El
arcángel protector tiene un gran poder que puedes aprovechar
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El
29 de septiembre se celebra a los tres arcángeles: san Miguel, san Gabriel y
san Rafael. Estos son los únicos nombres de santos ángeles que conocemos en la
sagrada Escritura; Dios mismo tendría algún motivo para que así fuera.
Personalmente le debo mucho
a san Miguel y soy un gran devoto de él, le rezo la coronilla casi a diario y
me consagro con frecuencia.
Te quiero invitar a que
participes de esta amistad con este gran
protector que Dios ha puesto a nuestro lado como defensor, guía y amigo.
Para ello te presente
algunos de los oficios que este gran arcángel realiza en favor de los hombres y
de la Iglesia, y así, conociéndole, conozcas la ayuda que para estos días san
Miguel te da.
San Miguel ha sido llamado
como una de las joyas más preciadas de la creación en la corona de Dios.
Aparece en la Sagrada Escritura en cinco ocasiones: tres veces en el libro de
Daniel, uno en la carta de Judas y en el libro del Apocalipsis.
1. Príncipe de los ejércitos de Dios
El
libro del Apocalipsis 12, 7-9 nos muestra a san Miguel desplegando toda su
fuerza y poder en el combate contra el enemigo de Dios: Satanás.
Este
combate continua y San Miguel, de acuerdo a santo Tomás de Aquino, será quien
combata y destruya al Anticristo, así como lo hizo con Lucifer.
Este servicio de este Jefe
de la milicia celestial nos ayuda si se tiene en cuenta que la vida cristiana
es una batalla espiritual por el Reino de Dios, donde cada uno debe llevar el
estandarte de ¿Quién como Dios?
Es precisamente con este
grito de combate con el que san Miguel reivindica los derechos inalienables de
Dios. Pero al mismo tiempo, el grito de batalla no es solamente un gesto de
humildad de Miguel Arcángel, sino que expresa también una manifestación acerca
de quién es él. Recordemos que “quien no se conozca es imposible que pueda llegar a la santidad” (Tanqueray, Adolphe).
Hoy, cuando se quieren
quitar a Dios los derechos que Él tiene sobre toda vida, como con el aborto y
la eutanasia, levantemos esta arma junto con San Miguel.
Así
mismo san Miguel te ayuda a que te conozcas a ti mismo como criatura e hijo
de Dios, como hombre y mujer; y conociéndote llegues a la santidad y unión con
Dios.
Cabe recordar lo que
escribió san Francisco de sales: “La veneración a san Miguel es el remedio
contra el desprecio contra los derechos de Dios, remedio contra la
insubordinación, escepticismo e infidelidad”.
San Miguel es reconocido
como el capitán, el jefe de la milicia celestial, y todos los ángeles le rinden
obediencia y están atentos a recibir de él sus varios oficios. Tal
reconocimiento es porque los ángeles ven en la voluntad de san Miguel la
voluntad de Dios.
De ahí que san
Miguel te ayuda a aceptar, amar y realizar la voluntad de Dios.
2. Enseña a ser fiel a Dios
Con la rebelión de Satanás y
sus ángeles, comenzó la división en el
mundo. Con san Miguel los santos ángeles decidieron mantener la fidelidad a Dios,
mientras que los ángeles rebeldes abjuraron de Dios y quebrantaron la fidelidad
a Él. Por esta razón, la fidelidad es el primer rasgo característico de los
santos ángeles.
Satanás tiembla al oír el
nombre de san Miguel, y la razón está en que el nombre de “Miguel” le hace
recordar el momento en que él, Satanás, se rebeló contra Dios y le fue infiel,
San Miguel se levanta y pronuncia: ¿Quién como Dios?
San Juan Pablo II en una de
sus visitas al Monte Gargano, enseñaba que esta división se encuentra en el
interior de cada hombre. Satanás, decía el Papa, es el “engañador
del equilibrio moral del hombre”.
Hoy,
cuando la infidelidad golpea las familias y hogares, cuando hay infidelidad en
los cargos en los que se ha depositado la confianza, cuando hay una dictadura
del relativismo, es momento de invocar a san Miguel para mantenerse fieles a la
doctrina y tradición de la Iglesia.
3. Defensor de los cristianos
Sam Miguel se ha aparecido
en distintas ocasiones a aquellos que se encuentran en estado de necesidad y lo
han invocado pidiendo su ayuda.
Un ejemplo extraordinario de
esta ayuda es la que San Miguel le brindó a santa Juana de Arco. Otros lugares
de su aparición han sido Mont Michel, en Francia, Monte Gargano en Italia, y
Tlaxcala, México.
Aparte
de estas manifestaciones visibles de este gran arcángel, se encuentran todas
las manifestaciones y acciones en favor de los hombres y las naciones.
San Miguel tiene un amor
compasivo por los hombres y no hay ninguna sola alma que se encuentre lejos de
su acción.
Hoy día, necesitamos esta
gran ayuda de san Miguel para tantos peligros que afrontan en diversos campos
los cristianos. Se habla de 245 millones de cristianos perseguidos, naciones
donde se persigue a la fe. Pedir esta ayuda de este ángel para ser fieles, para
confesar nuestra fe con valor y perseverar en el amor a Cristo y a su Iglesia.
San Miguel no permanece
indiferente a las nuevas formas de seducción y rebelión que rodean a los
cristianos, así que invoquemos a este gran amigo y defensor ante cualquier
necesidad.
4. Intercesor de los enfermos y difuntos
San Miguel no es solo el
jefe del ejército de Dios, su campo de acciono es muy amplio y se extiende a
diversas funciones. Desde la antigüedad, en la Iglesia Oriental, se le atribuyó
a san Miguel la capacidad de sanar, lo cual va unido a su protección que da a
los hombres.
De esta función se
encuentra, por ejemplo, la aparición de san Miguel en el Estado de
Tlaxcala, México, donde aparece en el año de 1631, en 3
ocasiones a un indígena llamado Diego Lázaro y le indica un agua con propiedades
curativas.
Por esta razón podemos
invocar a san Miguel en necesidad de cura para algún enfermo. Recuerda, san
Miguel se interesa por todo lo que le ocurre al hombre.
Asimismo, san Miguel es el
gran abogado nuestro a la hora de la muerte. Él nos asiste en este momento crucial de
cada alma.
A san Miguel se le ha
confiado la tarea de recibir las almas de los elegidos. San Miguel con una
solicitud amorosa presenta el alma a la luz eterna y conduce el alma a la
gloria de Dios.
San Alfonso de Ligorio nos
narra que había un noble polaco, quien por muchos años había llevado una vida
deshonesta. Cuando se acercaba la hora de su muerte, se llenó de terror y su
consciencia lo remordía, y no quería recibir ningún tipo de ayuda espiritual.
Sin embargo, este hombre,
mantenía algún tipo de veneración a san Miguel y Dios en su misericordia
permitió al arcángel que se le apareciera y lo exhortara para arrepentirse y
pedir en la oración tener tiempo para arrepentirse de sus pecados.
Después de esto, dos padres
dominicos llegaron a la casa, diciendo que habían sido enviado, a lo cual el
hombre reconocido e esto la obra de san Miguel, se confesó y murió reconciliado
con Dios.
5. Guardián del Purgatorio
Es una tradición popular
presentar a san Miguel como aquel que sostiene
el libro de la vida, y cargando un par de escalas donde se pesa el alma de cada
hombre.
Se han compuesto oraciones
que entran en la Liturgia de la Iglesia y que confirman la asistencia de este
ángel a las almas del purgatorio. Una
de estas oraciones reza así:
“Ábranse
los cielos y alégrense con él los ángeles. Recibe a tu siervo, en su Reino.
Recíbale san Miguel, arcángel de Dios, que mereció ser príncipe de la milicia
celeste”
6. Protector de la Iglesia
En el Antiguo Testamento san
Miguel aparece como uno de los Príncipes del cielo puesto como guardián del
Pueblo elegido (cfr. Dn. 12,1), de ahí se deduce que el nuevo pueblo de Dios al
ser la Iglesia tiene como protector y guardia especial a este glorioso arcángel.
Esta misión es enseñada de
manera casi unánime por todos los Padres de la Iglesia.
Cuando se ha tratado de
destruir el cristianismo con persecuciones y amenazas, san
Miguel es quien bajo el comando de Nuestra Señora, Reina de los ángeles, ha
aparecido para asistir y proteger.
Es el caso de Constantino el
Grande, siglo IV, quien recibió fuerzas de San Miguel para obtener una
brillante victoria sobre el emperador pagano Majencio.
San Miguel aparece a
Constantino diciendo “Yo soy Miguel, jefe de las legiones angélicas de Nuestro
Señor, protector de la religión cristiana, quien, mientras tu estabas luchando
contra tiranos impíos, yo ponía las armas en tus manos”.
Santa Catalina Emmerich
narra en repetidas ocasiones las visiones que tuvo de san Miguel, en la forma
de un guerrero, de pie, encima de la Iglesia, con una espada ensangrentada a la
que enfundaba en la vaina como señal de victoria. Esto nos debe llenar de
esperanza cuando vemos que aumentan las persecuciones y ataques contra la
Iglesia.
En estos tiempos críticos
por los que atraviesa la Iglesia vale la pena invocar a san Miguel para que
defienda la Iglesia en esta batalla.
Recordemos la oración de
León XIII en este sentido:
“San
Miguel Arcángel, defiéndenos en el combate contra las maldades e insidias del
demonio. Se nuestra ayuda, te rogamos suplicantes. ¡Que el Señor nos lo
conceda! Y tú, príncipe de las milicias celestiales, con el poder que te viene
de Dios arroja en el infierno a Satanás y a los otros espíritus malignos que
ambulan por el mundo para la perdición de las almas”.
7. San Miguel vence al Anticristo
San Luis Gonzaga escribe que cuando
llegue el fin del mundo aparecerá san Miguel para luchar contra el Anticristo; lo hará para defender a la
Iglesia de Dios en su tremenda persecución (Cfr. 1 Jn 2,18; 1 Ts 4,16).
Será en ese momento de la
victoria final que san Miguel hará sonar la trompeta en presencia de Cristo y
despertando a todos los que murieron desde Adán hasta la consumación de los
siglos.
El Padre de la Iglesia san Cirilo
escribía que “el arcángel hará una proclamación y dirá a
todos: ¨Levántense para el encuentro con el Señor, pues el descenso del Señor
es terrible”.
Como puedes ver, las
misiones y tareas de san Miguel Arcángel son muchas y muy importantes y
necesarias para nuestras vidas presentes, por ello te invito a que te consagres
a este glorioso Príncipe con la siguiente oración:
San
Miguel Arcángel, yo me consagro a ti. Me pongo a mí mismo, a mi familia y a
todo lo que me pertenece, bajo tu poderosa protección. Acrecienta el fervor en
mi corazón y recuerda que, desde este día, yo estoy bajo tu amparo.
Obtén
para mi gracia de amar con todo mi corazón a Dios, Mi Padre, a Jesús, mi
Salvador; al Espíritu Santo, mi Santificador, y a María, mi dulce Madre. Amén.
Oh
gran príncipe del Cielo, guardián sumamente fiel de la Iglesia, San Miguel
Arcángel, yo, aunque indigno de presentarme a ti, pero confiado en tu especial
bondad, emocionado (a) por la excelencia de tus plegarias y de la multitud de
tus buenas obras, me presento a ti, acompañado (a) por mi Ángel de la Guarda; y
en presencia de todos los Ángeles del Cielo a quienes tomo como testigos de mi
devoción por ti, te elijo hoy como mi protector y abogado particular, y me
propongo firmemente honrarte siempre y ensalzarte con todas mis fuerzas.
Asísteme
durante mi vida, para que nunca ofenda los ojos purísimos de Dios, ni con
obras, o palabras o pensamientos. Defiéndeme contra todas las tentaciones del
demonio, especialmente aquellas contra la fe y la pureza; y en la hora de mi
muerte, dona la paz a mi alma y hazme entrar a la Patria Eterna. Amén.
Padre Fernando Cárdenas Lee, Foyer de
Charite
Fuente:
Aleteia