“Yo creo que el sentido común nos hace ver que la fiesta de Halloween hoy por hoy sigue unos derroteros muy negativos, que no sabemos dónde van a acabar”
A
pocas horas de que en diversos países comiencen las celebraciones por Halloween, el famoso P. José Antonio Fortea, se pronunció sobre si los
fieles católicos pueden o no participar en las fiestas, disfrazarse y pedir
dulces.
En
diálogo con ACI Prensa, el P. Fortea precisó que “la respuesta no es simple”.
“En
sí misma, la celebración de esta fiesta tal como era hace cien años, doscientos
años, no tenía nada de malo, y mucho menos en una sociedad tan cristiana como
era la norteamericana hace 50 años se reducía a disfrazarse y a visitar las
casas, nada más”.
En
esa época, dijo, “los disfraces eran muy inocentes y bondadosos. Uno se
disfrazaba de zanahoria, otro de sheriff, otro de bombero, no había nada de
malo”.
Sin
embargo, precisó, “lo que pasa es que hace ya unos decenios, esta fiesta
empezó poco a poco a tomar unos aspectos más relativos a la brujería, a cosa de
tipo escabroso, y los disfraces ya no eran disfraces inocentes –uno de piloto y
otro de médico–, sino que cada vez eran disfraces más sangrientos, que tenían
que ver con lo gore o con la brujería”.
El gore es
un género de cine que abunda en imágenes
sangrientas y el sufrimiento físico extremo.
“Entonces
sí que ha habido una evolución de esta fiesta que ha sido muy negativa”, señaló
el sacerdote, y advirtió que en Halloween “cada vez más lo que tiene que ver
con la brujería va cobrando preponderancia”.
Pero
que los niños se disfracen en Halloween, dijo, “no podemos decir taxativamente
que es demoniaco, porque hay padres que realmente creen en Jesús, buenos
católicos, que se limitan a poner un buen disfraz a su hijo, a una pequeña
celebración en el colegio y ya está”.
“Hay
que usar el sentido común”, dijo, y recordó que una madre perteneciente al Opus
Dei le hizo la misma consulta.
“Está
en un colegio de Madrid. Simplemente van a hacer una fiesta en el colegio, su
hija tiene 6 años, todos se van a disfrazar de algo. Me decía: ¿hay algún
problema en que mi hija de 6 años se disfrace de algo?”.
Para
el P. Fortea, la madre, “aunque tiene el derecho de negarse a ello, tampoco
vería yo algún problema en una cosa tan inocente”.
“Claro, hay
otros casos en los que el disfraz es tremendamente monstruoso, lleno de sangre,
de vísceras, de cicatrices, eso es desagradable, eso no lo veo moralmente
neutro”, precisó.
A
esta situación, el sacerdote añade que “la fiesta de Halloween los medios de
comunicación cada vez más están derivándola hacia la brujería”.
“Yo
creo que el sentido común nos hace ver que la fiesta de Halloween hoy por
hoy sigue unos derroteros muy negativos, que no sabemos dónde van a acabar”.
“Pero
si una madre quiere no destacarse y que su hija lleve un disfraz, yo no lo
vería tampoco eso negativo”, dijo, pidiendo una vez más recurrir al “sentido
común”.
¿Las películas de terror
atraen demonios?
Consultado
por si las películas de terror pueden provocar actividad demoniaca, el teólogo
español precisó que “yo hablaría más bien de lo pecaminoso más que de los
demonios, porque los demonios están en torno a nosotros, vienen de vez en
cuando, nos tientan. Pero no están siempre en cada momento a nuestro lado”.
“Todo
lo que es pecado los atrae, pero todo pecado, sea del tipo que sea”.
El
P. Fortea indicó que “sí que hay películas que son verdaderamente
desagradables, porque son gore, son películas que cualquier persona normal
no puede sentir más que desagrado”.
“Y
esto es lo que desde hace tiempo cada vez más gente siente atracción por la
sangre y las vísceras y cuanto más espantosas sean las escenas, más
disfrutan. Es algo social, aquí no vale para solucionar el problema con que
alguien dé un sermón”.
El
sacerdote lamentó que “es una sociedad la que va derivando hacia allí”.
“Yo
creo que al final los que creemos en el Evangelio debemos intentar llevar
una vida lo
más acorde a lo que es lo natural, lo que Jesús quiere. Pero desgraciadamente
nuestra capacidad, en la mayoría de los países, para influir en el camino que
lleva es limitada y cada vez va siendo más limitada”.
“Pero
hay que dejarlo claro: hay películas que, por su contenido sangriento, su
carácter tan antinatural, tan lesivo de la dignidad que tiene la naturaleza
humana, no deberían ser vistas. Y ciertamente podemos entrar en lo que es
pecado”, advirtió.
Por David Ramos
Fuente:
ACI Prensa