otra
emblemática y antigua iglesia ortodoxa bizantina deje de ser museo y sirva
nuevamente al culto musulmán.
El
21 de agosto se publicó en el diario oficial nacional un decreto del presidente
de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, que ordena que la antigua iglesia ortodoxa y
ahora museo Kariye Camii o Iglesia de San Salvador de Cora, sea reconvertida en
mezquita.
Este
edificio se encuentra en Edirnekapi, Fatih, distrito más poblado, religioso y
conservador de la capital Estambul.
Según
informó AsiaNews,
el decreto se sustenta en la decisión del Consejo de Estado de noviembre de
2019 que señala que el uso de la edificación como museo va “en contra de la ley”.
Ahora, el antiguo monasterio estará bajo el control de la Dirección de Asuntos
Religiosos (Diyanet), encargada de liderar las obras para transformarlo en
mezquita.
El
Monasterio de San Salvador de Cora es considerado por el reconocido historiador
turco Ilber Ortayli como “un punto de referencia del patrimonio cultural
mundial” y “uno de los ejemplos más raros del arte bizantino” debido a sus
mosaicos y frescos, señaló Asia News.
Según Asia News, esta conversión en
mezquita es considerada “un insulto para el patrimonio cultural de la
humanidad, incluso mayor que el sufrido por Santa Sofía”. También, señaló que
algunos diplomáticos opinan que la decisión refleja una “ambición arrogante” de
Erdogan que mezcla convicciones políticas, ideologías y cultura.
Asimismo,
señaló que los críticos afirman que la decisión cuenta con amplia tolerancia
por parte de políticos de occidente “más dedicados en velar por sus intereses
económicos y financieros que por defender la dignidad del ser humano”.
Al
respecto, informó que cerca de seis mil industrias alemanas operan en Turquía y
que el presidente Erdogan cuenta con la aprobación de Donald Trump, quien alaba
su “liderazgo”.
El
Monasterio de San Salvador fue construido en el año 534, durante el período
bizantino. Sus muros interiores, así como las columnas y cúpulas están
enteramente tapizadas con espléndidos mosaicos y frescos que datan del siglo
XI.
Luego
de la conquista de Constantinopla por el Imperio Otomano, el monasterio fue
transformado en 1511 en mezquita de una manera muy similar a como sucedió con
Santa Sofía. Por ello, parte de su infraestructura fue recubierta con yeso.
Años más tarde, en 1945, el Consejo de Ministros de la República de Turquía
convirtió la mezquita en un museo.
En
1958, una parte de sus frescos y mosaicos pudieron ser vistos luego de un
minucioso trabajo de la escuela de arqueología de Estados Unidos, que tuvo la
colaboración de algunos expertos turcos.
En
mayo de 2020 el Consejo de Estado aprobó que el presidente turco convierta el
museo de Santa Sofía en mezquita, decisión que fue lamentada por la Iglesia
Católica y que despertó la crítica internacional por el daño causado a la
historia y la herencia cultural de la humanidad.
Los
Obispos de Estados Unidos declararon el 24 de julio como “día de duelo”, fecha
en que se realizó el primer rezo islámico después de 86 años en la antigua
iglesia de Santa Sofía.
La Arquidiócesis Greco-Ortodoxa de América
se sumó a este gesto simbólico y señaló que la reconversión de Santa Sofía es
“un programa de una errada apropiación cultural y espiritual, así como una
violación de todos los estándares de la armonía religiosa y respeto mutuo”.
El
12 de julio, el Papa Francisco aseguró sentirse “muy dolido” por la conversión
de Santa Sofía.
Para
la Iglesia Ortodoxa griega, cuya sede está en Constantinopla, el uso de Santa
Sofía como “trofeo y símbolo de conquista” genera “fuertes protestas y
frustraciones entre los cristianos de todo el mundo, además de dañar a Turquía
de diversos modos”. La Iglesia de Oriente Medio considera que la decisión de
Erdogan ataca la libertad religiosa, debido al simbolismo que representa Santa
Sofía.
Para
los intelectuales turcos musulmanes, seguidores de la corriente islámica
reformista kemalista, Nazif Ay, Mehmet Ali Öz y Yusuf Dülger, la conversión de
Santa Sofía representa “un error grave e irresponsable” que elimina la
neutralidad religiosa y dará paso “al odio contra el islam”.
Mohamed
Abdel Salam, secretario general del Alto Comité para la Fraternidad Humana y
consejero especial del gran imam de Al Azhar, Ahmed Al Tayeb, máxima autoridad
dentro del islam suní, envió una carta a Erdogan reclamando que Santa Sofía
siga siendo lugar de apertura, encuentro e inspiración para personas de todas
las naciones y religiones.
Fuente: ACI