Sin
una rueda
Hola,
buenos días, hoy Lety nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Tenemos
un aspirador grande para cuando hay mucho polvo de obras. El otro día se cayó y
se rompió una de las cuatro ruedas de la plataforma a la que está sujeto. Al
aspirador no le ha pasado nada, funciona perfectamente, pero, para moverle de
un lado para otro, hay que arrastrarlo; al faltarle una rueda, no se desliza
con ligereza.
Hoy
hemos cambiado la pieza, y ha quedado como nuevo. Lo mejor es ver cómo no
cuesta nada moverle.
Al
mirar al aspirador me daba cuenta de que muchas veces esto es lo que pasa en
nuestra vida. Hay algo en nuestro interior que cojea, que no acaba de hacer
fluido todo. Puede ser un rencor, un perdón, un no poder amar a esa persona, un
resentimiento...
Es
verdad que podemos seguir viviendo, no es tan fuerte como para que nos quite la
vida, pero nuestro corazón no acaba de descansar. Porque nuestro corazón busca
tener paz y vivir feliz. Muchas veces nos llevamos malos ratos y el otro ni se
entera; tú, en tu corazón, te quedas con el malestar, con la espina clavada...
pero el otro sigue viviendo tan tranquilo.
Jesús
no quiere que vivas con eso en tu corazón, quiere que se lo entregues, que lo
dejes en Sus manos, que lo dejes en su cruz, porque Él quiere morir por ello
para resucitártelo, quiere que experimentes que, donde tú no puedes, Él sí
puede; que donde tú no llegas, Él sí llega. Porque te ama y da su vida por ti,
solo necesita que, eso que tienes en el corazón como una espina, se lo
entregues, lo dejes en Él.
Y
ahora, cuando sientas paz en tu corazón, ya puedes acercarte a esa persona a la
que antes no podías, porque Cristo ha resucitado tu corazón, pero recuerda que
la clave está en dejarte hacer por Jesús.
Hoy
el reto del amor es dejar a Cristo aquello que te quita la paz, pedirLe que te
regale el don de su paz, y desea a cinco personas un feliz día.
VIVE
DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma