Augusta,
de vivir prostituyéndose en las calles de Freetown, a contar su historia al
presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani y al Papa Francisco
Augusta Ngombu |
Augusta Ngombu es huérfana,
vivió en la calle y se tuvo que prostituir en Sierra Leona para sobrevivir. Es
una de las muchas chicas a las que los salesianos han cambiado por completo la
vida en Freetown, la capital del país.
Allí, en el Centro Don Bosco Fambul (que
significa «familia» en lengua crio), los religiosos impulsan todo tipo de
programas con los que han conseguido que muchas niñas víctimas de abusos y de
la prostitución forzada, estén saliendo adelante estudiando y trabajando.
Augusta: cuando sonríe
ilumina todo a su alrededor
Tiene un rostro angelical,
transparente, y hablar con ella te dan deseos de abrazarla, por lo que vivió,
pero sobre todo por su fuerza interior, guerrera. Su historia te desgarra el
alma. Te cuenta como durmió con todo tipo de hombres por necesidad, para ganar
dinero y sobrevivir. Es una de las protagonistas del documental Love.
Desde que se presentó el
documental el año pasado, se buscaba también que Augusta pudiera ser recibida
por el Santo Padre y presentarle el documental. Que el Papa la bendijera y su
bendición llevársela a las chicas de Don Bosco Fambul. Pero no todo fue fácil.
Desde que en Octubre, se supo que había fuertes posibilidades que pudiera
saludar a Francisco en una Audiencia general y fuera invitada al Parlamento
Europeo, y a las Naciones Unidas en Ginebra, poder obtener su visa desde su
País, fue una de las empresas más difíciles.
Un largo camino para lograr
este viaje
Estuvo un mes en Costa de
Marfil esperando la resolución, le quitaron el pasaporte y tuvo que quedarse
allí sin poder salir. Se estaba haciendo el tramite a través de la embajada
belga. Rechazada la visa, no obstante, llevaba consigo cartas de invitación de
la Unión Europea y del Vaticano. La razón no la dicen, pero es porque es
africana, negra, mujer, joven y pobre, como lo dijo el padre Jorge Crisafulli
ante el Parlamento Europeo. Al final, in extremis, el Gobierno de
España facilitó a Misiones Salesianas la posibilidad que Bélgica les había
negado.
Nunca había salido de
Sierra Leona y de repente se vio arrastrada por una marea de viajes, países
nuevos, con sus costumbres y culturas, sobre todo las gastronómicas. Visitó 7
países y subirá 13 veces en avión. Ha sido atendida por el Centro Don Bosco
Fambul, Jorge Crisafulli y los voluntarios que cambiaron su vida. Misiones
Salesianas y Don Bosco International han podido traerla a Europa para ofrecer
su testimonio.
Cuentan Jorge y Alberto,
que es feliz ante cualquier cosa que ve. Tiene toda la ingenuidad de una niña,
aquella niña que habitaba dentro de sí misma, cuando tenía 16 años, y que
alguien le arrebató su infancia por primera vez. Siempre tiene frío y echa de
menos comer arroz y picante, pero su viaje está siendo tan agotador como rico
en experiencias y fructífero en oportunidades. Augusta y el equipo de Misiones
Salesianas estuvo alojado en la Casa General Salesianos de Don Bosco, el Rector
Mayor, el español Ángel Fernández Artime, digamos, el sucesor de Don Bosco le
ha regalado una figura de Don Bosco a Augusta para su futuro restaurante. Es un
gran amigo del Papa Francisco, porque fue inspector en Argentina antes. Viaja 6
meses al año.
Un encuentro con el Santo
Padre
Y llegó el día en que vería
al Papa. La Audiencia General corrió con la catequesis del Papa en diversos
idiomas, y su bendición final. Llega el momento de los saludos. El Pontífice
saluda a los grupos de persona, y allí están Augusta y Jorge. Se detuvo con
ellos y allí Jorge le explicó en pocas palabras la obra de Don Bosco Fambul en
Sierra Leona, y el testimonio de Augusta, mientras le entregaba al Papa un
libro que habla de todas esas chicas sin nombre, que poco a poco son rescatadas
por la ONG. Jorge cuenta a Vatican News esa emoción vivida.
Después que Jorge le
explicó al Papa y le dio el libro y un dvd de Love, el Papa bendijo a Augusta
puso su mano sobre su cabeza y le dijo: Sigue tu camino, sigue así.
En cada país una aventura
única
Desde el sábado 16 de
febrero, habían iniciado las distintas visitas, asistiendo a las distintas
invitaciones en Europa. Empezaron su viaje a Bruselas y Malta. El padre Jorge
Crisafulli y Augusta, acompañados por Alberto López, miembro del Departamento
de Comunicación de Misiones Salesianas en España, iniciaron este camino con
tanta emoción, y los deseos de denunciar las injusticias en Sierra Leona, sacudir
conciencias en Europa.
La primera cita en
Bruselas, en el Parlamento Europeo, allí sacudió los corazones de todos los
presentes: «Buenos días…» y nadie contestó… «Buenos días», y cuando todos
contestaron, según la educación africana, ella, emocionada, comenzó a hablar y
a narrar las atrocidades que sufrió hasta hace muy poco tiempo. Al final,
lágrimas del auditorio, aplausos y felicitaciones del presidente Antonio
Tajani, de los eurodiputados presentes y del secretario del dicasterio para el
desarrollo Humano Integral, monseñor Michael Czerny, este dicasterio se ocupa
de los migrantes y prófugos.
Una nueva mamá para Augusta
El jueves 21 tocó el turno
a Malta, la presidenta del país, Marie-Louise Coleiro Preca, les recibió. No
hicieron falta ni pasaportes ni controles de seguridad. La presidente les dio
dos besos a todos y compartió más de 30 minutos de conversación y fotos sin
protocolos. Augusta le entregó el documental Love y el
libro Niñas sin nombre. Marie-Louise le dijo que todas las niñas
tienen nombre y cara como ella para transformar la realidad. Augusta le contó
su historia y su cambio, de la calle y de la prostitución a ser profesora y
tener un negocio gracias a Don Bosco Fambul, en Sierra Leona, y le dijo que su
sueño era abrir un restaurante allí y poderla invitar a comer.
La presidenta de Malta le
contestó que tenía una hija de 27 años, pero que desde hoy tenía otra hija en
Sierra Leona y que era ella. Que, por supuesto, la ayudaría y le dio su número
de teléfono personal y su correo electrónico para estar en contacto. Augusta
quiso arrodillarse ante ella como se hace en África como signo de
agradecimiento, pero acabó abrazándola llorando mientras su «nueva» madre la
consolaba y animaba. Al despedirse el grupo, el personal de confianza de la
presidenta también abrazó a Augusta y le agradeció su testimonio, su entereza y
le animó a cumplir su sueño.
El programa Hope
Augusta entró en el
programa Hope+, en el que aprendió un oficio e hizo 18 meses de
prácticas de catering en un restaurante. Demostró mucho talento y en 2015 se
graduó como la mejor de su clase. Nunca quiso que los Salesianos le pagaran los
estudios ni el costoso examen de graduación y lo hizo con sus trabajos en la
hostelería. En la actualidad tiene su propia empresa de catering, en la que
realiza comidas por encargo, y vive con su hermana. «Ahora sí que vivo de mi
trabajo y mi objetivo es decirle a todas las chicas del Girls Shelter que
salgan de la prostitución porque de ahí no van a sacar nada bueno, sólo
enfermedades y problemas y van a perder un tiempo precioso para estudiar y
cumplir sus sueños en la vida», reconoce Augusta.
El documental Love y
Augusta
A través del
Documental Love de las Misiones Salesianas, se denuncia esta
situación, por desgracia tan común en el mundo y, especialmente en África.
Aminata, la protagonista, cuenta los episodios más recientes de su vida, una
historia triste y de soledad al vivir en la calle pero con final feliz gracias
a los Salesianos, ya que tiene un futuro prometedor y ha empezado a hacerlo realidad
tras regresar a la aldea donde vive su abuela y ser recibida como una heroína
porque todos la daban por muerta. En el documental se habla también de Augusta
y se le ve al final con su negocio propio.
Hoy día Aminata, es
peluquera, se ha casado con un chico que es electricista y tiene un hijo, se
llama Prince Turei. Y dice «que estúpida que fui, poniendo en peligro mi vida,
con mil leones, 5 euros aproximadamente, en una noche durmiendo con entre cinco
y 10 hombres, y ahora que tengo mi trabajo ganó 250 millones, hago peinados y
gano mucho más».
Patricia Ynestroza
Fuente: Vatican News