“¡Si
conocieras el don de Dios!”
Hola,
buenos días, hoy Matilde nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Estaba
en una habitación del primer piso del convento y, mientras bebía un vaso de
agua, tranquilamente, veía a través de un ventanal cantidad de ramas de un
pino, ya un poco entrado en años y sin mucho follaje… Miraba con atención y me
sorprendía el enramado tan complejo que formaban los troncos, cada uno en una
dirección y sin chocarse unos con otros. ¡En el espacio abierto, hay sitio para
todos!… Pero esta maraña era como muy enrevesada… Pensaba que es todo lo
contrario al orden y la armonía, según la concebimos los hombres…
Pero,
como si el Señor me diera la clave de lo que estaba contemplando, me sugirió
que ese entramado, aparentemente tan confuso, es como la vida de los hombres:
nos movemos, vamos y venimos, entramos y salimos… Nuestra vida es un continuo
trasiego, a veces guiados solo por nuestros gustos y conveniencias, y otras
buscando el Amor de mi alma…
Y,
a través de tanta rama, estaba un Cielo azul intenso, inamovible, que parecía
observar y amparar este conglomerado de ramas y su mecerse con el viento…
Así
mismo, la Palabra de Dios nos asegura que toda aventura y vida humana, en Él,
tiene sentido… Jesús ve a cada persona en su primer deseo: ¡Añoranza de Dios!…
Y, con sus gestos y Palabras, les conduce a todos a lo más importante: a su
origen de Dios y a su vuelta final, al regazo del Padre… Para Jesús, nada de
este mundo es confuso, porque lo ve todo con los ojos de un Amor, que es
infinito por su criatura, el hombre…
¡Los
ojos de Jesús es lo que desearíamos todos, para ver con sencillez hasta los
errores y extravíos de cada corazón!… Por eso, dijo a una mujer despistada:
“¡Si conocieras el Don de Dios!”… Que es como decir: “Si vieras las cosas como
yo las veo, como se filtran a través de mi Corazón, por mi Espíritu Santo, en
ti aparecería la criatura que Dios hizo con tanto Amor…”
Y
en otro pasaje: “Si tu ojo es puro, todo tu cuerpo estará iluminado…”
¡Tener
la mirada de Jesús y dejarnos llevar de tanto Amor como Dios ha puesto en cada
uno!… Para Jesús todo es simple y “des-complicado”…
Hoy
el reto del amor es pedir al Espíritu Santo que me dé los ojos de Jesús para
ver a todos como son ante Él… Tomarme un rato de oración, para ello…
VIVE
DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma