Discurso ante el Cuerpo Diplomático
En su discurso ante el Cuerpo Diplomático, Francisco
reafirma una mirada de esperanza incluso al afrontar esos dramas que atraviesa
el mundo. Cita los muchos conflictos, incluidos los olvidados, pero también
recuerda los abusos contra los menores, la violencia contra las mujeres y el
sentido de solidaridad en Europa.
Es con esperanza que el Papa nos pide entrar en el
tiempo que se acerca. Dirigiéndose al Cuerpo Diplomático acreditado ante la
Santa Sede con ocasión del tradicional intercambio de saludos por el nuevo año,
subraya desde el principio que, aunque la esperanza exige "realismo"
y que se "llamen a los problemas por su nombre", incluso si "el
año nuevo no parece estar lleno de signos alentadores, sino más bien con una
intensificación de tensiones y violencia ", no se puede dejar de esperar.
Francisco renueva su llamamiento para que la tensión entre Irán y Estados
Unidos no se deteriore más, pidiendo diálogo y respeto por la legalidad
internacional.
Todo el discurso se desarrolla recorriendo los viajes
apostólicos realizados en 2019, una oportunidad para fomentar el diálogo a
nivel político y religioso, teniendo en cuenta que el objetivo del compromiso
diplomático de la Santa Sede es la paz y el desarrollo humano integral.
El contraste a
los abusos a menores
Citando la Jornada Mundial de la Juventud en Panamá y
el encuentro con los jóvenes, Francisco recuerda que "no pocos adultos,
incluidos varios miembros del clero" han sido responsables de
"delitos muy graves contra la dignidad de los jóvenes, niños y adolescentes".
Se trata de "crímenes que ofenden a Dios causando daños físicos,
psicológicos y espirituales", subraya recordando también el encuentro en
el Vaticano en febrero pasado y el renovado compromiso por la protección de
menores a través de "un amplio espectro de normas" para afrontar
estos casos.
El pacto
educativo y el primado de la familia
Se trata de heridas tan graves como para recordar la
urgencia de la tarea educativa. El Papa recuerda el evento mundial del próximo
14 de mayo sobre el tema: "Reconstruir el pacto educativo global". La
educación, observa Francisco, no termina en las aulas, sino que es asegurada
principalmente fortaleciendo el derecho primario de la familia a educar y el
derecho de las Iglesias y de las asociaciones sociales a colaborar con ella. Vivimos
en un mundo donde tendemos a encerrarnos en nosotros mismos, protegiendo los
derechos adquiridos con indiferencia hacia los ancianos y no ofreciendo más
espacio a la vida naciente: "El envejecimiento general de parte de la
población mundial, especialmente en el Occidente, es una triste y emblemática
representación".
La conversión ecológica
integral
Son
precisamente los jóvenes los que pueden ofrecer mucho, con su entusiasmo,
evidente en la forma en que muchos de ellos están trabajando para sensibilizar
a los líderes políticos sobre la cuestión ambiental porque, señala el Papa,
"el cuidado de nuestra casa común, debe ser una preocupación para todos”,
no un objeto de contraposición ideológica. En esencia, recuerdan la urgencia de
una "conversión ecológica" entendida de manera integral, que sin
embargo no parece haber sido adquirida por la Comunidad internacional y el
resultado de la COP25 de Madrid - señala el Papa - representa "una grave
alarma" sobre la voluntad de la Comunidad internacional para enfrentar con
sabiduría el fenómeno del calentamiento global.
Desigualdades y corrupción endémica en la raíz de
los conflictos en América Latina
La
mirada sobre América Latina se dirige al Sínodo para la Amazonía para luego
dirigirse, con preocupación, también al multiplicarse de "crisis políticas
en un número creciente de países", donde las polarizaciones no ayudan ni
"mucho menos puede hacerlo la violencia que por ningún motivo puede ser
adoptada como instrumento para afrontar las cuestiones políticas y
sociales". En su corazón lleva especialmente a Venezuela con la esperanza
de que no disminuya el compromiso de buscar soluciones.
“En
general, los conflictos de la región americana, aun cuando tienen raíces
diferentes, están acomunados por profundas desigualdades, por injusticias y por
la corrupción endémica, así como por las diversas formas de pobreza que ofenden
la dignidad de las personas. Por tanto, es necesario que los líderes políticos
se esfuercen por restablecer con urgencia una cultura del diálogo para el bien
común y para reforzar las instituciones democráticas y promover el respeto del
estado de derecho, con el fin de prevenir las desviaciones antidemocráticas,
populistas y extremistas”.
Diálogo interreligioso y llamamiento por Jerusalén
El
segundo viaje de Francisco en 2019 fue a los Emiratos Árabes Unidos. Central,
aquí, la firma del Documento sobre la Fraternidad con el Gran Imam de Al-Azhar,
para recordar el "concepto de ciudadanía", por el respeto de la
libertad religiosa, renunciando al uso discriminatorio del término minorías,
para la formación de nuevas generaciones al diálogo interreligioso. Paz y
esperanza también en el centro de la visita a Marruecos con el llamamiento
conjunto por Jerusalén, reconociendo la unicidad y la sacralidad, subscrito
junto al Rey Mohammed VI. De ahí que el pensamiento del Papa se extiende a toda
la Tierra Santa para llamar a la Comunidad internacional a apoyar el proceso de
paz israelí-palestino. Un compromiso muy urgente también en otras áreas de
Oriente Medio.
El riesgo del manto de silencio sobre Siria
"Me
refiero sobre todo – dice – al manto de silencio que corre el riesgo de cubrir
la guerra que ha devastado Siria durante esta década". Para el Papa es
urgente que se encuentren soluciones de paz y reconstrucción para el pueblo
sirio, así como es fuerte la gratitud de la Santa Sede por estos países, como
Jordania y Líbano, que se han hecho cargo de miles de prófugos.
La tensión entre Estados Unidos e Irán.
Entonces,
su mirada se fija sobre la actualidad más próxima:
“De
modo particular, son preocupantes las señales que llegan de toda la región,
después del aumento de la tensión entre Irán y los Estados Unidos y que
amenazan poner en riesgo ante todo el lento proceso de reconstrucción de Irak,
como también crear las bases de un conflicto a mayor escala que todos
desearíamos poder evitar. Por lo tanto, renuevo mi llamamiento para que todas
las partes interesadas eviten el aumento de la confrontación y mantengan
«encendida la llama del diálogo y del autocontrol», en el pleno respeto de la
legalidad internacional”.
La explotación de los que huyen
Lo
que preocupa al Papa es también Yemen, que vive una de las más graves crisis
humanitarias de la historia reciente, en un clima de general indiferencia de la
Comunidad internacional, y Libia también se ve agravada por las incursiones de
extremistas, terreno fértil para la plaga de la trata de seres humanos,
“alimentada por personas sin escrúpulos que explotan la pobreza y el
sufrimiento de quienes huyen". En el mundo hay varios miles de personas
"con legítimas solicitudes de asilo y necesidades humanitarias y de protección
verificables, que no son adecuadamente identificadas", señala Francisco,
afirmando como el Mediterráneo sigue siendo "un gran cementerio" y
esperando que todos los Estados busquen soluciones duraderas.
Europa y el sentido de solidaridad: pietas romana
y caritas cristiana
Por lo tanto, el discurso del Papa se
traslada al contexto europeo con los tres países visitados el año pasado:
Bulgaria, Macedonia del Norte y, posteriormente, Rumania, unidos por ser un
puente entre Oriente y Occidente. De ahí su llamado a apoyar el diálogo y el
respeto a la legalidad internacional para resolver los "conflictos
congelados" que persisten en el continente, comenzando por las situaciones
relacionadas con los Balcanes occidentales y el Cáucaso meridional, incluida
Georgia.
También expresó el aliento de la Santa Sede
a las negociaciones para la reunificación de Chipre. Y el aprecio por los
intentos de resolver el conflicto en la parte oriental de Ucrania. "El
diálogo – y no las armas – es el instrumento esencial para resolver disputas",
recuerda mencionando la contribución ofrecida justamente en Ucrania por la
Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa. Poniendo en
evidencia que ya en 1949 con la creación del Consejo de Europa y la posterior
adopción del Convenio
Europeo de Derechos Humanos, se sentaron las bases de la integración
europea, Francisco menciona como pilar fundamental la declaración que hizo el
entonces ministro de asuntos exteriores francés, Schuman, quien recordó que
"la paz no puede salvaguardarse sino con esfuerzos creativos,
proporcionales a los peligros que la amenazan". "En los padres
fundadores de la Europa moderna existía la conciencia de que el continente
podía recuperarse de las laceraciones de la guerra y de las nuevas divisiones
que sobrevivieron solo en un proceso gradual de compartir ideales y
recursos", comenta Francisco, con la esperanza de que Europa no debe
perder el sentido de solidaridad que lo ha caracterizado durante siglos.
“Que
Europa no pierda, por tanto, el sentido de solidaridad que desde hace siglos la
ha caracterizado, incluso en los momentos más difíciles de su historia. Que no
pierda aquel espíritu que hunde sus raíces, entre otros, en la pietas romana y
en la caritas cristiana, que tan bien describen el ánimo de los pueblos europeos.
El incendio de la catedral de Notre Dame en París demostró qué frágil y fácil
es destruir lo que parece más sólido. Los daños sufridos por un edificio, no
sólo querido por los católicos sino significativo para toda Francia y la
humanidad entera, despertó el tema de los valores históricos y culturales de
Europa y de las raíces sobre las que se funda. En un contexto en el que faltan
valores de referencia, es más fácil encontrar elementos de división que de
cohesión”.
El Muro y el odio en la web
Entre
los diversos aniversarios mencionados en el discurso, no falta la referencia al
trigésimo aniversario de la caída del Muro de Berlín, "emblemático de una
cultura que aleja a las personas" y "abre el camino al extremismo y
la violencia". "Lo vemos – dice Francisco – en el lenguaje de
odio" utilizado en las redes sociales. "A las barreras de odio,
nosotros preferimos los puentes de la reconciliación y de la solidaridad",
afirma con claridad.
En África la esperanza, pero también la violencia
Signos
de paz y reconciliación, el Papa los revela en su viaje a África: Madagascar,
Mozambique y Mauricio. En cambio, expresa dolor por la continuación de los
episodios de violencia en Burkina Faso, Malí, Níger y Nigeria. Violencia
incluso contra personas inocentes, entre los cuales incluso muchos cristianos
asesinados por su fidelidad al Evangelio. Terrorismo y conflictos que persisten
en varias partes de África.
También subraya la necesidad de una
respuesta internacional coherente para abordar el fenómeno de los desplazados internos,
es decir, que permanecen dentro de las fronteras nacionales, que no siempre
reciben la protección que merecen. Su mirada también se dirige a la República
Centroafricana, donde se firmó un acuerdo global en febrero pasado para poner
fin a más de 50 años de guerra civil y, en particular, a Sudán del Sur, que el
Papa espera poder visitar este año y al que recuerda haber dedicado un día de
retiro en abril.
El poseer armas nucleares no hace que el mundo sea
más seguro
Finalmente,
el viaje apostólico a Tailandia y Japón. Es en este último país con los
testimonios de los Hibakusha, los sobrevivientes de los bombardeos atómicos de
1945, para reiterar que "no se puede construir una verdadera paz sobre la
amenaza de una posible aniquilación total de la humanidad causada por las armas
nucleares". El Papa reafirma la inmoralidad del uso, pero también condena
su posesión:
“Un
mundo «sin armas nucleares es posible y necesario», y es preciso que quienes
tienen responsabilidades políticas tomen plena conciencia de esto, porque no es
la posesión disuasiva de potentes medios de destrucción de masa lo que hace al
mundo más seguro, sino más bien el trabajo paciente de todas las personas de
buena voluntad que se dedican concretamente, cada cual en su propio ámbito, a
edificar un mundo de paz, solidaridad y respeto recíproco”.
En
este sentido, se destacó la importancia de la X Conferencia de Examen del
Tratado de No Proliferación Nuclear, que se celebrará en Nueva York.
También dirigió un pensamiento a Australia afectada por incendios persistentes,
a quienes asegura su oración.
Las Naciones Unidas han evitado otra guerra
mundial
Finalmente,
palabras muy fuertes las dirige a las Naciones Unidas cuyo compromiso "en
estos 75 años ha sido en gran medida un éxito, especialmente en el evitar otra
guerra mundial". Por lo tanto, reitera que el bien común es el criterio a
seguir superando – espera – ese enfoque que "apunta a vincular los
derechos fundamentales con situaciones contingentes, olvidando que estos están
intrínsecamente fundados en la naturaleza misma del ser humano". En
esencia, incluso el lenguaje de las organizaciones internacionales debe tener
un claro anclaje objetivo, ya que parece "urgente", señala, ir hacia
"una reforma general del sistema multilateral" para hacerlo más
actual en el contexto geopolítico actual.
El pueblo italiano descubra el espíritu de
apertura al futuro del Renacimiento
El
Papa concluye su intenso discurso con una imagen de belleza: la de Raffaello
Sanzio, quien murió hace 500 años, cuyo genio era saber componer armoniosamente
diferentes materiales y colores, es así como la diplomacia está llamada a armonizar
las peculiaridades de los pueblos para construir un mundo de justicia y paz.
Por lo tanto, el pueblo italiano está invitado a redescubrir ese espíritu de
apertura hacia el futuro, que caracterizó el Renacimiento y que "hizo a
esta península tan bella y rica en arte, historia y cultura".
La violencia contra las mujeres es una profanación
de Dios
María
era uno de los sujetos favoritos del gran artista. Este año se cumple el 70
aniversario de la proclamación de la Asunción de la Virgen María al Cielo. Y hace
25 años en Beijing se tenía la IV Conferencia Mundial de la ONU sobre la Mujer.
Una oportunidad para reiterar que "en todo el mundo sea reconocido cada
vez más el preciado papel de las mujeres en la sociedad y cesen todas las
formas de injusticia, desigualdad y violencia hacia ellas", dice retomando
un tema ya tratado en discursos anteriores al Cuerpo Diplomático y en
particular en su espléndida homilía realizada la semana pasada con motivo de la
solemnidad de María Madre de Dios:
“«Toda
violencia infligida a la mujer es una profanación de Dios». Ejercer violencia
contra una mujer o explotarla no es un simple delito, es un crimen que destruye
la armonía, la poesía y la belleza que Dios quiso dar al mundo”.
La Asunción de María y el compromiso imperfecto pero
precioso por la paz
No
es casualidad que su discurso llegue a su fin con su mirada dirigida a la
Asunción de María, quien nos invita a ver el cumplimiento del camino terrenal
en el día en que la paz y la justicia serán plenamente restablecidas, explicando
así el significado de este compromiso que ha sido desarrollado a lo largo del
discurso: "nos sentimos así animados, a través de la diplomacia, que es
nuestro intento humano, imperfecto pero aún valioso, trabajar con celo para
anticipar los frutos de este deseo de paz, sabiendo que la meta es
posible".
Debora Donnini – Ciudad del Vaticano
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