“Al celebrar a los fieles difuntos al día siguiente de la celebración de
Todos los Santos la Iglesia nos quiere enseñar que tanto los que ya están en el
cielo como los que están en el
purgatorio, siguen siendo miembros de la
Iglesia”
El
sacerdote mexicano Sergio Román publicó un artículo en el que explicó 3 razones
por las que los católicos celebran el Día de los Fieles Difuntos.
1.-
Tradición permanente de la Iglesia
En
el texto difundido por el Sistema Informativo de la Arquidiócesis de México, el sacerdote explicó que la celebración de los
fieles difuntos es una “tradición permanente en la Iglesia, lo mismo que
celebrar la Santa Misa por ellos”.
“Considerando
que la muerte de un cristiano es en realidad su nacimiento al cielo, los
primeros cristianos acostumbraron reunirse ante la tumba de sus hermanos
difuntos en el día del aniversario de su muerte y celebraban la Misa por
ellos, sobre todo si habían dado testimonio de Cristo con su martirio. Gracias
a esa tradición sabemos la fecha del martirio de muchos de nuestros santos”,
explica el presbítero.
El P. Román dijo que la
costumbre mexicana de dar una comida a los difuntos es similar a una costumbre
pagana romana antigua, que con el tiempo se cristianizó y que ahora se ha
asumido en México así.
2.- Los difuntos siguen
siendo miembros de la Iglesia
El sacerdote indicó también
que “al celebrar a los fieles difuntos al día siguiente de la celebración de
Todos los Santos la Iglesia nos quiere enseñar que tanto los que ya están en el
cielo, santos todos ellos aunque no estén canonizados, como los que están en el
purgatorio, siguen
siendo miembros de la Iglesia”.
El P. Román precisó que entre
todos los fieles católicos “hay una comunicación de dones que se llama ‘Comunión
de los santos’. Seguimos unidos a Cristo por el Espíritu Santo, seguimos siendo
hermanos, hijos de un mismo Padre”.
3.- Se les ama ayudándolos a
salir del purgatorio para ir al cielo
Recordar y conmemorar a los
fieles difuntos es importante especialmente si es que están en el purgatorio,
que puede considerarse
como una antesala del cielo.
El sacerdote mexicano resaltó
que “el purgatorio es ya el cielo… pero todavía no. A la presencia de Dios solo
llega lo santo, lo limpio. Ante Él no debe haber ni la más mínima sombra del
pecado. Por los méritos de Jesús se nos perdonan nuestros pecados”.
En el purgatorio, el alma del
difunto se purifica para llegar al cielo.
Fuente: ACI