Pringaos
Hola,
buenos días, hoy Joane nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
“Pringado: Que es ingenuo y se deja engañar
fácilmente para hacer cosas que otros no quieren hacer”.
Ese
es uno de los significados de esta palabra, y es el primero que me surgió al
empezar a leer la carta que nos escribió una persona diciendo que, en la
clínica donde trabaja como limpiadora, han hecho un “club de pringaos”.
“¿Club
de los pringaos? ¿Pero cómo se les ocurre?”, pensé.
La
carta seguía: “El camino tendrá cosas mejores y otras peores, pero hemos
decidido ponernos las botas, ser pringaos, queremos mancharnos las manos y los
pies; en definitiva, seguir al guía del grupo, que no es otro que nuestro
Señor.”
Esto
cambiaba totalmente el significado, y es que el capellán, limpiadoras, médicos,
enfermeras... “se pringan” en un hospital, se cuidan entre ellos y cuidan a los
demás, hacen de su trabajo una misión que va más allá de la labor que tengan
que realizar, apuestan por el Amor, por vivir desde la entrega cuidando los
detalles pequeños, por ver a cada persona.
Leímos
esta carta a primera hora de la mañana. Por la tarde tuvimos una visita. Una
chica se presentaba diciendo:
-En mi trabajo, soy del “club de los pringaos”.
-En mi trabajo, soy del “club de los pringaos”.
No
le dejamos ni explicarse, pues le empezamos a hablar con emoción de la carta
que habíamos recibido ese mismo día: ¡era compañera de la que nos escribió!
Pringarse,
apostar por el Amor. La vida del cristiano es don y tarea: recibir todo de
Cristo y después darlo. Vivir de Cristo es “pringarte” de Él, sumergirte en Él
y luego “pringarte” con los demás. Él cambia tu mirada, te hace ver más allá.
Lo
que tienes entre manos adquiere un significado profundo y, por pequeño que sea,
se convierte en una gran misión que marca la diferencia. No es que te dejes
engañar para hacer lo que otros no quieren, sino que te involucras, te
“pringas” con los demás; ves a las personas.
Hoy
el reto del amor es que seas “un pringao” en algo concreto a lo largo del día.
Pide al Señor tener esa mirada atenta que, sin sacarte de tu lugar, hace que
veas lo de todos los días de forma diferente. Príngate dedicando tiempo a ese
compañero o alumno que tiene dificultad de cara a los exámenes, príngate con
esa persona que no puede con las bolsas, príngate con tu sonrisa hacia los que
hoy se cruzarán contigo, príngate con tu oración por quien lo necesita,
ayudando, acogiendo...
VIVE
DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma