Un
regalo para regalar
Hola,
buenos días, hoy Israel nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Estas
Navidades, una persona que queremos mucho nos quiso hacer un regalo personal.
Nos invitó a que cada una eligiésemos algo que pudiésemos necesitar o que nos
gustaría tener. Y, mágicamente, nos sorprendió con la llegada de esos regalos
que cada una habíamos elegido.
La
verdad es que la generosidad de tantas personas, y aún más en estas fechas, es
desbordante. Solo brota el agradecimiento y nuestra oración por ellos.
¡Gracias!
Pero,
además, ayer caí en la cuenta de algo que me llenó de alegría el corazón.
Repasé
mentalmente lo que habíamos pedido las del Novi (que era lo que más recordaba)
y descubrí que los regalos que habíamos elegido eran para poner en práctica
nuestros dones:
El
regalo de Lety eran dos libros para profundizar sobre lo que vive el hombre
hoy, ya que el Señor le ha puesto un fuerte deseo en el corazón de escribir
sobre la debilidad. Sí, sí, eso que todos tenemos en común...
El
de Joane era un libro para aprender a dibujar, y es que ella es tan creativa...
Es la que realiza las ilustraciones que tanto hablan de Cristo y de su Amor.
Lo
mío era un estuche multiherramienta, ya que siempre ando entre cables, impresoras
y otros arreglos en los que pueda ayudar a los demás.
En
definitiva, el Señor me regaló ver que, lo que más felices nos hace no es solo
el regalo, sino el poder utilizarlo para servir a los demás.
Todos
tenemos un montón de dones dentro de nosotros, algunos incluso que desconocemos
o que aún no hemos puesto en marcha. Y es que tú no eres así por casualidades
de la vida, sino que Dios te ha soñado. Él conoce tu corazón y comprende todas
sus acciones, porque Él mismo lo ha creado, y no solo eso, sino que tiene un
propósito para tu vida, una misión.
Muchas
veces puedes pensar que tus dones no son gran cosa, que los de otros son
mejores... Eso es que solo estás viendo la semilla, pero no sabes qué fruto
puede llegar a dar tu vida si te pones en manos del Señor.
Hoy
el reto del amor es dejar que tus regalos lo sean también para los demás. No
dejes que la vuelta a la realidad, el comienzo del trabajo, los colegios... te
impidan disfrutar de tus regalos. Deja que ellos saquen lo mejor de ti para
darte a los demás: ya sea en forma de conversación, para dar un poco de luz al
otro, o dibujando en esa persona una sonrisa, o arreglando ese corazón que
estaba roto... ¡Con Cristo tu vida se vuelve un regalo para los demás!
VIVE
DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma