¿Qué dice la Iglesia católica sobre los alienígenas?
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By Marc Ward | Shutterstock |
La iniciativa
de un asalto masivo a la llamada Área 51, una base militar de los Estados
Unidos asociada con teorías de conspiración sobre extraterrestres, ha hecho que
estos días se hable más sobre los alienígenas.
Hace un tiempo,
el papa Francisco planteaba en una homilía qué
pasaría si vinieran extraterrestres a nuestro planeta, y si habría que
evangelizarlos también.
“Si mañana
viniese una expedición de marcianos, por ejemplo, y algunos de ellos vinieran a
nosotros, marciano, ¿eh? Verdes, con la nariz y las orejas largas, como los
pintan los niños… Y uno de ellos dijese: ‘Quiero bautizarme’. ¿Qué sucedería?”,
dijo.
¿La Iglesia
católica se ha pronunciado sobre la posible existencia de la vida
extraterrestre?
Dos precisiones
son necesarias antes de abordar el núcleo de la cuestión. La primera es que se
trata de una cuestión a la que se puede contestar desde la teología –y teniendo
a la vista lo que conoce la ciencia-, pero no desde el Magisterio de la
Iglesia. Quien busque algún pronunciamiento de la Iglesia sobre la
cuestión, se encontrará con que no hay nada.
La segunda
precisión es que la verdadera cuestión concierne, no a la posible vida
extraterrestre en general, sino sólo a la posible vida inteligente.
La existencia
de vida extraterrestre no inteligente, sea elemental o compleja –una bacteria,
una planta o un animal- no tiene relevancia teológica alguna. O, al menos,
no la tiene para un católico. Es un asunto que compete exclusivamente a
la ciencia, sin que presente problema doctrinal alguno.
Distinto es el
caso de seres inteligentes alienígenas. De hecho, entre quienes con más ahínco
buscan pruebas de su existencia figuran personas hostiles hacia la religión
–sobre todo la cristiana-, que piensan que su hallazgo socavaría los
fundamentos de esa fe.
Si bien es
cierto que en ese intento tienen en la cabeza una forma de interpretar la
Biblia –y, en concreto, los dos primeros capítulos delo Génesis- más propia del
evangelismo protestante –mucho más pegado a la letra- que de la fe católica,
también es cierto que desde esta última se pueden plantear algunas
dificultades.
Desde el punto
de vista que podríamos denominar teología de la creación, no hay en
realidad inconvenientes en hacer hueco a otros seres inteligentes. El universo es muy grande, y Dios ha podido crearlos.
El que aparezca
el hombre como rey de la creación no tiene mayor alcance que su propio ámbito,
allí donde llega. La Biblia habla de este mundo, y nada dice de otros posibles
mundos habitables y habitados.
Las dificultades vienen de la llamada teología de la redención. En ella vemos lo que parece ser una relación, no ya privilegiada, sino exclusiva de Dios con el hombre.
Las dificultades vienen de la llamada teología de la redención. En ella vemos lo que parece ser una relación, no ya privilegiada, sino exclusiva de Dios con el hombre.
Dios –la Segunda
Persona de la Trinidad- se ha encarnado, se ha hecho hombre, y este
hombre figura a la diestra del Padre, como juez y rey universal.
¿Ha podido
hacer lo mismo con otra especie de seres inteligentes? Estrictamente imposible no es, pero parece bastante improbable.
No obstante,
también es verdad que ha podido elegir otro camino de salvación para ellos. Con
todo, en este contexto la aparición de otros tipos de seres inteligentes no
parece encajar bien, por lo cual lo más razonable resulta, sin descartar la posibilidad
contraria, ser algo escépticos sobre su existencia.
Podría pensarse
que esa postura va en contra de la ciencia. No es así. En nombre de la ciencia
se dan muchas expectativas, de forma que parece que cada vez el descubrimiento
de alienígenas está cada vez más próximo, pero lo cierto es que hoy por hoy no
se ha descubierto ningún indicio de su existencia, aunque se haya buscado con
ahínco.
Además, lo
que la ciencia sí que muestra es que, conforme se conoce mejor la realidad
extraterrestre, cada vez hay que buscar más lejos.
Hasta hace
pocos años, las expectativas se focalizaban en Marte –todavía hoy hablamos de
“marcianos” para referirnos a los extraterrestres-, pero hoy ya se descarta el
sistema solar como habitat de alienígenas.
Por lo que se
va sabiendo, dentro de poco parece que descartaremos una distancia menor de 10
años-luz. Y eso ya está muy lejos (el Sol está a unos 7 minutos-luz). Por ello,
la ciencia, lo que de verdad se sabe, está más bien clausurando expectativas
que abriéndolas.
Julio de la Vega-Hazas
Fuente: Aleteia