¿Por
las nubes o en el suelo?
Hola,
buenos días, hoy Lety nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Los
domingos celebramos la Eucaristía en la iglesia del convento, en vez de en la
capilla. La verdad es que ya hace bastante frío, y las sacristanas han sacado
unas estufas.
El
problema del calor es que se va para arriba y, como la iglesia es muy alta, no
se puede calentar. Pero a estas estufas las llaman “setas”, porque tienen una
especie de sombrero arriba y hace que el calor no suba, sino que vaya para
abajo y, si estás cerca, te calientan.
La
verdad es que es una solución, no la estufa, sino el sombrero de la seta.
Mirándolas
el domingo, le preguntaba al Señor cuál es mi sombrero, porque es muy fácil
decir que amamos, que perdonamos, que somos comprensivos... pero, si no tenemos
un sombrero que nos baje a la tierra el calor, todo se queda en buenas
intenciones.
Y
este sombrero es Jesús. Él nos muestra siempre un camino concreto, un amor que
calienta; su amor es real y tangible. Porque, cuando dejamos a Jesús entrar en
nuestra vida, cuando nos dejamos cuidar por Él, en ese momento empezamos a
descubrirle en nuestra vida.
Muchas
veces vivimos nuestra fe de una manera abstracta, en las nubes, pero Jesús es
nuestro sombrero, el que hace que la fe sea real, viva, que ese amor caliente,
que ese perdón quebrante el corazón.
Jesús
hace que nuestra fe pase, de ser una teoría, a una realidad. Solo necesita que
le demos la mano, que abramos nuestro corazón.
Ayer
tuve una visita que me decía:
-Para mí, Dios está muy lejos.
-Para mí, Dios está muy lejos.
Le
contesté:
-Déjale a Jesús que te cuide, que Él te ame, que Él esté contigo. La vida la quieres llevar tú, y por ello no ves a Dios contigo; pero Él está, solo tienes que dejarle paso.
-Déjale a Jesús que te cuide, que Él te ame, que Él esté contigo. La vida la quieres llevar tú, y por ello no ves a Dios contigo; pero Él está, solo tienes que dejarle paso.
Jesús
se ha encarnado por amor a nosotros, porque quiere que tú seas feliz, no que
tengas momentos de felicidad, sino que seas feliz continuamente.
Hoy
el reto del amor es dejar entrar a Jesús en tu vida para que tu amor tenga
rostro y sea concreto. Las llamadas que hoy recibas, al colgar, despídete con
amor.
VIVE
DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma