Pidieron que
les escribieran emails para rezar por personas concretas y recibieron más de
7.000 correos en los que se pedían oraciones por más de 15.000 personas
Foto: Sor Rocío Goncet |
Revela «la necesidad que tenemos todos de Dios en nuestra vida diaria,
independientemente de si estamos más cerca o más lejos de Él», asegura sor
Rocío Goncet.
Todo empezó con
un vídeo en el que aparecía sor Rocío Goncet, monja dominica, dando ánimos ante
la pandemia y ofreciendo la oración de las religiosas de clausura por todos
aquellos sanitarios que les escribieran con peticiones a una dirección de
correo electrónico.
«Pensábamos que
nos contestarían solo algunas personas», pero después de 7.000 emails y más de
15.000 personas encomendadas, «nos hemos visto desbordadas», confiesa a Alfa
y Omega.
Ante la
magnitud de los testimonios, «es imposible quedarse solo con uno». Sin embargo,
a la religiosa sevillana enseguida le viene a la cabeza la historia de «un
médico que nos escribió y nos contó que su mujer estaba embarazada, apunto de
dar a luz. Él se había tenido que ir de casa por precaución y pedía oraciones
por él, por su mujer y por su hija». En el email «también decía que le
encantaría estar en el parto de su hija, pero que estaba dispuesto a sacrificar
ese momento tan especial si le tocaba atender a los enfermos del coronavirus».
Más allá de las
fronteras
Pero «no solo
nos han escrito sanitarios», aclara Goncet. «Al final, se difundió tanto que
hemos recibido mensajes de todo tipo de personas, desde policías hasta
empleados de banca». Y también de otros países, tanto europeos (Alemania, Reino
Unido e Italia) como americanos (México, Argentina, Venezuela o Canadá).
Las religiosas,
por su parte, también han tenido refuerzos en el terreno internacional. Se
trata de las Concepcionistas Franciscanas de Goa (India), que se han sumado a
la iniciativa y ya están rezando por todos aquellos que se lo han pedido.
Incluso hay
alguna religiosa que ahora reza desde el cielo. Se trata de la hermana Pilar
Adámez, superiora de la comunidad de las Oblatas de Cristo Sacerdote de Huelva,
que falleció este martes por culpa del COVID-19 «rezando por aquellos que nos
pedían oraciones».
La necesidad de
Dios
El altísimo
nivel de participación ha obligado a los organizadores a tener que modificar la
dinámica de la iniciativa. «La idea era encomendar a cada hermana una intención
de oración concreta, pero han llegado muchos más emails que el número de
religiosas que participábamos en la iniciativa», cuenta sor Rocío.
Al final, «los
emails se han ido reenviando a las comunidades y las intenciones de oración han
asumidas por el conjunto de las monjas».
Pero más allá
de las cuestiones procedimentales, la avalancha de correos electrónicos revela
para la hermana dominica el «poder de la oración» y, sobre todo, «la necesidad
que tenemos todos de Dios en nuestra vida diaria, independientemente de si
estamos más cerca o más lejos de Él».
Por eso,
concluye sor Rocío Goncet, «todavía no nos hemos planteado lo que pasará con la
cadena de oración una vez que termine la pandemia, pero se ha creado una
fraternidad muy bella entre las personas y las comunidades y esto no se va a
acabar tan fácilmente».
José Calderero
de Aldecoa
Fuente: Alfa y
Omega