Discurso
del Secretario de Estado Vaticano, en la 74° Asamblea General de la ONU, en
Nueva York, con motivo de la apertura en el Vaticano, el próximo mes de
octubre, del Sínodo sobre la AmazoníaON
La
crisis que sigue a la "rápida destrucción de nuestros bosques,
especialmente de nuestras selvas tropicales, no es sólo ambiental, sino también
social y sobre todo ética", es la advertencia que lanzó el día de ayer el
Cardenal Pietro Parolin durante la reunión de alto nivel, en el Palacio de la
ONU en Nueva York, dedicada a la protección de los bosques tropicales, con el
objetivo de promover acciones multilaterales "urgentes y duraderas".
Preservar y educar a la
responsabilidad
"Todos
reconocemos – observó el Cardenal Parolin – la importancia de los bosques para
el mundo entero y también para el futuro de la humanidad: son el recurso
renovable más fiable del mundo y son esenciales para el desarrollo humano
integral". Pero, "en tiempos de creciente urbanización – señaló el
Purpurado – su irremplazable importancia se da a menudo por sobre entendida y
subestimada". De ahí la importancia crucial de educar a las personas para
que consideren los bosques no sólo como un recurso a explotar, sino también
como un santuario a cultivar y a renovar constantemente". Esta tarea de
protección es tanto más rigurosa cuanto que, ha advertido el Secretario de
Estado, ante la rápida destrucción de los bosques con "la pérdida de
especies y de equilibrios vitales, que podrían alterar todo el
ecosistema".
La destrucción de los
bosques causa grandes sufrimientos
"Un
gran sufrimiento viene de la absurda destrucción de los bosques" y pagando
el precio más alto – dijo el Cardenal Parolin – son "aquellos que dependen
de los bosques para sus hogares, medios de vida, tradiciones culturales y
estructuras sociales". Así que "el cuidado de nuestra casa común y de
nuestros hermanos y hermanas en esa casa, deben proceder juntos", exhortó
el Cardenal. "Necesitamos una ecología integral", "que equilibre
el uso responsable de los bosques para el desarrollo económico y social con su
protección y preservación para el bien de quienes dependen y cuidan de ellos y
para el bien de la humanidad y de las generaciones futuras". Por ello, el
Purpurado recomienda que "las decisiones para mejorar la gestión de
nuestros bosques se tomen con la participación plena y significativa de
aquellos cuyos derechos, valores y voluntad se verán más afectados".
El futuro de los pueblos
indígenas afecta a toda la humanidad
El
Cardenal Parolin recordó que dentro de dos semanas, el 6 de octubre, se
inaugurará en el Vaticano el Sínodo de los Obispos de todo el mundo sobre la
Región Amazónica, que se centrará principalmente en los desafíos eclesiales y
pastorales de esa zona, con especial atención a los pueblos indígenas que viven
en ella y a las cuestiones humanas, ecológicas, sociales y económicas que
afectan a la región y que preocupan a toda la humanidad. Por lo tanto, también
otros ecosistemas importantes se enfrentan a graves amenazas, como la cuenca
del Congo, los bosques tropicales del sudeste asiático y otros bosques
nacionales y territorios verdes.
Protección del medio
ambiente a través de la justicia social
Como
señaló el Papa Francisco durante su reciente visita a Madagascar, un país que
desde 2001 ha perdido el 21% de sus bosques: "no puede haber un verdadero
enfoque ecológico o una acción concreta para proteger el medio ambiente sin una
justicia social que garantice el derecho al destino común de los bienes de la
tierra para las generaciones actuales, pero también para las futuras".
Un enfoque integrado
contra la pobreza y la exclusión
Finalmente,
el Cardenal Parolin instó a exigir "un enfoque integrado y multilateral
que combata la pobreza y devuelva la dignidad a los excluidos, protegiendo al
mismo tiempo este precioso, indispensable y amenazado don", que son las
selvas tropicales.
Roberta
Gisotti – Ciudad del Vaticano
Vatican
News