Los 47 miembros de la
Hermandad de la Sangre de Cristo de Zaragoza hacen guardia 24 horas al día para
recoger el cuerpo cuando alguien fallece en circunstancias adversas. Lo llevan
haciendo ininterrumpidamente desde el siglo XIII
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Dos
miembros del equipo de la hermandad.
Foto:
Hermandad de la Sangre de Cristo de Zaragoza
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Son las cuatro de la mañana
y suena el teléfono. Es el juez. Toca recoger el cadáver de un fallecido. Está
de guardia Ignacio Giménez, hermano mayor de la Hermandad de la Sangre de
Cristo de Zaragoza, y su móvil está disponible 24 horas al día durante siete
días enteros. Ignacio llama al camillero y al conductor.
Un equipo de tres se
prepara con su correspondiente protección –ahora más específica, en tiempos de
coronavirus– y el corazón dispuesto para recoger el cadáver de alguien que ha
muerto en la calle, en su domicilio o en circunstancias adversas. Saben cómo
manejarse, la hermandad lleva haciéndolo desde el siglo XIII.
Antes eran los carros los
que avisaban en el empedrado zaragozano que llegaba la Sangre de Cristo a
recoger un cadáver para trasladarlo extramuros. Ahora es una furgoneta blanca
con cruz sobre fondo azul –facilitada por el Ayuntamiento– la que los lleva al
instituto forense.
La Hermandad de la Sangre
de Cristo realiza el servicio de recogida de difuntos en Zaragoza desde el año
1280, cuando una epidemia –pudo ser de peste, poco antes de la gran peste
negra– golpeó con fuerza la ciudad. «En aquel momento apenas había
instituciones bien organizadas, y las autoridades encargaron a nuestra
hermandad el servicio», apunta orgulloso Giménez.
El orgullo aumenta cuando
explica que, desde entonces, ocho siglos después, su labor caritativa se ha
mantenido intacta. «Los 47 miembros que somos actualmente –el máximo es 50– nos
seguimos encargando de recoger los cuerpos de los fallecidos en Zaragoza de
forma totalmente altruista». Son abogados, médicos, empresarios, gestores...
hay hasta taxistas –todo hombres «por tradición»–, que están de guardia durante
una semana cada dos meses, aproximadamente.
Cuando reciben la llamada
del juez, dejan lo que están haciendo y acuden al lugar del suceso para
proceder a la recogida. No hace falta tener conocimientos previos, en la
hermandad reciben «cursos de la Guardia Civil, de la Policía, de forenses…»,
para estar preparados y renovados. Incluso «cuando fue la gripe aviar recibimos
formación específica para tratar una pandemia».
Acogida en el momento final
Giménez explica que la
hermandad normalmente se encarga de los cadáveres «que tengan que ponerse a
disposición judicial y ser enviados a un forense para que se les realice una
autopsia». Esto implica víctimas de asesinatos, suicidios, accidentes… y
fallecidos en hospitales, «siempre que la causa de la muerte sea desconocida»,
explica. «Recuerdo momentos especialmente duros, como el accidente en una
discoteca en el centro de Zaragoza, donde murieron 30 personas, o un accidente
de autobús en el que fallecieron decenas también».
Recalca la dureza de
recoger «a niños, o mayores que se han suicidado en sus domicilios. O chavales
jóvenes que se matan en accidentes de tráfico».
Además de la logística, la
labor de la Sangre de Cristo es «acoger en ese momento final al difunto y
acompañar a la familia con el máximo respeto. Y rezar una oración, si la
ocasión lo permite», asegura Sergio Blanco, consiliario. Además, todos los
primeros lunes «organizamos una Misa para rezar por todos los difuntos que han
fallecido ese mes», que suelen ser una media de 40 en condiciones normales.
Con la crisis del
coronavirus se han incrementado «un poco» los casos y ha cambiado la forma de
proceder. «A las personas que fallecen en casa, por ejemplo, con certeza de que
haya sido a causa del virus, las llevamos directamente al crematorio». Eso sí,
con el problema añadido de la falta de equipación que los sanitarios están
sufriendo en toda España. «De momento estamos comprando lo que podemos los
hermanos y haciendo una campaña de recaudación» en esta Semana Santa tan
diferente.
Por cierto, son
organizadores del Santo Entierro, la procesión en la que salen todas las
cofradías y hermandades de Zaragoza. Este año, como el resto, están preparando
actos online.
Cristina Sánchez Aguilar
Fuente: Alfa y Omega