¿NO PUEDES RECIBIR LA COMUNIÓN? MIRA CÓMO HACER UNA COMUNIÓN ESPIRITUAL

Los santos a menudo hacían un acto de comunión espiritual cuando no podían recibir la Eucaristía en la misa

Hay diversos motivos que pueden impedirnos recibir la Eucaristía en la misa. Quizás hayamos roto el ayuno de una hora, estemos en un estado de pecado mortal o incluso confinados en casa por razones imperiosas, incapaces de salir para asistir a la Misa.

En estos casos, la Iglesia nos anima a hacer un acto de “comunión espiritual”, donde nos unimos a Dios a través de la oración. Es una hermosa manera de expresar a Dios nuestro deseo de estar unidos a Él cuando no podemos completar esa unión en la recepción de la Sagrada Comunión. 

Innumerables santos incorporaron este tipo de oración en su vida diaria, no contentos con recibir a Jesús en la Eucaristía una vez a la semana o incluso una vez al día. Hacer un acto de comunión espiritual para ellos era una parte esencial de la vida y los acercaba a Dios cada día.

San Josemaría Escrivá animaba a todos a hacer la comunión espiritual tantas veces como pudieran: “¡Qué fuente de gracias es la Comunión espiritual! Practícala frecuentemente y tendrás más presencia de Dios y más unión con Él en las obras”.

El Padre Pío también tenía el hábito de hacer una comunión espiritual durante todo el día aparte de la celebración de la misa. Deseaba estar siempre unido a Jesucristo en todo lo que hacía.

Abajo hay una oración tradicional de comunión espiritual que muchos santos han rezado a lo largo de los años. Se puede orar si te encuentras en misa sin poder recibir la Eucaristía o incluso en medio de tu trabajo diario, elevando tus pensamientos a Dios.

La meta final de nuestras vidas debería ser la comunión con Dios, así que un acto de comunión espiritual puede ayudarnos a acercarnos a esa meta.

Creo, Jesús mío, que estás realmente presente en el Santísimo Sacramento del altar.
Te amo sobre todas las cosas y deseo ardientemente recibirte dentro de mi alma, pero no pudiendo hacerlo sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón.
Quédate conmigo y no permitas que me separe de Ti.
Amén.

Philip Kosloski

Fuente: Aleteia